Siempre nos quedará Beirut

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Siria fue un importante sostén para el nuevo cine de autor libanés y apoyó tanto la obra de Christian Ghazi como de Bourhane Alawieh, desempeñando un papel relevante en el nuevo cine que salía de la Beirut de entonces, una ciudad en la que se respiraban aires de libertad y en constante comunicación con el exterior, por lo que, aunque carecía de estructura, sobre todo para este cine más independiente, la suma de factores políticos y el grado de libertad hicieron posible la renovación. Además del apoyo de las organizaciones sirias y palestinas, localmente existía el sostén económico y de infraestructura de Al-Haraka Al-Wataniyah (Movimiento Patriótico) o bloque de izquierdas, que tuvo un papel fundamental en el desarrollo de las nuevas artes, en general, y apoyó en sus primeras obras, entre otros, a figuras tan importantes de la cultura local como los músicos Ziad Rahbani y Marcel Khalifeh y los cineastas Maroun Bagdadi y Randa Chahal-Sabbagh. El apoyo palestino partía de instituciones como el colectivo de cine Aflam Filastin (Las Películas de Palestina),[118] creado por el cineasta ya antes nombrado Mustafa Abu Ali,[119] uno de los fundadores del Instituto Palestino del Cine, que contaba entre sus objetivos no sólo con la producción sino también con la creación de “un archivo fotográfico, una cinemateca y la coordinación con otras asociaciones progresistas del mundo”.[120] Esta nueva corriente forjó el documental como una forma narrativa fundamental que suponía una expresión más directa que la ficción y respondía al afán primordial de los nuevos cineastas, que no era entretener sino denunciar. Este interés por la realidad y la naturaleza urgente de lo que se quería contar, hizo que el vídeo se convirtiera en el instrumento clave para convertir las imágenes audiovisuales en testimonio y archivo, ya que no necesitaba laboratorios de revelado, era más económico que la película y, en sí mismo y su manera de funcionar, encerraba la clave para asir la nueva filosofía, en la que lo sustancial era el contenido más que la forma. La producción en vídeo apoyada por instituciones palestinas también dio la oportunidad de hacer sus primeras películas a cineastas libaneses. Durante los primeros ataques israelíes al Líbano, y debido a su actividad como cineastas que concebían un cine hecho en primera línea de la batalla, fueron varios los palestinos asesinados por el Ejército israelí, entre ellos Mustafa Nasr, Abdel Hafez Al-Armar,[121] Hani Jawahiriyya,[122] Moutieh Ibrahim y Omar El Moukhtar.[123] Entre los directores libaneses que apoyó el Instituto Palestino del Cine estuvieron Rafiq Hajjar, que realizó en 1973 At-Tariq (El camino)[124] y, más tarde, Ayar al-filistiniyin (El mayo de los palestinos, 1974), por la que consiguió el premio al mejor documental en el Festival de Cartago, y la realizadora Nabiha Lutfi, cuyo documental Lianna al-yuduru la tamut (Porque las raíces no mueren, 1974) versaba sobre las mujeres del campamento de refugiados de Tell Ez-Zatar. Al final de este periodo, en los albores de la guerra civil, comenzó su carrera la realizadora Heiny Srour, nacida en Beirut en 1945, estudiante de Sociología en el Líbano y París. Debutó Srour con un trabajo sobre Omán y su lucha por la independencia, Daqat s’at- al-tahrir (La hora de la liberación ha llegado, 1974), y realizó más tarde su obra más conocida, Leila wa-d-diab (Laila y los lobos, 1984), sobre el papel de la mujer en la lucha. Así con una nueva generación de cineastas y con el Líbano convertido a partir de 1973 en una de las noticias principales en todo el mundo, comenzaron las nuevas producciones a participar en festivales internacionales de documentales como el Festival de Cine Documental y de Animación de Leipzig, donde sus producciones se volvieron “habituales”.[125] Había nacido una generación cuyo trabajo se desarrollaría, por tanto, durante la guerra y cuyo eje de preocupación se conformaba, desde Palestina y la región árabe, hacia su contexto local más cercano. Al comenzar la guerra, se presentaron dos películas más o menos imbricadas en la realidad y que, debido al conflicto, sufrieron sendos estrenos accidentados: Ar-rayul as-samid (El hombre firme, 1975) de Soubhi Seifeddine, en torno a un joven griego que se enfrentaba a los ocupantes otomanos,[126] filme que no ha sido tan relevante ni ha perdurado en el imaginario colectivo, y Bairut, ya Bairut[127] de Maroun Bagdadi, en la que, por primera vez, los actores egipcios hablaban en dialectal libanés,[128] un filme que marcó el cambio en el devenir del cine libanés y el árabe, ya que fue la primera película de ficción que hablaba radicalmente y de forma crítica de la realidad civil, social y económica de un país que aparecía dividido y herido. En ella no había lugar para números musicales ni actores atractivos, y, vista hoy día, parece el anuncio y también la denuncia más clara de lo que ocurrió después. Fue realizada con el apoyo de Al-Haraka al-Wataniyah y se proyectó en 1975, con el conflicto ya en las calles, durante un par de semanas en el cine Beirut,[129] situado en el céntrico y popular barrio del Barbir. Lejos de la propaganda unidireccional o del cine de entretenimiento, mostraba las diferencias socioeconómicas entre las regiones geográficas, las clases sociales y la creciente tensión entre la gente y las distintas caras y actitudes de los libaneses frente a una situación que ya habían puesto en evidencia los episodios de violencia de 1973 y 1974. Además, hacía de su eje el que se convertiría en el argumento cardinal de las producciones de la guerra: la lucha de los personajes principales por preservar su intimidad y sus proyectos personales frente a la situación exterior. Una realidad que, en distintos grados, terminaba por filtrarse en las casas hasta lograr el distanciamiento y el enfrentamiento entre hermanos o entre las parejas de enamorados y amigos. El director también denunciaba en la película un grave problema que aún hoy día sigue dándose en el país, la especulación urbanística, por lo que no presentaba un panorama idílico del país. Por todo ello, Bairut, ya Bairut podría ser considerada la primera película del cine de autor libanés y Kafr Qassem el filme que supuso el nacimiento del cine árabe de autor sobre Palestina, pues ambas inauguraban un camino que ya no tenía marcha atrás en la historia del cine árabe, además de reflejar, y casi pronosticar, lo que más adelante ocurriría históricamente en el Líbano y Palestina respectivamente. Por último, habría de señalarse la breve aparición de un nuevo género, el cine erótico, cuyo surgir fue posible cuando y donde era viable hacerlo sin encontrar la censura directa que sí se daba en otros países de la región. Pero, a pesar de la repercusión que tuvo, este género arrancó sin llegar a desarrollarse, pues sólo se produjeron dos títulos y ambos fueron realizados por el mismo director, Samir Khoury. El primero de ellos, que es también la primera película erótica árabe, Sayedat-al-aqmar al-sawda´ (La dama de las lunas negras, 1971), fue una coproducción entre el Líbano y Kuwait. En ella, el crítico de cine Mohammad Rida veía influencias del cineasta español Buñuel[130] y resonancias de la trama y el personaje de Belle de Jour, aunque, a pesar de que sí existe una mezcla de sueños eróticos y escenas surrealistas que podría recordar al estilo del autor español, la capacidad narrativa de Khoury estaba lejos de la de aquél y, si bien supuso el mayor beneficio comercial de un filme libanés[131] —fue un éxito de público durante un par de años, especialmente a nivel nacional, pero también en otros países como Túnez—, la trama es confusa y no demasiado brillante. Debido al éxito de público, tan sólo un par de años más tarde Khoury rodó un segundo título del mismo género, Ad-Diab la ta´kul al-laham (Los lobos no comen carne, 1973), que, sin embargo, no alcanzó el éxito esperado.[132] Por otro lado, el estallido de la guerra frenó en seco esta nueva brecha narrativa.[133]

Más allá de la importancia fílmica de estas películas, lo interesante es ver cómo se estaba generando un insólito horizonte para el cine libanés, en el que incluso cabía la posibilidad de generar un nuevo tipo de cine original en la región. Todos estos títulos fueron los primeros intentos y, aunque probablemente no se pueda hablar de “una revolución cinematográfica”[134] como tal, sí se apuntaban nuevas formas y temas más cercanos al escenario libanés más real y complejo. Surgía también un lenguaje que ha terminado siendo el que ha perdurado dsurante y tras la guerra, mientras los melodramas musicales y comedias ligeras, aunque se siguieron produciendo, terminaron prácticamente por desaparecer.

[1] El Líbano ocupa tan sólo 10.400 km2.

[2] Bahjat E. Rizk, L’identité pluriculturelle libanaise: pour un veritable dialogue des cultures, París, Idlivre, 2002, pp. 28-29

 

[3] Los armenios llegaron al Líbano en masa entre 1915 y 1918, tras las masacres contra su comunidad acontecidas en Turquía. En los años 1920 llegaron los kurdos desde Anatolia, Siria e Iraq. Los palestinos empiezan a llegar sobre todo a partir de 1948. Pascale Féghali, “Le quartier de Sanayeh à Beyrouth. Une exploration filmique”, Cahiers de l’ifpo 4 (2009), p. 44.

[4] Kassir, op. cit., p. 30.

[5] Corm, El Líbano contemporáneo, cit., p. 59.

[6] Gema Martín Muñoz, El Estado árabe. Crisis de legitimidad y contestación islamista, Barcelona, Bellaterra, 1999, p. 160.

[7] Ibid., p. 161.

[8] De taifa o facción en árabe, se traduciría como “faccionalismo” o “sectarismo”.

[9] Javier Lion Bustillo, “Líbano 1975-1990: ¿teatro de confrontación internacional o fuente de inestabilidad regional?”, Revista Paz y Conflictos 5 (2012), pp. 66-92, aquí p. 71.

[10] Hichem Djait, La personalidad y el devenir araboislámicos, Madrid, Mapfre, 1996, p. 77.

[11] Existe una extensa literatura en torno a estas dos ideologías y el panarabismo en general. Véanse Carmen Ruiz Bravo-Villasante, La controversia ideológica. Nacionalismo árabe/Nacionalismos locales, Oriente 1918-1952, Madrid, Instituto Hispano Árabe de Cultura, 1976, y Anouar Abdel Malek, La pensée politique arabe contemporaine, París, Seuil, 21970.

[12] Kamal Salibi, A house of many mansions: the history of Lebanon reconsidered, Londres-Nueva York, IB Tauris, 42003, p. 44

[13] Aunque estudios posteriores parecen demostrar que estos árabes no estaban tan dormidos. Véase sobre este tema la obra de Ignacio Gutiérrez de Terán, Las relaciones interconfesionales en Líbano y Siria. Desde la época de las Tanzimat hasta nuestros días, tesis doctoral, Dpto. de Estudios Árabes e Islámicos, Universidad Autónoma de Madrid, marzo de 2000.

[14] Amin al-Rihani, perteneciente al universo maronita, se dedicó desde 1920 a viajar por todo el mundo árabe predicando el panarabismo. Carmen Ruiz tradujo y publicó la obra de Rihani escrita con ocasión de su viaje a Marruecos y España, Un testigo árabe del siglo xx: Amin al-Rihani en Marruecos y en España, Madrid, Editorial Cantarabia, 1993.

[15] Gutiérrez de Terán, op. cit., p. 186

[16] Bernabé López García, Líbano, el conflicto inacabable, Madrid, Cuadernos Historia 16, núm. 181, 1985, p. 4.

[17] John B. Christopher, Lebanon. Yesterday and today, Nueva York, Holt, Rinehart and Winston, 1966, pp. 90-91.

[18] Por la que se permitía a las tropas estadounidenses actuar en caso de que el país lo pidiera si había una amenaza comunista. Christopher, op.cit., p. 109, y Lion Bustillo, op. cit., p. 72.

[19] La unión de fuerzas sirio-egipcia se materializó en la volátil República Árabe Unida, rau, nacida oficialmente en 1958 pero que subsistió tan sólo hasta 1961. La rau fue conformada por la siria baazista y el Egipto de Nasser. Bajo esa nueva unión, participaron con películas en los Festivales de Bruselas, Cannes, Berlín, Karlovy-Vary y San Sebastián; en Luis Chaouet et al., Le cinéma a travers le monde, París, Hachette, 1961.

[20] Iskandar, op. cit., p. 137.

[21] En general, les llegaban armas a través del Ejército libanés o de Europa del Este. Harb Lubnan (La guerra del Líbano), dirigido por Omar Isawi, producido por Al-Yazira TV, 2004.

[22] Nur Masalha, “La importancia histórica de la comunidad palestina en Líbano”, La Vanguardia, dossier Los Palestinos, núm. 8, octubre-diciembre de 2003, pp. 55-60.

[23] Para datos sobre oleadas de refugiados palestinos hemos tenido en cuenta varias fuentes: Souheil Mahmud El-Natour, Awda´ ash-sha‘ab al-filistini fi Lubnan [Situación de los palestinos en el Líbano], Beirut, Dar at-Taqaddum al ‘Arabi, 1993; Antoni Segura, Aproximación al mundo islámico: desde los orígenes hasta nuestros días, Barcelona, Universitat Oberta de Catalunya, 2002, y Avi Shlaim, El Muro de Hierro. Israel y el Mundo Árabe, 2.ª ed. ampliada y actualizada, trad. B. León y R. Reyes, Granada, Almed, 2011.

[24] El-Natour, a lo largo de Auda´ ash-sha`ab al-filistini fi Lubnan.

[25] Ibid., p. 23

[26] El-Natour daba en Auda´ ash-sha`ab al-filistini fi Lubnan dos posibles “soluciones”: bien la continuación de la emigración de los palestinos a otros países, bien que les fuera concedida la nacionalidad libanesa, contemplando, como dice el autor, que al menos de momento el retorno es algo sobre lo que no se tiene certeza.

[27] “Filistiniun lubnan. Al-tadamuyy, wa al-tanafer, wa al-sira´”, Assafir, Beirut, 2000.

[28] Prueba de la importancia de éstos fue el Instituto de Estudios Palestinos (Muassasat Ad-dirasat Al-Filistiniya), una organización fundamental a la hora de comprender la importancia de la presencia y la actividad de los intelectuales palestinos en el Líbano. Esta institución no está ligada a ninguna asociación o partido político y se dedica exclusivamente a la documentación y la publicación sobre la causa palestina y el conflicto árabe-israelí.

El Instituto, que nació en Beirut en el año 1963, cuenta con la mejor biblioteca especializada en el tema. Actualmente son dos los Institutos que se dedican a las publicaciones, el beirutí y el de Washington, donde a lo largo de su historia ha tenido numerosas presiones.

Copublican con dos universidades de gran prestigio: Columbia University y Oxford University, además de publicar resúmenes de prensa israelí que se traducen al árabe y al inglés.

La biblioteca del centro cuenta con más de 50.000 libros, con mucho material valioso y de otra manera inaccesible, como una colección de fotografías de la Palestina que existió hasta 1948, y discursos o declaraciones de diferentes líderes que han tenido lugar a lo largo del conflicto.

El Instituto publica trimestralmente tres revistas fundamentales: Journal of Palestine Studies, publicada en Estados Unidos desde 1971; Revue d´études palestiennes, publicada desde 1982 en Francia, y Mayallat al-Dirasat al-Filistiniya, editada desde 1991 en Londres y Ramallah.

[29] Al principio del mandato británico, el 87 por 100 de los habitantes de Palestina eran nativos árabes, a finales de 1948, el 35 por 100 de la población fue desplazada fuera de los bordes de su patria y la mitad fue desplazada dentro del país. Tres cuartas partes de los palestinos en el mundo están desplazados, incluyendo los desplazados interiores. Al principio del mandato, el 93 por 100 de la tierra era propiedad de palestinos, a finales del 48, los palestinos fueron desposeídos del 70 por 100 de su tierra y hoy día los palestinos tienen sólo acceso a un 10 por 100 de su tierra histórica.

[30] Uno de cada tres refugiados en el mundo es palestino.

[31] Definición de la Convención de Ginebra del 28 de julio de 1951.

[32] El-Natour, op. cit., p. 23.

[33] Sus siglas responden a la denominación inglesa, United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East (Agencia de Asistencia de la onu para los Refugiados Palestinos en Próximo Oriente), y fue creada mediante la Resolución 302 (IV) de la Asamblea General de la onu del 8 de diciembre de 1949.

[34] El-Natour, op. cit., p. 111.

[35] Episodio que aparece en la película Bairut, ya Bairut (1975) de Maroun Bagdadi.

[36] Harb Lubnan, dirigido por Omar Isawi.

[37] Ibid.

[38] Segura, op. cit., p. 127.

[39] Kassir, op. cit., p. 32.

[40] El-Natour, op. cit., p. 28.

[41] Harb Loubnan, dirigido por Omar Isawi.

[42] Entre otras cosas, esto llevó al aumento de la tensión entre el Gobierno del Líbano y los palestinos. El Gobierno libanés arrestó a dos libaneses y un palestino con explosivos que, supuestamente, iban a perpetrar un ataque contra la embajada americana en Beirut. En represalia, los palestinos tomaron como rehenes a tres soldados libaneses, exigiendo la puesta en libertad de los arrestados, a lo que el Ejército respondió con ataques a los campos de refugiados, y los palestinos, a su vez, con un ataque al aeropuerto beirutí.

[43] Walid Charara y Frédéric Domont, Le Hezbollah. Un mouvement islamo-nationaliste, París, Fayard, 2004, p. 33.

[44] Entre 1949 y 1964, se registraron 140 agresiones israelíes contra Líbano; entre 1968 y 1974, 3000. Charara y Domont, op. cit., pp. 36-37.

[45] Charara y Domont, op. cit., p. 34.

[46] Véase Christian Chesnot, La Bataille de l´eau au Proche Orient, París, L´Harmattan, 1993.

[47] Segura, op. cit., p. 127.

[48] Nacido en 1928 en Qom, Irán, desapareció en Libia el 13 de agosto de 1978. Fue un hombre religioso y clave en la historia de la shía y del Líbano, de familia originaria del Sur, adonde volvió en 1960; reconstruyó “Yama‘ia al-bir wa-l-ihsan”, fundó también otros comités que llevaban a cabo trabajos sociales y benéficos. Información recogida en el Centro Imam Musa As-Sadr para la investigación y los estudios (Markaz al-Imam Musa As-sadr li-l-abhaz wa-d-dirasat) en Beirut.

[49] Amal viene de la siglas Afway al-muqawama al-islamiya (Batallones de la Resistencia Islámica) y es un acrónimo que significa “Esperanza”.

[50] Salibi, op. cit., p. 19.

[51] Joseph Maila, “El modelo multicomunitario libanés: una organización del pluralismo religioso”, Cuadernos del Mediterráneo 1 (2000), pp. 47-55, aquí p. 52.

[52] Rizk, op. cit.

[53] Corm, op. cit., pp. 131-32.

[54] Miguel Ángel Peña Agüeros, Beirut: historia de una ciudad plural, Melilla, Consejería de Cultura, Educación y Deporte, Servicio de Publicaciones, 1996, pp. 117-118.

[55] Las fechas más importantes fueron la huelga de los trabajadores de la fábrica de dulces Ghandour, que tuvo lugar en 1972 y se saldó con dos muertos, y el 26 de febrero, Día de los Pescadores, en el que se levantaron los pescadores de Saida contra el proyecto de monopolio de la Protein Company, cuyo dueño casi en su totalidad era Camille Chamoun. La empresa pretendía pescar en toda la costa libanesa, y en el transcurso de aquella manifestación la policía mató a Maaruf Saad, un popular líder de izquierda local.

 

[56] Harb Lubnan, dirigido por Omar Isawi.

[57] Entre los episodios de la vida pública y política del Líbano destacó una escena comentada ampliamente por los medios del momento y que retrata el grado de tensión política que existía: en el Consejo de Ministros, el líder falangista Amin Gemayel dio una bofetada al político Rachid al-Soleh cuando este último dijo que había que acabar con el taifismo en el Líbano.

[58] Respuesta de Bourhane Alawieh cuando Guy Hennebelle le preguntó qué le movió a hacer Kafr Qassem, su filme crucial en el nuevo cine árabe. Entrevista aparecida en Afrique literaire et artistique 42 (abril de 1976) y citada en Guy Hennebelle y Khemais Khayati, La Palestine et le cinema, París, E. 100, 1978, p. 146.

[59] Primera película rodada en el Líbano, aunque Giordano Pidutti era italiano.

[60] Hazi Zaccak, Le cinéma libanais: itinéraire d´un cinéma vers l´inconnu, 1929-1996, Beirut, El-Mashriq, 1997, p. 49.

[61] Sirva de ejemplo el programa del quinto festival, donde presentaron, entre otras, la última película de Satjyiajit Ray Mahanagar (La gran ciudad, 1963), Baya´ al-jawatem (El vendedor de sortijas) de Youssef Chahine y, en paralelo al festival, se organizaba desde 1964 la Semana de la Crítica, en la que presentaban películas inéditas en el Líbano y de carácter no comercial. Cinés d´Orient, núm. especial sobre el Festival de Cine, 9 de octubre de 1965.

[62] Al-Ajbar, 1 de agosto de 1965, p. 5.

[63] Jacques Robert, el director de la Federación de Cineclubes de Francia, país donde contaban en ese momento con unos quinientos en funcionamiento, hizo una visita a Beirut en 1963 de la que dieron cuenta las revistas locales, y, probablemente, aquella visita avivó lo que ya estaba comenzando.

[64] Entrevista personal con Jean-Pierre Goux Pelleton, Beirut, 2005.

[65] Entrevista personal con Émile Chahine, quien organizaba algunos de estos cursos y en la actualidad es profesor de cine en la universidad pública libanesa. En los cursos que impartía incluía el visionado de las películas de directores clásicos y de protagonistas de la Nouvelle vague francesa como Truffaut, Rohmer, Chabrol y Godard. En cuanto a los cineastas no franceses de las nuevas olas no había mención alguna, lo que deja patente la importante presencia de la cultura francesa en la antigua excolonia.

[66] El cual promocionaba las actividades del cineclub la Jeunesse y las sesiones de cine de Champville.

[67] Georges Sadoul, Le cinèma des Pays Arabes, Beirut, Centre Interarabe du cinéma et de la Télévision, 1966.

[68] Según Emile Chahine, Samir Nasri fue uno de los personajes clave que alentó localmente a muchos jóvenes a interesarse en un cine diferente al puro producto de entretenimiento. Entrevista personal, Beirut, 2004.

[69] Entre las menciones al nuevo cine que se hacían en ella, están la proyección de La Rupture (La Ruptura, 1970) de Claude Chabrol en la sala de arte y ensayo Clemençeau, presentada por Jean-Pierre Goux Pelleton. Otro artículo acerca de la proyección de un filme de Andrej Wajda en el cine-club de la Jeunesse y uno sobre la Palma de Oro de Cannes concedida a Antonioni son, además de las menciones a Brigitte Bardot, una de las musas de la Nouvelle vague desde Et Dieu créa la femme (Y Dios creó a la mujer, 1959) de Roger Vadim, los artículos más extensos que hemos encontrado que hagan referencia a los nuevos cines europeos.

[70] El último número se publicó el 25 de octubre de 1952.

[71] Publicado el 13 de abril de 1968.

[72] Al-Ajbar, 1 de agosto de 1965.

[73] Mohammad Sueid, As-sinima al-lubnaniyya, as-sura al-muhayira (El cine libanés, la imagen errante), suplemento del sábado, An-nahar, Beirut, 3 de octubre de 1998, pp. 4-17.

[74] Sobre la relación del Estado y sus cineastas, así como sobre la censura cinematográfica en los países árabes, es fundamental la obra de Samir Farid, As-sinima wa-l-dawla fi-l-Watan al-´arabi.

[75] Muhammad Rida, “As-sinima al-badila al-qadima min al-Maghreb” (“El cine alternativo del Magreb”), entrevista con Bourhane Alawieh, Film 2, 7 de octubre de 1973, Beirut.

[76] André Bercoff en una conferencia sobre cine libanés, Túnez, 1966. Hadi Zaccak, “Regard sur le cinéma libanais”, Travaux et jours 69 (primavera de 2002), pp. 171-191, aquí p. 175.

[77] Samir Farid, “Mawdwat al-bahaz fi mu´utamar ay- yamia´t al-tunsiya li-nawadi as-sinima”, cit., p. 140

[78] Ibid., p. 147.

[79] Ibid., p. 148

[80] Ambos dependían del Ministerio de Trabajo y el primero quería implantar unos sueldos mínimos para proteger a los cineastas, mas nunca lo logró.

[81] Elena, Los cines periféricos, cit., p. 215.

[82] Yves Thoraval, Les écrans du croissant fertile. Irak, Liban, Palestine, Syrie, París, Séguier, 2003, p. 40.

[83] El cine egipcio, sin embargo, tenía amplia difusión en la televisión.

[84] Naja Al-Ashqar, entrevista personal, Beirut, septiembre de 2011.

[85] Al-Ajbar 1, 1 de agosto de 1965.

[86] Mohammad Sueid, As-sinima al-lubnaniyya, as-sura al muhayira (El cine postergado), Beirut, Muassasa al-abhaz Al-arabiya, 1986.

[87] Mohammad Sueid, Ya fu´adi: sira sinimaiya `an salat Bairut ar-rahila (Oh corazón mío: historia cinematográfica de las salas de Beirut desaparecidas), Beirut, An-Nahar, 1996, p. 78.

[88] “As-sinima al-lubnaniyya tabhaz `an huwiyyatan mundu sitta…uqud!” (“¡El cine libanés busca su identidad desde hace seis décadas!”); Joseph Qardahi, As-Sayyad, Beirut, 27 de noviembre de 1985.

[89] El desplome del Intrabank es uno de los capítulos que auguraron el malestar social y rechazo a la presencia palestina en el país, especialmente por parte de la burguesía cristiana libanesa. En realidad, se podría observar incluso como uno de los capítulos o incidentes que anunciaban ya el futuro conflicto.

[90] Press book de La Chinoise, agosto, 1967. Pierre Belfond, Jean-Luc Godard par Jean-Luc Godard, París, Collection des Cahiers du Cinéma, 1968.

[91] Zaccak, “Régard sur le cinéma libanais”, cit., p. 187.

[92] Entre otros, le dedica un epígrafe especial Thoraval, Les écrans du croissant fertile, cit., p. 37; Zaccak, Le cinéma libanais, cit., p. 40.

[93] Henry Zafar, Le cinéma libanais. Essais et espoirs, p. 1 (en prensa).

[94] Entrevista personal con Georges Nasser, Líbano, 2004.

[95] Zaccak, Le cinéma libanais, cit., p. 38

[96] Entrevista personal con Georges Nasser, Líbano, 2004.

[97] Entrevista personal con Georges Nasser, Líbano, 2004.

[98] Aunque, según Georges Nasser, la película está sólo relativamente perdida, pues, ya en su estreno en el Festival de Cannes, el productor, Mario Aracktingui, productor únicamente de esta película, decidió incluir una escena porno, por lo que el director se negó a que siguiera circulando con su nombre y parece ser que, finalmente, este productor lo cambió por Paul Michel y la película dormita en alguna videoteca francesa; Nasser afirmaba que probablemente se encuentra en la Cinemateca del Instituto del Mundo Árabe de París o en algún fondo parisino bajo el título Du sel sur la peau (Sal sobre la piel).

[99] La siguiente fue Al-Infiyar (La explosión, 1982) de Rafiq Hayar, basada en el libro de Tawfiq Youssef Awaad, Tawahin Bairut (Los molinos de Beirut).

[100] Al-Ajbar, 1 de agosto de 1965.

[101] Thoraval, Les écrans du croissant fertile, cit., p. 38.

[102] Ciné d´Orient (diciembre de 1972), p. 4.

[103] Tania El-Khoury, “Les cinéma libanais et leurs publics”, en L´homme et la société: revue internationale de recherche et de synthèse en sciences sociales 154 (2004) [Le cinéma populaire et ses ideologies], p. 133.

[104] Sueid, As-sura al-muhayira, cit., p. 11.

[105] Rida, “As-sinima al-badila al-qadima min al-Maghreb”, cit.

[106] Sueid, “As-sinima al-lubnaniya, as-sura al muhayira”, cit., p. 12.

[107] Anunciados con grandes letras en el cartel con la frase “Con Nadia Gamal, la famosa bailarina oriental”, a pesar de que su número sólo dura unos minutos en la película.

[108] El rodaje de esta película tuvo un final muy trágico; hacia el final, un problema eléctrico causó un incendio en el que perecieron veinte personas del equipo, entre ellos el propio director.

[109] Thoraval, Les écrans du croissant fertile, cit., p. 63.

[110] Madanat, op. cit., p. 168.

[111] Texto de Mustafa Abu Ali y Randa Chahal firmado en noviembre de 1976. Hennebelle y Khayat, La Palestine et le cinema, cit., p. 163. Al ser expulsada la cúpula de la olp de Beirut a Túnez reorganizaron en 1987, en el nuevo lugar de exilio, el Centro Palestino de Cine, pero lo cierto es que un gran número de realizadores se dispersaron por distintos países.

[112] Aunque tanto esta como la práctica totalidad de sus posteriores películas se perdieron, ya que, según su testimonio, miembros de la milicia Ama les prendieron fuego en alguno de los episodios de la guerra civil.

[113] La batalla de Tell Ez-Zatar tuvo lugar en agosto de 1976, entre milicias libanesas y comandos palestinos que luchaban desde dentro del campamento de refugiados de Tell Ez-Zatar, situado cerca de la ciudad de Sidón. El enfrentamiento fue cruento y salvaje, dejando un gran saldo de víctimas —hay fuentes que hablan de mil muertos— y la destrucción de gran parte del campamento. Años más tarde, en 2007, las matanzas de Naher el-Bared a manos del Ejército libanés recordaron lo que había ocurrido entonces. Entre las películas que se produjeron hubo una de factura española: Camino a Naher el Bared (2008) de Sebastián Talavera.

[114] Sinopsis en Anexos.

[115] Kamal Ramzi, “Irtibat nashu´as-sinima al-´arabiya bi-harakat al-tahrir al-´arabi” (“Relaciones entre el surgir del cine árabe y los movimientos de liberación nacional”), Al-Huwiya al-qaumiya fi as-sinima al-´arabia, Beirut, Maktaba al-mustaqbal al-arabiya al-badila, Markaz dirasat al-wahdat al-´arabiya wa-yami´at al-umam al-muttahida, 1986, pp. 15-87, aquí p. 79.

[116] Zaccak, Le cinéma libanais, cit., p. 118.

[117] Naja Al-Ashqar, entrevista personal, Beirut, septiembre de 2011.

[118] Claude Michel Cluny, “El cine y Palestina”, en Kais Al-Zubaidi (ed.), Cine Palestino. Els Quaderns de la mostra, Valencia, Fundación Municipal de Cinema con la colaboración de la olp, 1986, pp. 7-8.

[119] Mustafa Abu Ali dirigió Bi-ruh bi-ddam (Con el alma, con la sangre, 1972), un documental palestino sobre el Septiembre negro de Jordania en 1970; fue el trabajo pionero de los documentales palestinos combativos. Salah Dehny, “La historia del cine palestino”, en Al-Zubaidi (ed.), Cine Palestino. Els Quaderns de la mostra, cit., p. 29.

[120] Según sus estatutos recogidos en Cluny, op. cit., p. 7.

[121] Asesinados el 15 de marzo de 1978 por soldados israelíes; Hans-Joachim Schlegel, “El cine palestino”, en Cine Palestino. Els Quaderns de la mostra, Valencia, Fundación Municipal de Cinema con la colaboración de la OLP, 1986, p. 9.

[122] Asesinado en combate en el norte del Líbano el 11 de abril de 1976; Schlegel, op. cit., p. 8.

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