La censura de la palabra

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From the series: Oberta #224
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Por último, tampoco es extraño el hecho de que una institución oficial que se ocupa de muy diversos asuntos atienda entre ellos a un tipo de censura. El lord Chamberlain inglés, oficial que se ocupaba de la organización de la Corte británica, ostentó la prerrogativa de la censura del teatro entre 1737 y 1968.26

1.4.2 La censura por organizaciones no oficiales

No obstante, esta censura por parte de organizaciones no se ejerce solo por instituciones oficiales como el Santo Oficio o el Ministerio de Seguridad Pública chino, sino también por otros tipos de grupos sociales. Muy posiblemente la organización censora, al tiempo que educadora, más próxima a todos nosotros haya sido la familia. La organización jerárquica de la familia ha impuesto que algunos de sus miembros puedan ser censurados por otros que se consideran con el derecho a hacerlo. Carmen Martín Gaite (1994: 112) se refiere a la actitud impositora que en la posguerra española los hermanos varones ejercían sobre el comportamiento de sus hermanas, actitud que, en opinión de esta autora, con el tiempo extendían a sus novias. En la actualidad esta censura familiar se puede mecanizar: en 2000 todos los receptores de televisión estadounidenses debían tener un chip que permitiera a los padres seleccionar los programas que sus hijos pudieran ver. Para conseguir esta selección, las emisoras marcan con un código los programas. Sistemas similares se proporcionan en los descodificadores de televisión por satélite y por cable.27

Las empresas privadas han podido actuar, igualmente, como censoras sin tratarse de instituciones oficiales. A partir de la década de 1870, las agencias de noticias empiezan a convertirse en grandes empresas internacionales. A principios del siglo XX la agencia francesa Havas, la británica Reuters y la alemana Wolff formaron un cartel que dominaba la transmisión de noticias internacionales. Concretamente en España, a comienzos de la década de 1870 la agencia francesa Havas compró la fundada en España por Nilo María Fabra y Deas en 1865 y la convirtió en su sucursal. Esta agencia detentará prácticamente el monopolio de la información internacional que se reciba en España hasta la llegada de las agencias norteamericanas en la década de 1930.28 Así las cosas, sin tratarse de una institución censora oficial, esta agencia privada ejerció la censura con criterios ideológicos. Desde un primer momento, y sobre todo durante la Primera Guerra Mundial y también en relación con asuntos coloniales, la agencia Fabra seleccionó desde criterios favorables a los intereses franceses tanto la información que distribuyó en España como las noticias españolas que vendió en otros países.29

Detengámonos, de nuevo, en otros ejemplos más recientes de organizaciones no oficiales que censuran. La asociación norteamericana Accuracy in Media, fundada en 1969 y de ideología conservadora, vigila las noticias que publican los medios de comunicación y, si no las comparte, presiona para conseguir su rectificación. Con este fin, se procura parte de su accionariado para poder intervenir en las juntas de accionistas. Distintas compañías privadas, entre otras varias petroleras, financian esta fundación.30 También ha actuado como censor en distintos medios el grupo proisraelí Committee for Accuracy in Middle East Reporting in America (CAMERA); en especial, ha tenido transcendencia su labor en la reescritura favorable a Israel de entradas en Wikipedia.31 Su comportamiento llevó a que en 2008 cinco editores pertenecientes a CAMERA fueran sancionados con su exclusión por los administradores de esta enciclopedia en línea.32 En todos estos casos, existe censura, si bien por parte de una organización no oficial.

1.4.3 La censura grupal

En los grupos organizados, como las instituciones que acabamos de ver, sus miembros ocupan posiciones jerarquizadas: jefe, subordinado o colaborador, pongamos por caso; mientras que en los grupos no organizados no se dan estas posiciones, simplemente, se pertenece al grupo. Incluso es habitual que, pese a identificarse con él, los miembros del grupo no se conozcan entre sí. Es precisamente esta misma identidad (§ 2.2) la que va a dirigir parte de su comportamiento a falta de un guía jerárquico.33

Un ejemplo de censura de un grupo no organizado es la censura grupal que facilita internet. La expresión china ren’rou sou’suo se ha traducido como «motor de búsqueda asistido por humanos», y da nombre a la colaboración de los internautas chinos en una búsqueda. Esta colaboración se ha hecho especialmente intensa en averiguar datos de quienes, en opinión de un grupo, han cometido un acto reprobable. En abril de 2008, Grace Wang terció en la Universidad de Duke (EE. UU.) entre un grupo de manifestantes chinos y otro de estudiantes defensores de un Tíbet independiente. Para conseguir apaciguar los ánimos, la muchacha consintió en escribir «Free Tibet» en la espalda de uno de los manifestantes. El hecho se publicó en la red. A raíz de aquello, internautas chinos indagaron todos sus datos y los de su familia y, a partir de entonces, comenzó su persecución en persona y por internet en EE. UU. En China su domicilio familiar sufrió pintadas y se ensució con excrementos.34 De esta manera, un grupo de internautas sin organización jerárquica castigó como censor el texto de una compatriota que consideraba ofensivo.35 En el caso de que el castigo de esta censura grupal consista en inmediatos comentarios insultantes en las redes sociales como reacción a una opinión o acción que se considera punible, se habla de shitstorm.36

1.4.4 La heterogeneidad dentro del grupo censor

Una advertencia antes de avanzar: los grupos sociales no constituyen bloques monolíticos. Con frecuencia entre sus miembros se producen luchas por su control con el fin de que el grupo social o la organización defiendan la posición que cada uno considere más conveniente.37 Esta heterogeneidad se refleja también dentro de los grupos censores, incluidos los oficiales. Desde la apertura en 1998 del Archivo Vaticano que contiene los documentos de la Inquisición Romana, uno de los hechos que ha llamado la atención a los investigadores ha sido las divergencias que se constatan entre los distintos órganos censores e, incluso, entre estos y el Papado.38 Tomemos como ejemplo de estas incoherencias la postura católica ante Erasmo de Róterdam: en 1535, poco antes de su muerte, el papa le había ofrecido nombrarlo cardenal y, en cambio, el índice español de 1559 prohíbe catorce títulos suyos en español y el posterior de 1612 lo convierte en uno de los auctores damnati, es decir, con toda su obra prohibida (§ 7.6.2).39

Dentro de esta heterogeneidad censoria, también puede suceder que personajes o grupos que se sitúan en una posición superior al censor oficial consideren que su actuación haya sido demasiado comedida o demasiado exigente. La Iglesia católica fue una institución que durante buena parte del franquismo juzgó que la actuación de los censores era insuficiente. El órgano de la Dirección Central de la Acción Católica Española, la revista Ecclesia –fundada en 1941 por el cardenal Gomá–, tenía un sistema de «orientación bibliográfica» que clasificaba los libros ya aprobados por la censura oficial en relación con su moralidad, y también difundía la calificación de las películas que –ya censuradas por la Junta correspondiente– se proyectaban.40 En el ámbito de los libros escolares esta doble censura estaba apoyada por el Concordato de 1953. En él se reconocía expresamente a la Iglesia la capacidad de exigir que se retirara cualquier libro, publicación o material de enseñanza contrarios al dogma y la moral católicos.41

1.4.5 La censura del individuo: la identidad censoria

El concepto de identidad aparece en los estudios sociales en el cambio de siglo del XIX al XX y constituye uno de los conceptos centrales de las ciencias sociales en la actualidad. Un acercamiento intuitivo a este concepto lo facilita la respuesta a la pregunta: ¿Quién eres? La contestación puede ser de una identidad individual: nací en... trabajo en...; una identidad relacional: una madre (en relación con los hijos) o una profesora (en relación con los estudiantes); o una identidad colectiva: una gallega, un musulmán o una persona adulta; así pues, la identidad puede tener múltiples facetas, del mismo modo que una persona se puede describir a sí misma de diversos modos.42

Evidentemente, existen participantes en una interacción que se identificarían a sí mismos como censores, pues pertenecen a una institución oficial censora (§ 1.4.1). Durante la Primera Guerra Mundial el romanista Leo Spitzer revisó como censor del ejército austriaco cartas de los prisioneros italianos.43 En aquellos años Spitzer hubiera respondido que él era censor, incluso en momentos en los que no se hallaba realizando su trabajo. En este caso, se podría decir que Spitzer tenía una identidad global de censor reconocida por la sociedad. Por su parte, Primo Levi (2010: 417) y otros presos judíos italianos de Auschwitz no podían dirigir la palabra a una compatriota –Flora– que limpiaba el taller en el que trabajaban; en este caso, los censores –los vigilantes del campo– pertenecían a un grupo organizado –el formado por alemanes y colaboradores de otras nacionalidades– que mantenía una ideología –una ideología que consideraba a los judíos como seres inferiores y, en consecuencia, privados de cualquier derecho–; estos vigilantes no hubieran respondido que ellos fueran censores, pero actuaban como tales en todos los momentos en los que se daba una situación de interacción con los presos (§ 1.4.2). Por último, en la España franquista se evitaba dar opiniones sobre asuntos que pudieran ser comprometidos y se acostumbraba a utilizar como consejo o como imposición –según fuera su relación de poder– a conocidos demasiado locuaces la expresión «No te signifiques».44 No obstante, quien así actuaba no se hubiera considerado a sí mismo como censor o perteneciente a un grupo censor, por lo que su identidad censora no era global, sino local. Se trata de una identidad discursiva.

 

La identidad discursiva se concibe como una identidad que las personas presentan en la interacción y no como algo que simplemente son esas mismas personas independientemente de lo que hagan. Esta propuesta teórica tiene su origen en los estudios de la interacción al hablar de la década de 1960 de Harvey Sacks (1992) y continúa su desarrollo en la etnometodología y el análisis de la conversación más recientes.45 Desde esta perspectiva, se puede considerar que la identidad de alguien en una interacción particular puede ser la de un censor siempre que realice un acto de interdicción censoria y, en consecuencia, cualquier persona o grupo puede ser censora si actúa como tal, esto es, si impide o trata de impedir que otra persona comunique algo a alguien por considerarlo un acto amenazante para una ideología (§ 2.2). En Qatar muchas trabajadoras domésticas emigrantes tienen censurada la palabra por sus patronos. Estos consideran que su posición social los autoriza a limitar cuándo y de qué pueden hablar sus empleadas. Una de estas trabajadoras denunció a Amnistía Internacional que se le había prohibido conversar con los otros empleados de la familia, que, si salía con la señora de la casa, no debía departir con nadie ni responder a nadie que se dirigiera a ella y que, con su madre, solo le permitían una conversación telefónica de veinte minutos cada dos semanas. En esta conversación no podía referirse a su trabajo y para efectuarla debía utilizar el teléfono de sus patronos.46 Estos patronos cataríes no poseen una identidad censoria global, ni forman parte de una institución, pero, en cada ocasión que prohíben la comunicación de su empleada, se guían por una ideología compartida por un grupo (§ 2.2) y adquieren una identidad discursiva censoria.

1. Vega (2012: 19-20, 2013a: 49-50).

2. Kamen (20042: 251-252). No obstante, las herejías perseguidas por la Inquisición no eran solo de palabra, también había actos no necesariamente verbales, como las relaciones homosexuales, el bestialismo o la bigamia.

3. Bourdieu (2001: 113-115).

4. Auer (2007), Giles et al. (2007), Moreno Fernández (2012: 33-34 y 238-240).

5. Bourdieu (2001: 116).

6. Muchos latinoamericanos dirían: «Permiso».

7. Goddard y Wierzbicka (2000: 339-342).

8. «Para probar el delito de herejía en el Santo Oficio se admiten al hijo contra el padre y al padre contra el hijo, a la esposa contra el marido y al marido contra la esposa, al siervo contra el amo y al amo contra el siervo» (E. Masini [1621], cito por Mereu, 2003: 203).

9. Shentalinski (2006: 303).

10. Sperber y Wilson (19952).

11. Esta canción volvió a hacerse popular en la Nicaragua del dictador Somoza con la misma intención. Disponible en línea: <http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_4687000/4687080.stm>.

12. Los inquisidores eran conscientes de estos cambios de opinión de acuerdo con las circunstancias. En el siglo XVI se recurría a la expresión malitia temporum para justificar el rigor censorio con obras que habían sido permitidas. En los nuevos «malos tiempos» no se podía leer, como se había hecho anteriormente, el Decamerón sin expurgar (Vega, 2012: 30-31).

13. Durante la dictadura franquista, «los estrenos de Buero [Vallejo] eran escuchados con extraordinaria atención y un espectador que hubiera caído de la estratosfera o de un país con más libertad de expresión y que desconociera totalmente la situación española, se quedaría asombrado ante momentos en que el público aplaudía interrumpiendo el hilo de la acción, ante las sonrisas de inteligencia que provocaban ciertas alusiones, ante el énfasis de los actores al pronunciar determinadas frases. Se estaba representando una obra de teatro, es verdad, pero, a la vez, se estaban difundiendo secretos a voces que no se podrían decir de otro modo» (Sánchez Reboredo, 1988: 30).

14. Moreno Fernández (2012: 51).

15. Abellán (1982) identifica censura con censura previa oficial: «Por censura hay que entender el conjunto de actuaciones del Estado, grupos de hecho o de existencia formal capaces de imponer a un manuscrito o a las galeradas de la obra de un escritor –con anterioridad a su publicación– supresiones o modificaciones de todo género, contra la voluntad o el beneplácito del autor». Larraz (2014: 22), después de revisar distintos conceptos de censura, también se centra en la censura previa oficial y considera que «implica la existencia de un cuerpo legislativo o, al menos, de unas normas de actuación, de unos criterios que determinen qué texto es publicable y cuál no lo es. Su objetivo es la protección de un régimen político y, más concretamente, de los fundamentos y discursos que lo justifican». Darnton (2014: 235), por su parte, la amplía a toda la censura estatal, tanto anterior a la publicación como posterior.

16. Briggs y Burke (2002: 100). No obstante, hay asuntos en los que lo religioso y lo político se mezclan, por ejemplo, la autoridad o no del Papado sobre los reyes. En otros casos, como en la sublevación catalana de 1640, se utilizó la Inquisición para castigar como heréticos aquellos textos –v. gr. Proclamación católica de Gaspar Sala– que presentaban a catalanes y franceses como pertenecientes al pueblo escogido por Dios y a los castellanos como sus enemigos (Peña Díaz, 2015: 141-164).

17. El Papado comenzó a utilizar el método inquisitorial a finales del siglo XII y comienzos del XIII. Su nombre se debe a que, en el procedimiento inquisitivo, el mismo juez «inquiría» –es decir, investigaba, buscaba, examinaba– y dictaba sentencia. El inquisidor era, pues, acusador y juez. Por otra parte, actuaba no necesariamente a instancias de una parte sino motu proprio (Mereu, 2003: 175-245; Martínez Millán, 2007: 47 y ss.). Con los antecedentes de la Inquisición medieval francesa y ya en la Edad Moderna, la Inquisición española nace el 1 de noviembre de 1478 con una bula del papa Sixto IV a petición de los Reyes Católicos y perdura hasta el 15 de julio de 1834, con dos breves paréntesis en las épocas liberales –de 1813 a 1814 y de 1820 a 1824– (Martínez Millán, 2007: 184-190). La romana –Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición– se origina con la bula Licet ab initio del papa Paulo III en 1542 y toma como ejemplo la española (Mereu, 2003: 58 y 76). Dentro de los cambios propios del Concilio Vaticano II, el 7 de diciembre de 1965 el papa Pablo VI sustituyó el Santo Oficio romano por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Se trata de una institución de menor rango. De acuerdo con Burke (2002: 185), la censura protestante de los comienzos de la Edad Moderna no era más tolerante que la católica, sino menos efectiva por encontrarse fragmentada en diferentes Iglesias.

18. Para la organización inquisitorial española, tuvieron especial importancia las Instrucciones nuevas (1561) promulgadas por el inquisidor general Fernando de Valdés, que configuraron su derecho procesal (Tellechea, 2003: 309; Martínez Millán, 2007: 129).

19. La Inquisición española inspeccionó librerías desde 1530, visitó navíos desde 1553 y desde 1550-1551 se ocupó de que no se embarcaran en Sevilla libros prohibidos para las Indias (Reyes, 2000, I: 143, Pérez García, 2006: 159-160).

20. Aunque el número de miembros de un tribunal inquisitorial no fue siempre el mismo, no sumó nunca menos de quince personas (Martínez Millán, 2007: 218).

21. Se corresponderían con los «lectores especialistas» de la censura franquista (Ruiz Bautista, 2015: 64); si bien, los calificadores no atendían únicamente a escritos sino a cualquier prueba sospechosa de herejía (Maqueda, 1992: 214).

22. Kamen 20042 (139 y ss.), Martínez Millán (2007: 192 y ss.).

23. Pinto (1983), Pardo (1991: 26-27), Escudero (2005), Peña Díaz (2015: 22).

24. Se cita también por sus siglas GFW –Great Firewall– o GFFW –Great Focking Firewall–. El término se creó en 1997 en la revista Wired (Morozov, 2012a: 78).

25. Castells (2009: 371), Morozov (2012a: 180), Feng y Guo (2013), King et al. (2013).

26. Donohue (2004: 22-23). La Licensing Act de 1737 ordenaba que el empresario teatral enviara al Examiner of Plays de la oficina del Lord Chamberlain para su aprobación todas las obras nuevas, adiciones o antiguas obras –incluidos los prólogos y los epílogos– al menos quince días antes de la representación. El incumplimiento de esta norma acarreaba una multa de 50 libras.

27. Paxton (2008: 91).

28. Pese a haberse nacionalizado en 1927, siguió dependiendo informativamente de la francesa. La Agencia EFE reemplazó a la Agencia Fabra en 1938 (Seoane y Sáiz, 1998: 43).

29. Paz (1989a).

30. Chomsky y Herman (2013 [1988]: 65-66).

31. Wikipedia la fundaron James Wales y Larry Sanger en 2001 (Burke, 2012: 317).

32. Wikipedia (en línea: s. v.).

 

33. Spears (2011: 214).

34. Frédéric Bobin (disponible en línea: <www.lemonde.fr>, consulta: 23-8-2008); Morozov (2012a: 347).

35. Que no exista organización jerárquica no excluye que los grupos sociales tengan «líderes de opinión» que encaminen su comportamiento o que actúen como gatekeepers informales –controladores del flujo de información–. Los estudios sobre la importancia del líder de opinión en los grupos comienzan con el sociólogo vienés emigrado a EE. UU. Kurt Lewin (1890-1947) (Mattelart y Mattelart, 2010: 42; McQuail, 2010 [1994]: 328).

36. Disponible en línea: <elpais.com>, consulta: 27-04-2015.

37. Mumby y Clair (2000: 264-265).

38. Fragnito (2010: 40).

39. Kamen (20042: 92 y 111).

40. Gutiérrez-Lanza (2000: 33 y 55).

41. Viñao (2004: 70), Larraz (2014: 61).

42. Vignoles (2011); Vignoles, Schwartz y Luyckx (2011); Benigno (2013: 55-82).

43. Fruto de esta tarea es su libro de 1921 (Spitzer, 2014 [1921]). Para una enumeración comentada de censores de libros de la época de Franco, Larraz (2014: 88-94); por lo general, también tenían otro trabajo.

44. Gil (20073: 11). «El verbo significarse, de claras connotaciones políticas, se usaba mucho en la posguerra española y entrañaba una toma de partido, así como el derecho, por parte de la sociedad a investigar en determinada conducta. ¿Cómo va a estar ése empleado en Abastos? ¿No se había significado con los rojos?, se podía oír, por ejemplo» (Martín Gaite, 1994: 185-186).

45. Schegloff (1991), Antaki y Widdicombe (1998).

46. Disponible en línea: <www.elpais.com>, consulta: 22-04-2014.