El búfalo de agua. Tomo 2

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Ms: Materia seca (%)

Proteína (%)

FDN: Fibra detergente neutra (%)

DIVMS: Digestibilidad in vitro de materia seca (%)

EM: Energía metabolizable (Mcal/kg MS)

ED: Energía digestible (Mcal/kg MS)

Ca: Calcio (%)

P: Fósforo (%)

Cu: Cobre (ppm)

La calidad composicional de los forrajes puede cambiar dependiendo de las condiciones de manejo de la pradera, una de esas prácticas es la edad de aprovechamiento de pastura porque, a medida que los forrajes son más maduros, el contenido de fibra se incrementa y la digestibilidad de esta disminuye, lo que altera el CMS y el contenido de proteína y carbohidratos no estructurales que aportan energía de rápida asimilación[9].

Consumo de agua

El agua representa más de la mitad de la masa corporal de los búfalos y su proporción se relaciona negativamente con la proporción de grasa del cuerpo. El agua regula la temperatura corporal y mantiene el balance osmótico, la ganancia de peso, la producción de leche, el transporte de nutrientes y la excreción de los productos finales del metabolismo[4b], [7b].

La necesidad de agua en los búfalos depende de la edad, el peso corporal, el estado fisiológico, la línea de producción, el estado sanitario, el CMS, la temperatura ambiental y la humedad relativa del entorno[10], [11]. Los búfalos consumen más agua que los vacunos (aproximadamente entre el 25-30 % más en las mismas condiciones climáticas), y su demanda se incrementa durante el período de lactancia y con el aumento en la ganancia de peso. El consumo de agua en búfalos está estrechamente relacionado con la IMS (el rango oscila entre los 5.2-5.5 litros por kg de MS consumida)[12]; el consumo a voluntad tiene un promedio que oscila entre los 71.5 y los 110.5 litros/día[12b].

En épocas de verano puede aumentar a 0.56 litros/día por cada grado que la temperatura suba por encima de 32 °C[11b]. Sin embargo, se puede manejar una medida en la práctica para el cálculo de las necesidades de consumo de agua de 5 litros por cada kg de MS que consume en invierno, y de 5.5 a 6.5 litros/kg de materia seca para verano. Una búfala que consume 9.78 kg de MS/día en época de invierno, bebe 49 litros/día, y en verano 63.5 litros/día (asumiendo 6.5 litros/kg de MS). Esto quiere decir que un lote de búfalos adultos debe tener una buena oferta de agua en el potrero o en el establo para garantizar el suministro.

Requerimientos de energía

La energía es el nutriente más limitante en la mayoría de los forrajes tropicales, principalmente por el alto contenido de fibra que restringe el consumo y por el bajo aporte que hace cada kilogramo de esta materia seca[13]. La fuente de energía para los búfalos son los carbohidratos estructurales que hacen parte de la pared celular, los carbohidratos no estructurales y los lípidos contenidos en los forrajes.

Para expresar los requerimientos de energía de los rumiantes se han utilizado diferentes valores como la energía metabolizable (EM), nutrientes totalmente degradables (TDN) y la energía neta de mantenimiento y de lactancia (ENL). Muchos elementos afectan estos requerimientos en los búfalos, entre ellos el tamaño, la edad, la gestación, la producción de carne y leche, el crecimiento y factores de estrés ambientales[7c]. En los búfalos los requerimientos de energía para la producción de leche son más altos debido a que generan un mayor contenido de grasa y proteína por kg de leche producido (para las ganancias de peso, las necesidades energéticas también son mayores).

Requerimientos de energía para el mantenimiento

La energía de mantenimiento es usada para la actividad voluntaria de recorrer los potreros para consumir pasto y agua, también para conservar su temperatura corporal y compensar la diferencia con temperaturas ambientales. Se han usado diferentes fórmulas para determinar el requerimiento energético para el mantenimiento de esta especie, una de ellas se expresa así: (ENm Mcal = ((1.4 + 0.006 x kg de peso vivo)*1700)*0.001) adaptada de Zicarelli[14], Proto[15] y Di Lella[16]. La cantidad de energía requerida para el mantenimiento de los búfalos varía entre un 20 y un 60 % cuando se encuentran en pastoreo[17].

En condiciones tropicales el aumento es del 20 %, ya que no requieren de mucha energía para regular su temperatura corporal en comparación con los climas fríos (inferior a 0 °C), ni en condiciones donde el terreno está inundado, ya que los efectos del estrés térmico son poco pronunciados bajo estas condiciones[18]. Paul, et al.[19] plantearon los requerimientos de mantenimiento para las búfalas en lactancia de acuerdo con el peso vivo y con los requerimientos para ganancia de peso (Cuadro 4), la consideración de este grupo de animales es importante porque tienen un reto metabólico superior al reproducirse y generar leche.

Cuadro 4. Requerimientos nutricionales para búfalas en lactancia y para la ganancia de peso vivo


Peso corporal MS (Kg) PC (g) PD (g) TDN (kg) EM (Mcal) EN *(Mcal)
Requerimiento para mantenimiento
400 5.35 485 280 3.16 11.4 6.84
450 5.85 530 307 3.45 12.5 7.50
500 6.33 574 332 3.74 13.5 8.10
550 6.80 617 357 4.01 14.5 8.70
600 7.26 658 380 4.28 15.5 9.30
650 7.70 699 404 4.55 16.4 9.84
700 8.15 739 427 4.81 17.4 10.44
% grasas de la leche Requerimiento para producción de 1 kg de leche de acuerdo con el contenido de grasa
5.0 % 0.608 80.0 49 0.359 1.30 0.78
5.5 % 0.648 85.1 52 0.383 1.39 0.83
6.0 % 0.688 90.3 55.2 0.406 1.47 0.88
6.5 % 0.728 95.5 58.5 0.429 1.55 0.93
7.0 % 0.768 101 61.6 0.453 1.64 0.98
7.5 % 0.807 106 64.8 0.476 1.77 1.06
8.0 % 0.847 111 68 0.499 1.80 1.08
Requerimiento para ganancia 1,000 gramos de peso corporal
1,000 g 3.37 330 230 1.97 7.12 4.27

Fuente: Adaptado de Paul, et al.[19b]

 

MS: Materia seca; PC: Proteína cruda; PD: Proteína digestible; TDN: Nutrientes totalmente degradables; EM: Energía metabolizable.

*EN = EM x 60 %[20].

Autores como Zicarelli[14b] sugieren que en Italia se utilizan para el mantenimiento las necesidades sugeridas por los franceses para las vacas lecheras, que son iguales a la Unité Fourragère Lait (UFL, por sus siglas en francés) 1.4 UFL + 0.6 UFL por cada 100 kg de peso vivo. Estos valores deben incrementarse en cantidades de UFL (o TDN) que dependen de:

1 la energía necesaria para caminar (que varía dependiendo del espacio disponible);

2 la jerarquía existente en el grupo, la competitividad y agresividad que unos individuos ejercen en relación con los demás (la agresividad aumenta a medida que disminuye el espacio disponible y cuando aumenta el número de horas que el comedero permanece vacío);

3 el mayor o menor aprovechamiento de los pastos;

4 el manejo y relación humano-animal.

Sin embargo, la influencia de los factores mencionados es difícil de cuantificar. Por lo que los suplementos energéticos de al menos 15 % son válidos respecto a las necesidades de mantenimiento[14c]. La aplicación de la fórmula (ENL Mcal = ((1.4 + 0.006 x kg de peso vivo) * 1700) * 0.001) para un animal de 600 kg da como resultado una demanda de mantenimiento de energía de 8.5 Mcal de EN de mantenimiento. En el Cuadro 4, Paul, et al.[19c] recomienda un valor de 9.3 Mcal de EN, por lo que es importante saber que existe cierta discrepancia entre diferentes autores con relación a los requerimientos (Cuadro 5).

Cuadro 5. Requerimientos de mantenimiento y de ganancia de peso de acuerdo con el peso vivo de búfalas en lactancia


Peso Vivo ENM (Zicarelli[14d], Proto[15b], Di Lella[16b]) Mcal ENM (Paul, et al.[19d]) MCal Diferencia
450 6.97 7.50 7.6 %
500 7.48 8.10 8.3 %
550 7.99 8.70 8.9 %
600 8.50 9.30 9.4 %
650 9.01 9.84 9.2 %
700 9.52 10.44 9.7 %

Requerimientos de energía para la producción

Las necesidades de nutrientes de las búfalas lactantes no solo están relacionadas con la cantidad de leche que producen, sino también con su contenido de grasa (Cuadro 4), que cambia significativamente durante la lactancia. El alto contenido de grasa y proteína de la leche de búfala indica que, para producir 1 kg de esta leche, se precisa un requerimiento energético más alto que el necesario para producir la misma cantidad de leche de vacuno[14e]. Debido a la gran variabilidad en la calidad composicional de la leche de búfala, esta se puede convertir en estándar al 4 % de grasa, aplicando la fórmula propuesta por Gaines y Davidson[6b]:

Leche al 4 % = (0.4 x L) + (0.15 x 1 x % G),

donde L: kg de leche

% G: Contenido de grasa

Por ejemplo, un 1 kg de leche de búfala que contiene un 8.3 % de grasa, al convertirse en estándar al 4 % de grasa da 1.65 kg.

Leche al 4 % = (0.4 x 1 kg) + (0.15 x 1 x 8.3) = 1.65 kg.

De acuerdo con Proto[15c], Zicarelli[21], Infascelli, et al.[22], por cada kg de leche de búfala producido y normalizado al 4 % se requiere la misma cantidad de energía para producir 1 kg de leche de vacuno (Mcal ENl); es decir, por cada kg de leche 0.75 Mcal ENl, requerimiento similar al reportado por Di Palo[23], Bertoni, et al.[24], Di Lella, et al.[25] y Di Lella[16c]. La misma búfala que produce leche con el 8.3 % de grasa requiere, por cada kg de leche, 1.24 Mcal ENl (1.65 kg x 0.75 Mcal ENl = 1.24 Mcal ENl).

Los autores italianos utilizan la fórmula de Di Palo[23b] para calcular la leche estandarizada (Energy Corrected Milk), pues señalan que dicha expresión toma en cuenta el contenido energético y el contenido de proteínas de la leche de búfala, lo que estandariza los requisitos de la energía que serían similares a las propuestas referentes al ganado vacuno (la fórmula de Gaines no incluye el valor energético de las proteínas presentes en mayor cantidad en la leche de búfala).

Kg de leche ECM = {1+ ([(grasa (g) - 40) + (proteína (g) - 31)] x 0.01155)} x kg de leche producida

En el ejemplo de leche con 8.3 % de grasa con 4.0 % de peso corporal, la transformación sería:

Kg de leche ECM = {[(83-40) + (40-31)] x 0.01155} = 1.60

Requerimientos de energía para la producción de carne

De acuerdo con Kearl[26], las necesidades energéticas de los búfalos en crecimiento son, aproximadamente, un 20 % más altas de lo recomendado por el National Research Council[27] (NRC) para los vacunos. Se estima que por cada kg de ganancia de peso se requiere 4.27 Mcal ENl[19e].

Las estimaciones sobre las necesidades energéticas de ganancia citadas en la literatura varían de 0.78 a 2.23 g TDN/g de ganancia[7d]. Los valores del requerimiento de energía para el crecimiento (g TDN/g de ganancia) derivaron del metaanálisis de los datos combinados de la prueba de alimentación a largo plazo, y pueden usarse como una guía segura para alimentar a los búfalos. Estos valores son los siguientes: búfalos en crecimiento: 1.44-2.10 g TDN/g de ganancia[28]; búfalo lactante: 1.97 g TDN/g de ganancia[19f]. Un estudio más reciente indicó que el requerimiento de energía para el crecimiento de las bubillas es comparable al de los machos de hasta 250 kg de peso corporal, pero aumenta rápidamente a partir de entonces y el valor es tan alto como 3.49 g de TDN/g de ganancia a 375 kg de peso corporal[7e].

Requerimientos de trabajo

El búfalo no solo produce carne y leche para la alimentación humana, también es una especie que tiene potencial para la carga debido a su mansedumbre y peso corporal (Figura 2); esta última característica está estrechamente relacionada con su fuerza y su resistencia, además de la disposición y conformación de sus extremidades que presentan flexibles cuartillas y menudillos que permiten flexionar hacia atrás sus pezuñas y pasar obstáculos fácilmente[29]. Para Kearl[26b], un búfalo de labor requiere 2.4 kcal de EM por kg de peso vivo por hora de trabajo. Para un búfalo de 650 kg de peso vivo que trabaja 6 horas al día, el requerimiento es de 9,360 Kcal de EM. EM: (2.4 Kcal de EM x 650 kg de P.V x 6 horas = 9,360 Kcal), expresado en megacalorías: 9.36 Mcal EM.

Figura 2. Mansedumbre y capacidad de labor de la especie bubalina


Fotografía: Alejandro Ortiz Acevedo.

Requerimientos de proteína

La proteína es necesaria para la formación de los tejidos corporales, repone las células y es un componente muy importante de la leche y la carne. A partir de esto las necesidades de proteína varían según el tamaño corporal, la edad del animal, los niveles de producción y trabajo y la etapa fisiológica en la que se encuentre (crecimiento, gestación, lactancia…)[26c]. Los búfalos son capaces de utilizar la proteína de manera más eficiente que el ganado vacuno, por lo que se calcula que su requerimiento para el mantenimiento es 16 % menor que el del vacuno[26d]; sin embargo, su demanda de proteína se incrementan durante el crecimiento, la gestación y lactancia.

 

Los requerimientos de proteína se expresan como proteína cruda (PC) o proteína digestible (PD). Un aporte insuficiente causa una disminución del apetito, bajo consumo de alimentos, un efecto negativo sobre la utilización del alimento y una disminución en la digestión de la celulosa. El exceso de proteína retrasa la edad al primer estro y aumenta el número de servicios por concepción[30]. Antes de profundizar en el requerimiento de proteína en los búfalos es necesario considerar los aspectos fisiológicos del sistema digestivo de esta especie. El primero es la tasa de pasaje del forraje por el tracto gastrointestinal, principalmente el tiempo que permanece en su retículo–rumen, y que es más prolongado que en el vacuno[31]. Otro aspecto fisiológico es el número total de bacterias: la población de celulolíticas, proteolíticas, amilolíticas y lipolíticas que habitan en el rumen, mayores en búfalos que en vacunos sobre las mismas condiciones de dieta[32], [33], [34]. La degradación de las fibras es mayor en los búfalos sometidos a dietas con bajos niveles de proteína que en los vacunos, porque las especies bacterianas celulolíticas predominantes en su rumen son las Fibrobactor succinogenes, que no necesitan de nitrógeno amoniacal para su crecimiento. La situación es diferente en los vacunos, donde el grupo de microrganismos conocido como Ruminicoccus albus sí necesita de dicha sustancia para crecer[13b], [35].

Figura 3. Grupo de búfalos de levante consumiendo forrajes toscos altos en fibra y bajos en proteína


Fotografía: Alejandro Ortiz Acevedo.