Maldivas

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From the series: Petit Futé
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Hidroavión. El mercado hotelero de las Maldivas se divide entre dos compañías de hidroaviones: Trans Maldivian Airways y Flyme. Ofrecen sus servicios a las islas-hotel de casi todos los atolones, con excepción de las de Malé Norte y Sur. La mayoría de las veces hay que reservar los vuelos en el hotel, el traslado va incluido en el precio de la estancia. El momento en que se sobrevuelan los atolones es uno de los puntos culminantes de una estancia en las Maldivas. Además de la belleza del lugar, los trayectos más largos permiten comprender la circulación entre los atolones, las islas y los canales. Al llegar, el hidroavión aterrizará en alguna de las lagunas cercanas a la isla y un dhoni llegará para recoger a los clientes y llevarlos hasta la orilla. ¡Qué nivel! Si va a las Maldivas como viajero independiente, puede ponerse en contacto con la compañía que presta servicios a la isla de su elección, pero los precios, no negociables, son muy altos. Siempre puede intentar negociar a través de su hotel.

FLYME

Kandidhonmanik Goalhi, 5.º piso

Villa House

MALÉ

✆ +960 301 3000

www.flyme.mv

info@flyme.mv, sales@flyme.mv

Flyme ofrece vuelos en hidroavión a ciertos resorts y vuelos nacionales desde el aeropuerto de Malé hacia los aeropuertos insulares locales de Maamigili, Dharavandhoo, Kadhdhoo, Hanimaadhoo, Kaadedhoo, Fuvahmulah, Kooddoo y Gan.

MALDIVIAN

Majeedhee Magu

M. Raaverige

MALÉ

✆ +960 333 5566

www.maldivian.aero

info@iasl.aero

Esta compañía, fundada en el año 2000, está gestionada por el Gobierno. Además de los vuelos a Asia, dispone de un avión de 37 plazas que conecta a diario Malé con los demás aeropuertos del archipiélago: Gan, Hanimaadhoo, Kaadedhdhoo y Kadhdhoo, así como Koddoo, Dharavandhoo y Fuvahmulah. Puede encontrar los horarios de los vuelos en su página web. Si desea viajar en avión dentro de las Maldivas, se le recomienda encarecidamente que reserve con la mayor antelación posible.

MEGA MALDIVES AIR

Medhuziyarah Magu

H. Sakeena Manzil, planta baja

MALÉ

✆ +960 3006 672

megamaldivesair.com

reservations@megamaldivesair.com

Esta nueva aerolínea ofrece, principalmente, vuelos entre Malé y China: Hong Kong, Shanghai o Beijing.

TRANS MALDIVIAN AIRWAYS

Aeropuerto de Malé

MALÉ

✆ +960 3315 201

www.transmaldivian.com

info@transmaldivian.com, reservations@transmaldivian.com

Posibilidad de foto-vuelo. Tarifas a petición. Para llegar a una isla-hotel, el precio lo marca el resort.

Es la compañía de traslados aéreos más antigua de las Maldivas, creada en 1989. En 2013 la compró la empresa Maldivian Air Taxi, que ahora transporta un millón de pasajeros al año. Tiene contratos exclusivos con sesenta resorts y pone a su disposición unos cincuenta hidroaviones. También ofrece varias excursiones, días de pícnic en una isla desierta y vuelos sobre los atolones de maldivos: un abanico de opciones a medida y a la carta. Pasear en hidroavión es, sin duda, parte de un viaje a las Maldivas. Despegar y aterrizar sobre las aguas azules y sobrevolar tan de cerca sus magníficos atolones es una experiencia inolvidable. Le recomendamos que intente, al menos, tener un traslado en hidroavión hacia o desde uno de sus destinos o, si se lo puede permitir, contrate una salida en hidroavión.

En barco

Las Maldivas se describe como una república acuática, ya que el 80 % del país es mar. Al bajar del avión, lo primero que verá será una fila de barcos a lo largo del muelle del aeropuerto, un ir y venir de transbordadores locales y grandes y poderosos yates que salen a alta mar. Si va a una isla-hotel, el precio del traslado se incluye en el paquete. En caso tenga que ir a Malé, del muelle 9 salen dhonis cada quince minutos.

Lanchas (speed boats)

Estos potentes fuerabordas son, de media, tres veces más rápidos que los dhonis, pero también tres veces más caros. Los capitanes maldivos, por lo general, tienen un estilo de conducción muy deportivo, así que prepárase, porque con el mar normalmente agitado, será un viaje emocionante, e incluso muy divertido. No tenga miedo, nadie ha caído nunca al agua. Necesitará más de una hora en lancha para llegar a las islas de los atolones, que no sean Malé sur o norte. Si no se siente cómodo en barco, puede ir en hidroavión.

Cargos

Si tiene el permiso necesario para viajar a una isla local no turística, es posible que tenga que ir en un buque de carga de suministros. Se trata de pequeños barcos cargados de comida que salen del puerto comercial de Malé. La comodidad es rudimentaria, ya que se viaja en medio de la mercancía, y es imposible contar con una cabina porque no hay. Puede negociar el trayecto con el capitán. Por ejemplo, calcule unos 40 $ para viajar de Malé a Gan, en el extremo sur de las Maldivas, y tres días de viaje. Planee traer comida y agua, ya que no hay a bordo.

Del mismo modo, si es un viajero independiente, pero desea visitar una isla turística, puede intentar trasladarse en un carguero de suministros, en cuyo caso será gratuito. Sin embargo, como este sistema no se utiliza muy a menudo, se sorprenderán mucho con su petición. Primero deberá contactarse con su hotel y preguntar si es posible ese tipo de traslado. Si la respuesta es positiva, diríjase al puerto de Malé para embarcarse en un viaje más o menos largo, entre plátanos y latas, acompañado por una tripulación que, en la mayoría de los casos, apenas habla inglés. La experiencia es económica y puede ser divertida.

MTCC

MTCC Tower, 7.º piso

Maldives Transport and Contracting Company Plc.

Boduthakurufaanu Magu

MALÉ

✆ +960 332 6822

www.mtcc.com.mv

info@mtcc.com.mv

En general, es barato viajar entre islas locales. Calcule entre 1 y 5 $ por viaje.

MTCC ofrece viajes entre islas en ferri, dhoni o express. El ferri provincial conecta Malé con las islas del atolón norte (Thoddoo, Alif Alif, Himandhoo, Alif Dhaalu, Mandhoo, Fenfushi y Vaavu) y el atolón sur (Vaavu Rakeedhoo, Dhiffushi y Kaafu) todos los días, excepto los viernes. MTCC también dispone de un servicio directo entre el aeropuerto y Malé, así como entre Hulhumalé y Malé. Por último, la compañía cuenta con transbordadores entre Malé y las islas vecinas de Villingilli, Hulhumalé y Thilafushi. Consulte los horarios y el muelle de salida en su sitio web.

DESCUBRIR


DESCUBRIR - El dhoni es el barco tradicional de las Maldivas.

© MMPRC

Maldivas en 20 palabras

Qué hacer-Qué no hacer

Qué hacer

Respete el fondo marino. No toque corales ni animales, ni alimente a los peces.

Limite su consumo de agua corriente, por ejemplo, escoja ducharse en lugar de bañarse.

Ahorre electricidad. Evite dejar las luces encendidas innecesariamente, sobre todo cuando llegue a la habitación del resort, donde todas las luces se encienden de forma automática. Use el aire acondicionado con moderación, es preferible el ventilador.

 

Llévese los envases de plástico en su equipaje, ya que en las Maldivas no existe un sistema de reciclaje.

Qué no hacer

Evite comer, beber o fumar en público durante el Ramadán en las islas habitadas.

No se bañe en bikini en las islas habitadas, a excepción de las playas autorizadas: las bikini beach.

No vaya a pecho descubierto, póngase una camiseta en las islas habitadas. Tranquilo, no tendrá problemas con los pantalones cortos.

No lleve alcohol, porque se le confiscará en la aduana antes de meterle en un vuelo de vuelta.

Acanthaster


Acanthaster - Vuelo sobre las islas de Malé Sur.

© MartinKovalenkov – iStockphoto.com

La Acanthaster es una gran estrella de mar extremadamente urticante para los buceadores y devastadora para los corales. Apodada la «corona de espinas», puede alcanzar los sesenta centímetros de diámetro y tener hasta veinte brazos espinosos. Se ha propagado en la mayoría de las aguas tropicales y, en los últimos quince años, ha causado graves daños en las Maldivas. Durante el día, se refugia en las cuevas y grietas del arrecife, y por la noche, se alimenta de pólipos de coral. Un solo individuo es capaz de destruir varios metros cuadrados al día.

Los maldivos no están haciendo demasiado contra este desastre ecológico. Solo unos pocos líderes de las islas turísticas se toman la molestia de cazarlas. Si decide ayudar, tenga en cuenta que no debe cortar la estrella en pedazos, ya que es probable que cada pedazo se convierta en una estrella de mar adulta en unas pocas semanas. Para cazarla, hay que clavarle un puñal y dejar que se seque en la playa.

Alcohol

Como buen país musulmán, en las Maldivas se prohíbe el consumo de alcohol. El maldivo que sea atrapado con las manos en la masa será juzgado y ¡encarcelado! Esto significa que en Malé no se puede obtener, oficialmente, la más mínima gota de alcohol, aunque sea un turista. Sin embargo, los cruceros, los complejos turísticos y el pequeño bar del aeropuerto (a un precio prohibitivo) están autorizados a vender alcohol. Ofrecen, incluso, algunas cartas de vino impresionantes —vimos un château-margaux de 1985 en un resort en el atolón de Ari—.

Extraoficialmente, el alcohol circula sin problemas entre la población de las Maldivas, pero fuera de la vista de los visitantes. Dado que todos los buques de suministros y carga importada pasan por el puerto de Malé, existe el tráfico y consumo de alcohol.

Ámbar gris

El mar deja en las costas maldivas un producto legendario que aporta libertad o riqueza: el ámbar gris. Es una materia cerosa producida por las secreciones intestinales del cachalote que, después de flotar a la deriva durante un largo tiempo, forma bloques grises y porosos. Este material se utiliza en la composición de perfumes y medicamentos.

Aunque el ámbar gris se consideraba un producto valioso, su origen era todo un misterio. A lo largo de los siglos, cada uno hizo su propia interpretación. En el siglo IX, los árabes escribieron: «El mar arroja grandes trozos de ámbar en las costas de estas islas: algunas de estas piezas tienen la forma de una planta, o parecida. El ámbar crece en el fondo del mar como las plantas; cuando el agua está muy agitada, lo rompe en pedazos del tamaño de las calabazas o las trufas». En los siglos X y XI, los chinos se refirieron al ámbar como el «escupitajo de dragón» y lo recogían en las montañas de Liu (Maldivas). Sheng-Tsen escribió: «Hay muchos dragones en las rocas de estas islas. En primavera escupen su saliva que acaban consumiendo las bandadas de aves y los bancos de peces. El ámbar amarillo es como la cola de pescado, el negro como el excremento de murciélago, y el blanco como el pai-yao-chien».

Entre 1501 y 1517, el soldado portugués Duarte Barbosa escribió: «A menudo le preguntaba a los moros qué era ese ámbar y de dónde provenía. Pensaban que eran excrementos de pájaro, y me explicaban que, en su archipiélago, viven grandes aves que aterrizan en los acantilados y rocas del océano en las que depositan este ámbar, que el viento, el sol y la lluvía colorean y pulen. Los trozos, pequeños o grandes, son arrastrados por las tormentas y acaban cayendo al mar, donde los encuentran o son engullidos por las ballenas». En 1505, un portugués anónimo descubrió el verdadero origen del ámbar cuando observaba a los maldivos cortar la grasa de las ballenas varadas. Escribió, revelando el valor del ámbar: «Deben entregar este ámbar al sultán; si no lo hacen, los condenarán a muerte». El ámbar permitió a los maldivos comprar su libertad: en 1754 pagaron a los franceses con una pieza de ámbar de 153 kilos para que les ayudaran a luchar contra la flota malabar. Actualmente, el ámbar se vende entre 25 y 60 $/g, con impuestos del 100 %. En 1980 se encontró la pieza más grande jamás documentada, con un peso de 214 kilos. No hace falta decir que encontrar un trozo de ámbar es como descubrir una pepita de oro. Sin embargo, el afortunado que lo encuentre no debe perder el tiempo: tiene que agarrarla a la primera porque, al menor contacto, el ámbar se sumerge de nuevo y puede tardar días en volver a la superficie.

Inglés

Alrededor del 60 % de la población de las Maldivas habla inglés. Lo aprenden desde temprana edad, en la escuela, con muy buenos profesores. Los maldivos casi no tienen acento y su inglés es extraordinario. Por lo tanto, es muy fácil comunicarse a través de este idioma.

Atolón


Atolón - Las Maldivas están formadas por muchos atolones.

© Forcdan – Fotolia

El término atolón proviene del divehi atholhu. Se forma en aguas cálidas sobre un volcán extinto, por la acumulación de colonias de pólipos (corales) en una estructura de piedra caliza. Cuando el islote se hunde, las colonias se concentran hacia arriba en la estructura, uniéndose a los esqueletos de los corales muertos. Esta amalgama de estructuras calcáreas forma eventualmente una isla anular que encierra una laguna poco profunda. El atolón, hecho de arrecifes de coral, tiene la forma típica de las islas maldivas. Las Maldivas tiene 26 atolones geográficos, anteriormente organizados en 20 atolones administrativos, hasta que la Local Government Authority lo reorganizó en el sistema actual. El archipiélago se abre al norte por el atolón de Haa Alifu y se cierra al sur por el atolón de Addoo.

Cauris

Una parada obligada para los comerciantes es las Maldivas, antes conocida como Islas de la Plata. Proporcionaba una gran cantidad de la moneda internacional de la época: cauris, una variedad de mariscos. El cauri es ahora el emblema monetario de las Maldivas y aparece en los billetes y monedas.

Cocotero

El árbol emblemático de las Maldivas es el cocotero, que en 1985 se convirtió en el árbol nacional. Esto se debe a su omnipresencia en todo el archipiélago, ya que es un símbolo de riqueza. El cocotero crece solo, no requiere mantenimiento, el hombre solo interviene a la hora de recoger los cocos. Esta palmera es muy productiva y los maldivos han aprendido a utilizar todo del árbol y sus frutos: en un país sin materias primas, el cocotero es un recurso natural valioso. El número de cocoteros en una isla es decisivo a la hora de evaluarla. En principio, ningún edificio —excepto en Malé— supera la altura del cocotero más alto de la isla.

La kurumba es un coco que se recolecta antes de que madure. Se agujerea por un extremo, con un machete bien afilado, para poder beber el jugo, que es como agua y no leche como en los cocos maduros. Una vez consumido el jugo, la kurumba se abre por la mitad y, con una espátula, se separa la piel verde del coco para comer su carne que, a pesar de su aspecto gelatinoso, es deliciosa.

Dhoni


Dhoni - El dhoni es el barco tradicional de las Maldivas.

© MMPRC

El dhoni es el barco maldivo por excelencia. Construido tradicionalmente con madera de cocotero, tiene forma de barco acampanado y una esbelta proa que se extiende con una protrusión curva a 1,50 metros por encima del puente. La silueta general de los dhonis evoca la imagen de las naves fenicias. Su construcción va perdiendo impulso a medida que los arquitectos navales crean nuevos tipos de embarcaciones, más grandes y planas para los pescadores, aunque todavía se pueden ver algunos dhonis en el puerto de Malé. Ahora se utilizan para garantizar el abastecimiento de las islas y transportar a los turistas.

Dhufun

Aunque raras veces se lo ofrecerán en los resorts, verá que al pedir la cuenta en restaurantes, cafés y teterías de Malé y las islas locales le sirven dhufun, también llamado foh. Está compuesto de nueces de areca y acompañado con cardamomo, clavo de olor, canela en rama o lima, en la mayoría de los casos. Tanto hombres como mujeres lo mastican después de cada comida, y durante todo el día, para obtener un aliento fresco. Tiene un sabor algo fuerte, ya que es muy picante, pero es un alimento muy natural para mantener un aliento impecable. Para los lugareños, es casi como un dulce. Cada familia compra, por 40 MVR, un kilo de nueces de areca y lo elabora con su propia receta. El momento de compartir el dhufun es todo un rito de convivencia y hospitalidad. Para los extranjeros, parecen virutas de madera. Lo encontrará en todas las tiendas de alimentación.

Agua

El agua es un bien escaso en las Maldivas. Las islas habitadas fueron seleccionadas por sus aguas subterráneas, pero la capacidad de estos acuíferos es limitada y, al poco tiempo, el agua dulce ya no es potable. Este fenómeno ha aumentado, en particular, en las islas turísticas, ya que los visitantes no están acostumbrados ni dispuestos a limitar el consumo diario del agua. En el caso de Malé, el Gobierno construyó estaciones de bombeo más potentes para llegar a aguas más profundas. Luego, se centró en las técnicas de desalinización de agua de mar. Male Water and Sewerage Company Ltd. (MWSC), fundada en 1995 con la ayuda de una empresa alemana, produce 2000 toneladas de agua dulce al día. Se estima que el 90 % de la población de los atolones tiene acceso a agua potable. Las islas turísticas, por su parte, se han dotado de sus propias desalinizadoras.

El Niño

Al igual que en otras partes del mundo, El Niño, una corriente marina cálida causada por el cambio climático, ha repercutido de forma significativa en las Maldivas. En este caso, lo que está en juego es la supervivencia del propio coral. El Niño es responsable de la prolongación de los periodos de calentamiento de los océanos, lo que provoca variaciones en la salinidad del agua y la disminución del zooplancton. Además, la intensidad de la luz también cambia. Todo esto lleva a la muerte a los pólipos de colores, la parte viva del coral, y solo queda el esqueleto de piedra caliza. El arrecife de coral se vuelve uniformemente blanco y deja de crecer. Este fenómeno, que se ha ido extendiendo por las Maldivas, afecta a la mayoría de los arrecifes que se encuentran entre la superficie y veinte metros bajo el agua, verdaderos cementerios de coral accesibles para los que practican esnórquel. Con el paso de los años, la vida vuelve a la normalidad y los pólipos colorear nuevamente los corales del fondo marino. El atolón más meridional de Addoo no ha sido afectado por El Niño en absoluto, por lo que ahora es uno de los jardines de coral más hermosos del país. Aunque la última visita de El Niño, en 1998, resultó ser devastadora, las Maldivas han ido recuperando poco a poco su hermosa manta de coral.

 

Farniente

La traducción literal de la palabra italiana farniente es «no hacer nada». Y las Maldivas es, sin duda, uno de los destinos ideales para practicarlo. Es muy sencillo. En estas pequeñas islas, dispersas en medio del océano Índico, no hay mucho que hacer más que descansar bajo el sol; ese es, precisamente, el motivo por el que venimos aquí, para no hacer nada. Aparte de los ávidos buceadores, la mayoría de los turistas pasan su estancia probando la temperatura del agua de la laguna y relajándose en las playas mientras esperan el atardecer.

Hikimas

Se trata del pescado seco que forma la base de la comida de Maldivas. Inmediatamente después de su captura, el pescado, generalmente bonito, se corta en pedazos. Estos se lavan con agua, se salan y se echan en agua hirviendo donde permanecen unos minutos. Una vez fuera, se secan al sol, sobre una tabla o rejilla, durante tres o cuatro días, hasta que se vuelven duros y negros. Siguiendo este proceso, el pescado puede conservarse durante meses. El hikima es principal producto de exportación de las Maldivas.

Isla-hotel


Isla-hotel - Baros Maldives Resort.

© Baros Copyright Images

En las Maldivas no se habla de hoteles, sino de islas-hotel, también conocidas como resorts. El panorama turístico del país es un tanto peculiar. Desde el comienzo del desarrollo del turismo y durante cuarenta años, el Gobierno decidió separar las islas habitadas por los lugareños de las islas turísticas, hasta que, en 2011, Nasheed, el entonces presidente, permitió que se abrieran casas de huéspedes en las islas locales. El objetivo de las islas hoteleras era limitar el contacto entre las empresas locales, 100 % musulmanas, y la clientela extranjera, 80 % occidental. Por eso, la mayor parte de la oferta turística en las Maldivas está formada por estas islas hoteleras, una más lujosa que la anterior. De acuerdo con esta política, la idea es sencilla: una isla = un hotel. La isla-hotel es, por lo tanto, una pequeña zona aislada en el corazón del océano, totalmente dedicada al turismo. Hay alrededor de 110 en las Maldivas. Diseñadas para subsitir de forma independiente, por lo general cuentan con generadores, depuradoras y plantas de desalinización. Los turistas disponen de restaurantes, bares, una o más piscinas, instalaciones de ocio y deportivas, un centro de buceo, un spa y, a veces, tiendas. El único contacto que pueden tener con la vida real de Maldivas es durante las excursiones a las islas habitadas, llamadas islas locales, en las que pueden alojarse en casas de huéspedes y pequeños hoteles.

Isla local

Hasta hace poco no era posible hacer turismo local en las Maldivas. Los turistas solo podían acceder a la capital Malé y a las islas-hotel. En 2011, Nasheed, el entonces presidente, autorizó la creación de casas de huéspedes en las islas locales por parte de los maldivos. Este fue el comienzo de una revolución turística en las Maldivas, cuya existencia aún es desconocida en Occidente a causa de la imagen de las islas hoteleras, muy arraigada en la mente de la gente. Sin embargo, este nuevo tipo de turismo ha crecido a la velocidad de la luz. Las casas de huéspedes salen como setas, y el ejemplo más evidente es la isla de Maafushi (atolón del sur de Malé), que en 2017 contaba con alrededor de cincuenta en una isla de 1,3 km por 0,3 km. En el resto de islas, el desarrollo es más calmado, no hay que preocuparse.

Es mucho más asequible que las islas-hotel (calcule entre 30 y 150 $ la noche por persona en una casa de huéspedes), se puede degustar la verdadera cocina tradicional de las Maldivas y, sobre todo, descubrir la cultura de este acogedor pueblo. En algunas islas encontrará alojamientos que parecen hoteles, incluso con piscinas. Las únicas dos frustraciones podrían ser las prohibiciones de beber alcohol y usar bikinis, vinculadas a la religión del Estado, el islam. Aunque pronto encontraron la manera de saltarse la norma: puede consumir alcohol en los barcos, por lo que cada vez más islas tienen sus propios bares flotantes (Maafushi, Dhigurah, Ukulhas, Mathiveri, etc.). También es posible hacer una excursión a una isla-hotel, donde se permite el consumo de alcohol, aunque suele ser caro. En cuanto a los bikinis, la mayoría de las islas locales tienen una bikini beach, solamente para turistas, donde pueden bañarse sin preocuparse. Algunas casas de huéspedes se sitúan justamente allí, pero recuerde que también se permite el uso del bikini en los hoteles.

Buceo


Buceo - Buceador y mantarraya.

© GoodOlga – iStockphoto.com

El buceo surgió en las Maldivas cuando el país se abrió al turismo, en 1972. Desde entonces, ha crecido de forma considerable. Todas las islas turísticas están preparadas para recibir buzos, y muchos cruceros cruzan los atolones de una punta a otra. Como resultado, el número de buceadores aumenta. Los fondos maldivos se encuentran entre los más bellos del mundo, razón por la que muchos vuelven. Sin embargo, su belleza natural puede verse afectada por el Acanthaster, El Niño y los propios buzos. Este paraíso del buceo se debe visitar con todas las precauciones necesarias para preservar su fauna y sus corales.

Qazi

Se trata de un juez musulmán cuya jurisdicción se extiende a asuntos relacionados con la religión. En las Maldivas, dada la dispersión de la autoridad en todo el archipiélago, el qazi (o qadi) es también una de las más altas autoridades de la isla, junto con el jefe de la isla y el muecín, encargado de la llamada a la oración. Cada isla tiene su propio qazi. Esta profesión ha existido durante siglos: incluso el famoso viajero marroquí Ibn Battuta llegó a ejercer esta función en el siglo XIV.

Robinson Crusoe

Lo que se ofrece ahora en las Maldivas es el llamado turismo Robinson Crusoe, un mito que la mayoría de las islas-hotel tratan de mantener: un pequeño paraíso verde perdido en medio del océano, cerca de la naturaleza, descalzo, solo en el mundo, sin teléfono y sin televisión. El objetivo es pasar unas vacaciones realmente desconectados de la vida cotidiana de Occidente, con total despreocupación. En los folletos de las agencias de viajes se le invita a una «robinsonada», a menudo de lujo o chic. Puede que escuche la expresión no news no shoes, un lema introducido por Soneva Fushi en 1995, el primer hotel en lanzar el concepto en las Maldivas, que invita a sus huéspedes a disfrutar de la más completa relajación en un ambiente lujoso y ecológico.

Esnórquel


Esnórquel - Esnórquel.

© Ayada Maldives

En las Maldivas, un país de habla inglesa, la palabra esnórquel se utiliza para describir la práctica de sumergirse con aletas, máscara y tubo. En todas las islas se puede alquilar o tomar prestado el equipo necesario, pero si puede, traiga su propio equipo para admirar el fondo marino de lagunas y arrecifes de forma cómoda y libre. La mayoría de las islas con arrecifes alejados de la playa organizan salidas gratuitas en dhoni, a menudo una o cuatro veces al día, para llevarle a los mejores sitios.

Tea-shop

No puede perderse los tea-shops. Se trata de pequeños restaurantes donde solo se sirven platos locales. Aunque en el exterior tienen los signos de «hotel», no se equivoque, aquí se come y ya está. La decoración es siempre la misma: paredes decrépitas, sillas de plástico y mesas de fórmica. Históricamente allí solo comían los hombres, pero los tiempos cambian y, a veces, nos encontramos con mujeres y algunos pocos extranjeros que siempre son bienvenidos. Cometerá un error si se priva de esta oportunidad, porque si le gusta la comida picante, aquí sirven la mejor comida de Malé y de las islas locales. Por la mañana puede probar el desayuno de las Maldivas: roshi y mashuni. Para las comidas, elija un surtido de albóndigas de pescado o verduras, platos al curry para disfrutar con roshis, y un té. En Malé, cerca de la estación marítima de Villingili (suroeste de la isla), en una zona llamado Carneval, encontrará filas de tea-shops. A las 16 h, para picar, disfrute de un buen hedhika (tortas dulces con especias).

Pinceladas sobre las Maldivas

Situado en la línea ecuatorial, el archipiélago de Maldivas está formado por 1190 islas coralinas repartidas en casi 90 000 km² del océano Índico. Las Maldivas fascinaron a los primeros navegantes y siguen deslumbrando a los visitantes, con la claridad de sus aguas turquesas, la magnificencia de sus arrecifes de coral, la blancura de sus playas de arena fina y la exuberancia de su vegetación. Vistos desde el cielo, los atolones y las islas forman un paisaje impresionante. Los atolones maldivos son el ejemplo ilustrativo de este fenómeno geológico: el mismo Oxford English Dictionary define la palabra atolón como «una adaptación de la palabra maldiva atholhu, utilizada para designar las islas maldivas, que son un ejemplo típico de esta estructura». Es la única palabra divehi que ha pasado a otros idiomas

Geografía



Geografía - Vista panorámica de los atolones desde un avión.

© Sime

Las Maldivas está formada por un grupo de islas perdidas en el océano Índico, entre los 8° de latitud norte y los 0,5° de latitud sur, a unos 675 kilómetros al suroeste de la costa de Sri Lanka. Junto con los Laquedives, en el norte, y los Chagos, en el sur, las Maldivas constituye una vasta cordillera submarina, en cuya cresta se ha establecido un arrecife de coral. Las Maldivas forman una doble línea de 26 atolones naturales repartidos en 820 kilómetros de norte a sur y 120 kilómetros de este a oeste. Cada atolón se hunde, de forma natural, hasta formar una laguna en su centro. Está rodeado por un arrecife de coral anular con varios canales naturales, lo que permite a los barcos moverse entre el océano y la laguna. Esta descripción del atolón es válida para todos los del mundo; sin embargo, el arrecife de Maldivas tiene una particularidad que no se ve en ningún otro lugar, que consiste en la presencia de faros, o faru, es decir, pequeños atolones que han surgido en el corazón de los atolones principales. Los veintiséis atolones geográficos se dividen en veinte regiones administrativas, también conocidas como atolones. Estas son, de norte a sur: Haa Alifu, Haa Dhaalu, Shaviyani, Noonu, Raa, Lhaviyani, Baa, Kaafu, Alifu Alifu, Alifu Dhaalu, Vaavu, Faafu, Meemu, Dhaalu, Thaa, Laamu, Gaafu Alifu, Gaafu Dhaalu, Gnaviyani y Seenu. Cada uno de estos atolones administrativos está designado por una letra que verá en la parte delantera de los dhonis. El número exacto de islas sigue siendo un misterio, incluso hoy. En el momento de su concesión, en la isla de Gan, los británicos enumeraron 1100 de ellas y el Gobierno actual declaró oficialmente 1190. Sin embargo, si incluimos bancos de arena y afloramientos de coral en el recuento, podemos contar hasta unas 2000 islas. De hecho, no tiene sentido querer hacer un recuento preciso, porque, curiosamente, en las Maldivas, las islas van y vienen... Algunas se juntan y otras se dividen, e incluso pueden surgir islotes del arrecife de coral, mientras que otras son engullidas por el mar. En 1955, por ejemplo, una espectacular tormenta provocó la creación de tres nuevas islas en el atolón de Miladhunmadulu Norte. En otra ocasión, en la década de 1960, la importante isla de Feydhoo Finolhu, en el atolón de Malé, desapareció debido a una combinación de erosión natural y la acción de los habitantes que movían la arena. Oficialmente, Maldivas tiene 202 islas habitadas y un centenar dedicadas al turismo. Una vez más, el recuento es difícil de hacer con precisión, porque es común que en las llamadas islas desiertas se encuentren marcas de pasos de humanos, que vinieron a recoger madera, cocos o, incluso, a explotar la tierra. Son tantos los turistas que visitan estas islas cada día que es difícil considerarlas desiertas. Las islas son muy pequeñas y están situadas a una altitud muy baja: el pico más alto de las Maldivas es un montículo situado en la isla de Vilingili, en el atolón de Addoo, llegando a los 2,40 metros sobre el nivel del mar. La isla más grande, Fuvahmulah, se compone de una sola isla y un solo atolón, situado al sur de las Maldivas. Entre las características más comunes de las islas se encuentran una magnífica laguna de color turquesa, playas de arena blanca y altos cocoteros. Cada isla está rodeada por un arrecife de coral protector, que es el hogar de cientos de especies de peces tropicales, corales y otras formas de vida marina. El suelo de las islas, totalmente hecho de coral, es pobre en nutrientes, por lo que no hay lugar para una selva espesa. La geografía del país también se caracteriza por la ausencia total de ríos, montañas y colinas, lo que es muy raro.