El enviado del Reino

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El enviado del Reino
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EL ENVIADO DEL REINO

El enviado del Reino. Una aproximación histórica a Jesús de Nazaret

Reseña

Esta obra presenta la faceta histórica de Jesús de Nazaret, un tema controvertido situado en el centro de la cultura religiosa occidental. Muestra al lector no especializado los logros de la investigación contemporánea acerca del profeta galileo y mesías cristiano y, para ello, se apoya en el trabajo de autores de diferentes perspectivas conceptuales y teológicas. En el campo del saber histórico, la recuperación de la figura de Jesús de Nazaret ha sido el resultado de una lectura crítica de los relatos evangélicos, entendidos en el marco de las tradiciones judías y helenistas de la antigüedad, y de la búsqueda en ellos, con criterios de autenticidad, del estrato más cercano a la realidad de su vida, en el Israel del siglo I de nuestra era durante la hegemonía de la civilización grecorromana.

El libro examina temas centrales de la aproximación histórica a la imagen de Jesús: los orígenes de la investigación moderna en la época de la Ilustración; la predicación del reinado de Dios; la autenticidad y fidelidad de las fuentes escritas; su imagen judeo-galilea como hombre santo carismático y profeta apocalíptico; su ajusticiamiento como sedicioso y la degradación romana de la causa mesiánica; los relatos acerca de la creencia en su resurrección y, para concluir, se acerca a Jesús en sus propias palabras. A través de relatos, análisis y comparaciones de textos de antiguas tradiciones el lector puede acceder a una visión actual acerca del bautizo y la familia de Jesús, los autores de los evangelios y sus manuscritos más antiguos, el descubrimiento arqueológico de los rollos de Qumrán, la antigua religión sacrificial judía, la rebelión contra Roma, la destrucción del Templo de Jerusalén y la catástrofe colectiva que representó para la nación judía, así como a las religiones que la sobrevivieron, el judaísmo rabínico y el judaísmo nazareno, cuyos seguidores llegaron a ser llamados cristianos.

Palabras clave: Jesús histórico, cristianismo primitivo, judaísmo antiguo, aproximación crítica a los evangelios, Mesías, Jesucristo, palabras de Jesús.

Messenger of the Kingdom. An Historical Approach to Jesus of Nazareth

Abstract

This work deals with the historical facet of Jesus of Nazareth, a controversial subject at the center of Western religious culture. It presents to the non-specialist reader the latest advances of contemporary research on the Galilean prophet and Christian messiah, drawing on the work of authors from different conceptual and theological perspectives. In the field of historical knowledge, the recovery of the figure of Jesus of Nazareth has been the result of a critical reading of the Gospel accounts understood within the framework of the Jewish and Hellenistic traditions of antiquity, searching in them—with criteria of authenticity—for the layer closest to the reality of his life, in the Israel of the first century of our era under the hegemony of the Greco-Roman civilization.

The book examines important themes related the historical approach to the image of Jesus: the origins of modern research in the Age of Enlightenment; the preaching of the kingdom of God; the authenticity and fidelity of the written sources; his Judeo-Galilean image as a charismatic holy man and apocalyptic prophet; his execution as a seditious disturber and the degradation of the messianic cause by the Romans; stories about the belief in his resurrection, and, to conclude, an approach to Jesus in his own words. Through accounts, analysis, and comparisons of texts from ancient traditions, the reader is provided with a current vision on the baptism and family of Jesus, the authors of the Gospels and their oldest manuscripts, the archaeological discovery of the Qumran scrolls, the ancient Jewish sacrificial religion, the rebellion against Rome, the destruction of the Temple of Jerusalem and the collective catastrophe it represented for the Jewish nation, as well as the religions that survived it: Rabbinic Judaism and Nazarene Judaism, whose followers became called Christians.

Keywords: Historical Jesus, early Christianity, ancient Judaism, critical approach to the Gospels, Messiah, Jesus Christ, words of Jesus.

Citación sugerida / Suggested citation

Silgado-Bernal, Carlos. El enviado del Reino. Una aproximación histórica a Jesús de Nazaret. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2020. https://doi.org/10.12804/urosario9789587845501

EL ENVIADO DEL REINO

Una aproximación histórica a Jesús de Nazaret


CARLOS SILGADO-BERNAL

Silgado-Bernal, Carlos

El enviado del Reino. Una aproximación histórica a Jesús de Nazaret / Carlos Silgado-Bernal. – Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2020.

1. Jesucristo – Historicidad. 2. Humanidad (Teología cristiana). 3. Jesús de Nazaret como personaje. 4. Cristianismo – Historia. I. Silgado-Bernal, Carlos. II. Universidad del Rosario. III. Título.

232.908 SCDD 20

Catalogación en la fuente – Universidad del Rosario. CRAI


JERRNoviembre 06 de 2020

Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995


© Editorial Universidad del Rosario

© Universidad del Rosario

© Carlos Silgado Bernal

Editorial Universidad del Rosario

Carrera 7 Nº 12B-41, oficina 501

Teléfono 297 02 00

http://editorial.urosario.edu.co

Primera edición: Bogotá D. C., 2020

ISBN: 978-958-784-549-5 (impreso)

ISBN: 978-958-784-550-1 (ePub)

ISBN: 978-958-784-551-8 (pdf)

https://doi.org/10.12804/urosario9789587845501

Coordinación editorial: Editorial Universidad del Rosario

Corrección de estilo y redacción: Marta Méndez Restrepo

Diseño de cubierta: Luz Arango y César Yepes

Diagramación: Precolombi EU-David Reyes

Conversión ePub: Lápiz Blanco S.A.S.

Hecho en Colombia

Made in Colombia

Los conceptos y opiniones de esta obra son responsabilidad de sus autores y no comprometen a la Universidad ni sus políticas institucionales.

El contenido de este libro fue sometido al proceso de evaluación de pares para garantizar los altos estándares académicos. Para conocer las políticas completas visitar: editorial.urosario.edu.co

Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito de la Editorial Universidad del Rosario.

Autor

Carlos Silgado-Bernal

Bachiller en Filosofía y Letras del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, egresado de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia. El autor se inclinó tempranamente por el saber interdisciplinario y la interpretación crítica de la sociedad y su cultura. El estudio de las religiones y sus tradiciones de sabiduría ocupa su vida intelectual, uno de cuyos puntos focales ha sido la investigación de la figura histórica de Jesús de Nazaret estimulado por la obra de teólogos y especialistas en filología bíblica, judaísmo antiguo y los orígenes del cristianismo. En los últimos años se ha dedicado a la investigación creativa del lenguaje escrito en el Instituto Caro y Cuervo, en Colombia, y Fuentetaja, de España. Durante una década fue editor de revistas y portales especializados y, como tal, tomó contacto con las culturas de diversos países de las Américas, Europa y el Medio Oriente.

Contenido

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1. EL CAUDILLO GALILEO QUE ANUNCIABA UN REINO TERRENAL GLORIOSO PARA LOS ISRAELITAS

El comienzo de los estudios históricos sobre la vida de Jesús: las preguntas de H. R. Reimarus (1694-1768) acerca del propósito de Jesús y sus seguidores

El hombre detrás de los Fragmentos

¿Por qué Jesús proclamaba que el Reino de los Cielos estaba por llegar?

¿Cuál era el sentido de la violencia y la interrupción del orden en el Templo?

La peculiar rebeldía de Jesús, las guerras judeo-romanas y el fin de los tiempos

Nuevas e inesperadas creencias

Los límites de la interpretación de Reimarus: la tesis del fraude consciente

Los reparos de Reimarus a la visión confesional de la salvación de la humanidad

 

CAPÍTULO 2. LA VIDA DE JESÚS DESDE LA PERSPECTIVA HISTÓRICA

Al interrogar los textos de la antigüedad, se revelan el contexto y la figura de Jesús

¿No es este el artesano, el hijo de María y el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y no están sus hermanas entre nosotros? ¿No es este hijo de José?

Los evangelios: mitos cultuales entre interpretación profética y narración histórica

La teoría de las dos fuentes y la comprobación de la veracidad histórica de las tradiciones evangélicas

Las comunidades judeocristianas originarias hacen su aparición en la historia

Las bibliotecas de los cristianos: el núcleo de las tradiciones sobre Jesús

Datación, autoría y mención de los manuscritos más antiguos de los relatos evangélicos del Nuevo Testamento

Las fuentes no cristianas sobre Jesús y el debate sobre el Testimonium Flavianum

Datos ciertos relativos a la vida de Jesús

CAPÍTULO 3. SANADOR Y EXORCISTA DEVOTO: YESHUA BAR YEHOSEF

La herencia del judaísmo carismático descubre en Jesús a un jasid galileo

Jesús, ¿un judío?

Menospreciado como galileo, sospechoso como zelote

Sanador y exorcista devoto: alcance y riesgos del judaísmo carismático

Jesús, enviado del reino profetizado

Yeshua bar Yehosef: una visión judíogalilea de la vida de Jesús

CAPÍTULO 4. CONDENADO COMO SEDICIOSO Y EXALTADO COMO MESÍAS DEL LINAJE DE DAVID

Tensión en las tradiciones originarias acerca de Jesús de Nazaret

La oposición al Templo

¿Qué dices de ti mismo?

Atribuciones mesiánicas en la época de Jesús: ¿Eres el Cristo?

El influjo duradero de los signos proféticos: ¿Eres Elías?

Las representaciones del poder en las profecías ancestrales: ¿Eres el profeta?

Del arresto a la condena: la «historia de la pasión»

El rito de degradación de la crucifixión: la muerte de Jesús

Una incógnita sin resolver: la desaparición del cuerpo

La historia, las memorias fragmentarias y el sentido de la muerte violenta de Jesús a la luz de la tradición profética: «Y con los rebeldes fue contado»

CAPÍTULO 5. LA MEMORIA ACERCA DE JESÚS DE NAZARET

Profeta apocalíptico, primicia de la resurrección y dios humanado: historia y profecía

¿Predijo Jesús de Nazaret la destrucción del Templo de Jerusalén?

La improbable solución histórica a la cuestión de la resurrección de Jesús

La resurrección en los evangelios y en la tradición judía

Jesús, el «primero en resucitar» y el ideario apocalíptico en las cartas de Pablo

Los relatos de las apariciones junto al sepulcro: la revelación celestial a las mujeres

Los relatos de las apariciones a los apóstoles: los mandatos de Jesús resucitado

El imaginario del cuerpo del resucitado y Jesús como dios humanado

Sobre la historia contada por los profetas

CAPÍTULO 6. JESÚS EN SUS PROPIAS PALABRAS

La ardua búsqueda de las tradiciones más cercanas a los dichos de Jesús

Sanador carismático: «Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él»

El propósito de Jesús: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel»

La ambigüedad sobre la fecha de la llegada del Reino de Dios: «Entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios»

Los supuestos anuncios acerca de su muerte y resurrección: «Eloi, eloi, lama sabachthani»

La oferta de la salvación: «Semejante es el Reino de los cielos a un tesoro escondido»

El doble significado de la expresión «Hijo del hombre»: «Porque tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido sino a servir»

Las imágenes apocalípticas y la distinción entre los actos buenos y malos: «Y, en su presencia, se reunirán todos los pueblos, y separará unos de otros igual que el pastor separa las ovejas de los cabritos»

El arrepentimiento filial y el perdón paterno: «Un hombre tenía dos hijos. Y dijo a su padre, el más joven de ellos: “Padre, dame la parte que me toca de la herencia”; y él repartió los bienes»

Al servicio de una misión divina: «¿Qué hombre de vosotros, que tiene cien ovejas y ha perdido una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y marcha por la extraviada hasta que la encuentre?»

Conflicto y oposición: «Ahí tenéis a un hombre glotón y a un bebedor, amigo de publicanos y pecadores»

El divorcio y el rigorismo moral: «Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre»

Los merecedores de la promesa del Reino: «Felices vosotros los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios»

El trasfondo arameo de la oración inspirada en la tradición del Qaddish: «Padre nuestro que estás en los cielos»

Cómo orar: «Cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí en secreto»

EPÍLOGO

ANEXO A

CRONOLOGÍA DE LAS TRADICIONES CRISTIANAS ORIGINARIAS

ANEXO B

CRONOLOGÍA DE LA ÉPOCA DE JESÚS

BIBLIOGRAFÍA

A Rafael y Teresita, mis padres, y su recuerdo bienhechor.

Así fue intensificándose la convicción de que, a lo largo de los siglos, se había subrayado tanto la naturaleza divina de Jesús que finalmente se había hecho que su humanidad esencial pareciese en cierto modo mítica. Curiosa ironía, había llegado a ser más fácil creer en Jesús como Dios que imaginarlo como hombre.

ROBERT COUGHLAN

¿Qué hombre fue Jesús? En Life en español «La Biblia», número doble especial, 12 de abril de 1965

Nunca están clausuradas las fronteras de la investigación histórica.

REINHOLD y URSULA NIEBUHR

Citados por Robert Coughlan, ¿Qué hombre fue Jesús? En Life en español «La Biblia»

Introducción

A fines de la década de 1980, un libro me condujo a un mundo de indagaciones en el que habría de sumergirme por décadas y del que surgió, con el tiempo, el propósito de escribir una obra enfocada a la divulgación de un tema histórico complejo y controversial situado en el centro de la cultura religiosa occidental: la faceta histórica de Jesús de Nazaret, llamado «Cristo».1

El libro al que me refiero se titula Investigación sobre la vida de Jesús, de Albert Schweitzer —teólogo, médico misionero, músico y filósofo de origen alemán—, en el cual resumía, con un estilo vivaz y erudito, más de doscientos años de estudios sobre la vida de Jesús. Quizás lo que más me impactó del texto de Schweitzer fue el examen minucioso de los trabajos hechos por decenas de autores que habían afrontado el riesgo y las consecuencias de investigar problemas que surgían de la lectura atenta de las fuentes acerca de la vida de Jesús, los textos del Nuevo Testamento. Una tarea en la que convergían el legado de la razón crítica de la Ilustración, el dominio de lenguas de la antigüedad y el entorno de la teología protestante. Aquellos estudiosos, en su mayoría auténticos biblistas, escribieron vidas de Jesús apremiados por interrogantes históricos y se encontraron en la disyuntiva de responderlos con criterios doctrinales, dogmáticos, o con juicios críticos desarrollados trabajosamente por ellos mismos. Se embarcaron en naves cuyo destino no podía preverse del todo porque su aventura intelectual era movida por la investigación y el descubrimiento, y por la reinterpretación legítima a la que ellos conducen.

Lejos estuve, entonces, de saber que ese elaborado examen —en ocasiones proceloso— no constituía una solución acabada, sino un camino abierto que aquella obra me conduciría a recorrer. Desde esa época de afirmación personal en el criterio y los juicios propios, el libro de Schweitzer adquirió para mí un atractivo que no se ha desvanecido porque se convirtió en un tema auténtico, en una cuestión acorde con mi formación en humanidades y con preguntas que resonaban desde el trasfondo de la educación religiosa de mi infancia y de la enseñanza católica al estilo del Concilio Vaticano II en mis años de secundaria. Entre ellas, una destacaba: ¿cuál era el sentido —racional, existencial, espiritual— del dogma que sostiene que el protagonista de los relatos evangélicos, Jesús de Nazaret, poseía a la vez una doble naturaleza, divina y humana? «Verdadero Dios y verdadero hombre», según reza el Catecismo. Pues bien, el libro de Schweitzer me demostró que tan intrincada cuestión conceptual podía ser —y que, de hecho, lo había sido— investigada desde una perspectiva histórica.

De esa lectura emergieron, poco a poco y de manera insoslayable, Jesús de Nazaret, sus discípulos, seguidores y antagonistas, y los autores de los relatos del Nuevo Testamento, como sujetos reconocibles en un contexto preciso: el del Israel del siglo I de la era común. El Jesús de Nazaret de los evangelios se convirtió para mí, desde entonces, en una figura histórica vinculada feliz y, a la vez, trágicamente, con su mundo.

 

Este cambio de enfoque —con su consecuente distanciamiento de la teología— no fue una casualidad. Desde el siglo XVIII, muchos pensadores, teólogos y escritores se hacían preguntas acerca del origen de los textos bíblicos, sus autores, el ambiente histórico que los había rodeado, su contexto cultural y la exactitud de sus relatos; interrogantes que se extendían a los libros y cartas del Nuevo Testamento. En el origen de este cambio de enfoque se encontraba, también, una reacción contra el abuso de la noción según la cual los textos bíblicos, considerados fruto de la revelación divina, poseían una interpretación única, dictada por la Iglesia; además, dicha interpretación se extendía más allá de la teología a cualquier campo del conocimiento y a toda cuestión ética. Una Iglesia, protestante o católica, constituida como un pilar del Estado. Poderosa como institución, tanto económica como ideológicamente, pero cuya división en confesiones rivales, guerras y disputas, desdecía en la práctica de la alegada exclusividad de su autoridad interpretativa.

Biblistas y teólogos con una perspectiva histórica, filósofos e historiadores, se dieron desde entonces a la necesaria tarea de la crítica de las fuentes documentales: los intocables relatos evangélicos. Para ello, cruzaron barreras de todo tipo a través del tiempo: lingüísticas, literarias, culturales, de método y pensamiento, de confesión religiosa y perspectiva filosófica. Pasaron de la ignorancia a la investigación hasta establecer un campo del conocimiento de la historia antigua y de la historia de las religiones: el de la interpretación histórica de la figura de Jesús y de los primeros días del cristianismo.

El libro que ofrezco al lector sigue a grandes saltos este proceso para presentar los aspectos esenciales de la mirada de los historiadores contemporáneos acerca del maestro, sanador y caudillo religioso galileo. Además, le muestra el camino de la investigación crítica moderna de las tradiciones religiosas de la antigüedad.

La figura de Jesús ocupa un lugar único en la cultura contemporánea. Es objeto de culto religioso masivo e institucional, un elemento distintivo de la identidad nacional de muchos pueblos, modelo ético y fuente de inspiración para miles de millones de personas, referente para varias corrientes de pensamiento e ícono cultural sujeto a innumerables recreaciones artísticas, religiosas y políticas en el pasado y el presente. Ahora bien, en lugar de pretender la elaboración de una biografía, los esfuerzos investigativos se orientan, actualmente, hacia la reconstrucción de una figura inteligible de Jesús, apoyados en métodos que utilizan los relatos del Nuevo Testamento con sentido histórico y los conocimientos recientes sobre aquel periodo: la vida en Israel durante la hegemonía de la civilización grecorromana en el siglo I de nuestra era.

Llegado a este punto, debo aclarar en qué consiste la investigación histórica acerca de Jesús de Nazaret. Así que elijo, por su precisión, el concepto de Raymond E. Brown —sobresaliente intérprete bíblico estadounidense y sacerdote católico, impulsor del empleo de los métodos histórico críticos en el estudio de los textos del Nuevo Testamento—, quien describió la tarea como «una reconstrucción erudita basada en una lectura bajo la superficie de los evangelios que los despoja de todas las interpretaciones, amplificaciones y desarrollos que pudieron haber tenido lugar en los treinta a setenta años que separaron el ministerio público y la muerte de Jesús de los evangelios escritos. La validez de ese constructo depende de los criterios empleados por los investigadores»2. Como otro destacado autor, de la misma línea confesional y actitud hacia la historia, John P. Meier, llegó a afirmar: «el Jesús histórico es una construcción, una abstracción moderna»3.

Pero ¿cuáles son esos criterios usados por los investigadores? En algún momento se aceptó, de forma generalizada, que la aproximación histórica a unos hechos, en nuestro caso a la figura real de Jesús, se alcanzaba por el simple acercamiento al pasado, a la fuente más cercana en el tiempo a los acontecimientos. Fuente que se presuponía libre de sesgos y en la que se podría leer, con el conocimiento lingüístico apropiado, la versión fidedigna de las cosas.

Esa preconcepción acerca de la pureza de las fuentes antiguas —y de las fuentes en general— demostró ser completamente errónea. Los escritos de la tradición se revelaron intrínsecamente vinculados a su momento histórico, al entorno cultural y social, así como a las intenciones de sus autores. Sus fuentes se sometieron a escrutinio; incluso el conocimiento de las lenguas en las que se escribieron los relatos debió ser recobrado. Por consiguiente, la moderna investigación histórica acerca de Jesús de Nazaret se entiende como una recuperación, un rescate de las tradiciones en su contexto. Bart Ehrman —profesor del Departamento de Estudios sobre las Religiones de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, Estados Unidos— sostiene que para entender las palabras y hechos vinculados a Jesús es indispensable «entender su contexto»4; el entorno y el significado están asociados, y su relación es la clave para juzgar una representación como históricamente fidedigna.

Un reto fundamental para quien se acerca a la vida de Jesús con el interés de comprenderla históricamente consiste en reconocer que su punto de partida es una fuente documental: un conjunto de textos, unas memorias y tradiciones transmitidas en la forma manuscrita de la antigüedad, a partir de las cuales debe alcanzar, mediante un salto conceptual, una interpretación veraz. Este gran paso hacia una nueva mirada, cualesquiera que sean los fines perseguidos por quien indaga, no es posible sin el desarrollo y la aplicación de unos criterios de autenticidad histórica que, en la actualidad y entre gran parte de los investigadores, son comúnmente aceptados. Para mostrar la forma en la que se aplican estos criterios, y también para señalar las dificultades y límites que encierra su empleo sistemático, a lo largo de mi obra destino algunos apartes a tal fin. Menciono de antemano, como abrebocas, cuatro de estos criterios con la idea de propiciar en el lector su apreciación crítica:

• El de la atestiguación múltiple que busca verificar la presencia de un hecho o dicho de Jesús en fuentes literarias independientes.

• El de rechazo y ejecución de Jesús que autentica las palabras y las acciones que explican o resultan acordes con el relato de la crucifixión de Jesús, narrativa considerada como la parte más antigua de las tradiciones acerca de él.

• El de dificultad que opta por los textos que levantan dificultades teológicas o situaciones embarazosas, pues resulta dudoso que hayan sido inventados por quienes transmitieron la tradición en la iglesia primitiva.

• El de coherencia que sostiene que tienen probabilidad de ser históricos los materiales congruentes con los dichos y hechos que previamente han pasado el examen de los criterios antes citados.

Sumado a lo anterior, un cambio profundo se produjo en la imagen de Jesús de Nazaret en la segunda mitad del siglo XX. Fue provocado por dos hallazgos fortuitos que causaron sensación en los medios de comunicación, levantaron toda clase de inquietudes acerca de la historicidad de las tradiciones cristianas y pusieron en las manos de académicos e investigadores —dentro y fuera de los círculos religiosos— un valioso alijo de manuscritos antiguos y otros artefactos.

El primer descubrimiento sucedió en 1945 y se conoce como la biblioteca de Nag Hammadi, un pueblo del Alto Egipto, entre cuyos códices escritos en copto se encontró una colección de dichos de Jesús de una corriente religiosa gnóstica cristiana, colección conocida hoy como Evangelio de Tomás. Los manuscritos de esta biblioteca ampliaron la comprensión acerca de la diversidad del cristianismo durante sus primeros tiempos. Luego, entre 1947 y 1956, se encontraron más de ochocientos rollos de pergamino escritos que estaban ocultos en las profundidades de once cuevas ubicadas cerca de Qumrán, en Israel y que fueron denominados genéricamente como «los Manuscritos del Mar Muerto». Este segundo descubrimiento era parte de las colecciones de textos, en su mayoría sagrados, escritos en hebreo, arameo y griego, que pertenecieron a la secta de los esenios: una comunidad y una escuela de pensamiento que había sido mencionada en relatos antiguos. La identificación, clasificación, conservación y divulgación de estos textos traducidos a las lenguas modernas, más allá del círculo de los especialistas, tardó años. Sin embargo, el efecto que la interpretación de estos hallazgos tuvo sobre la comprensión histórica de la antigüedad judía y del período de formación del cristianismo fue enorme, así como su impacto en nuestro tema: Jesús y su contexto histórico y cultural.

En el campo de la literatura religiosa judía, los rollos del Mar Muerto proporcionaron manuscritos de la Biblia hebrea de gran calidad y con mayor antigüedad que los conocidos en su momento, entre los que sobresalía el texto de Isaías, un libro profético, preservado actualmente en el Santuario del Libro, en el Museo de Israel, en Jerusalén. Además, los pergaminos representaron una evidencia de primera mano para entender mejor la vida de los esenios y la diversidad de las tradiciones religiosas judías de la antigüedad. Asimismo, para la historia del cristianismo primitivo, su estudio acrecentó la comprensión del judaísmo de la época de Jesús y de tradiciones como la esperanza mesiánica y el fin de los tiempos.

En consecuencia, estos hallazgos y las investigaciones posteriores dinamizaron la interpretación textual, literaria e histórica del Nuevo Testamento, así como el interés por la figura de Jesús. Sin ellos, mucho de lo elaborado por los autores que reseño en este libro probablemente nunca se habría escrito.

Como he indicado, el trabajo de divulgación —objetivo de mi libro— surgió del interés que me suscitó la lectura de la obra clásica de Albert Schweitzer, cuya primera edición se publicó en 1906. Sin embargo, he adoptado como pilares los trabajos de investigadores contemporáneos —publicados entre el último tercio del siglo XX y la segunda década del siglo XXI— que corresponden a la fase actual de la indagación acerca del Jesús histórico, conocida en medios académicos como «third quest»5. La cual se caracteriza por el marcado acento histórico-social en la interpretación del destino de Jesús en la sociedad de su tiempo, la reinserción de su movimiento en el judaísmo, y la utilización de fuentes no canónicas al lado de las fuentes canónicas. Dada la vastedad de sus perspectivas, esta fase ha conducido a cierta pluralidad de imágenes de Jesús que están estrechamente relacionadas con la decisión de los estudiosos de privilegiar unas fuentes sobre otras.

En mi caso, opté por mantener un diálogo constante entre las fuentes canónicas —de manera especial los evangelios sinópticos Mateo, Marcos y Lucas— y la literatura judía de los siglos II a.e.c. y II e.c., manteniendo como fondo la tradición profética ancestral de la cultura religiosa hebrea. Coincido con el siguiente criterio metodológico general: en la vida de Jesús «lo que es plausible en el contexto judío y permite comprender la génesis del cristianismo primitivo, puede ser histórico»6.

Así pues, mi trabajo sigue especialmente las obras de Geza Vermes, autor de Jesús el judío, La religión de Jesús el judío y El auténtico Evangelio de Jesús; Ed Parish Sanders, autor de Jesús y el judaísmo y La figura histórica de Jesús; Antonio Piñero, autor de Guía para entender el Nuevo Testamento, Aproximación al Jesús histórico y Jesús y las mujeres; John P. Meier, autor de Un judío marginal; Bart D. Ehrman, autor de Jesús, el profeta judío apocalíptico; Paula Fredriksen, autora de When Christians Were Jews, The First Generation y Jesus of Nazareth, King of the Jews; Gerd Theissen, autor de La religión de los primeros cristianos y coautor junto con Annette Merz de El Jesús histórico, y Mauro Pesce, coautor junto con Corrado Augias de Investigación sobre Jesús y, junto con Adriana Destro, de La muerte de Jesús. También menciono a otros autores influyentes en los capítulos correspondientes.