POEMAS 13

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Daniel Karl Goehler

POEMAS 13

Prólogo:

31 cuentos en forma de poema que tratan del "hoy" desde el punto de vista de un futuro lejano. Retrospectivamente, muchas realidades de hoy solamente se van a conocer como un pasado lejano, otras seguirán como tal, ciertas cosas entre los humanos nunca cambiarán...¿o sí? Esperemos que el futuro no nos juzgue tan duro...

Érase una vez un cuento sin fin...

Érase una vez un cuento sin fin

así llamado porque nunca terminaba

ni cuando le llegaba la última página

el cuento entonces seguía como un granito en el mar amarillo

y al final del desierto, derivado por el Siroco

seguía en las lomas de las dunas y desde ahí donde las montañas afinas

metiéndose por todas las matas, trepando los troncos hasta que llegara donde terminaban los árboles

para entonces seguir en las alas de una gaviota

el cuento dejaba sus marcas en las nubes que pasaban a lo largo de la costa

y terminaba en las gargantas hambrientos de los críos

y vomitado se caía desde el nido hacía abajo

donde fue tragado por una ola y así llegaba al océano

y seguía debajo del agua salado, en la espalda de una tortuga

que le llevaba por su recinto para que dejara sus marcas de entre de todas las corales

donde entonces se enredaba en una red verde de angostas mallas

para estar sacado del eterno azul para seguir en el bote de un pescador

y seguía en las manos maltratadas y en la cara arrugada

al llegar a la orilla seguía en los labios de la mujer que lo esperaba

y así llegaba a la chabola y de ahí seguía entre el pellejo de un gatito

que lo llevaba entonces a alabar la luna en el medio de la noche

y poco después dejaba sus marcas en el zapato que terminaba con el canto del gato

y así descansaba hasta que llegara el sol de la mañana

y seguía en el pie de un hombre que llevaba dos zapatos desiguales

y lo llevaba a una mina de minerales

y seguía debajo de la tierra en la oscuridad caliente, dejando sus marcas en los topos

dejando sus marcas en la miseria de plata que les fue pagado al fin de la jornada

y así llegaba a la camarera del bar que lo metía entre sus senos como una propina

y alla seguía hasta la mañana siguiente

y fue llevado por el frío agua de la ducha, dejando sus marcas a lo largo del cuerpo de la señorita

para acabar en el alcantarillado donde entonces jugaba con las ratas

y seguía por un tubo que lo llevaba a un río que pasaba por una ciudad grande

y al pasar una lancha en forma de cresta de espuma, llegaba a un jeep militar que rápido pasaba

seguía en las bobadas que escuchaba referente al por qué se luchaba

seguía en un terreno de batalla donde dejaba su huella trazando los contornos de los ya fallecidos en el suelo

para entonces seguir en otra mano maltratado de un oficial que les arrancaba las placas

y seguía en una carta de luto

y así llegaba a otras manos maltratados de los padres que perdieron a su propia carne

y seguía en la rabia y en el dolor

dejando sus marcas en los gritos para así llegar al oído de los demás

y seguía en las protestas por la paz

y seguía en la porra de un policía que amaba mucho a su hijito y después de su jornada

llegaba a la casa a abrazarlo con todo el amor que lo guardaba

y así seguía el cuento pegado en el niño que lo llevaba al parque infantil el próximo día

y lo dejaba de entre de todos los juguetes que tenía en el cajón de arena

y así descansaba

al entrar la noche fue arrancado de los sueños por un bicho que formaba bolitas de fango

que entonces fue devorado con todo lo suyo construído por un loro

que después lo llevaba al eterno verde la selva consigo

y allá continuaba el cuento y su existencia eterna mientras que hubieran ojos y oídos y dedos que lo veían, lo oían, lo sentían

dejaba su huella en el eterno verde, entre las orquídeas y los aguaceros

siguiéndo en cada gota que llegaba a atravesar el techo túpido del cielo selvático

en una de las plumas rojas quería descansar un rato

pero un jaguar con hambre trataba de devorar al medio que lo trajó

y encima de una pluma roja arrancada

seguía su viaje encima del colmillo del rey del recinto

dejando su huella en los caminos del felino hasta llegar a un abra

donde talaban los árboles por razones de pobreza y de avaricia

dejaba entonces sus huellas en las manos maltrados de los explotados y de los explotadores

para ver entonces cómo las llamas se comieron al entorno

y convertido en humo subía otra vez al cielo

y seguía otra vez en la alas de ahora un gallinazo

que lo llevaba donde antes él haber salido

pero de descansar nada

resultaba que en vez de quedarse quieto un par de semanas

con el mismo rumbo que se le da vueltas la tierra

seguía otra vez en la arena y fue recogido por una mano maltratada

que empezaba a ponerlo en su pluma y el cuento seguía otra vez

en una página

para seguir su eterna jornada

Érase una vez el progreso...

Empezamos como comunidades chiquitos, tribus, si quiere

más grande que la familia, más pequeño para pasarse por pueblo

empezamos como nómadas, algunos de nosotros como vagabundos, si quiere

hasta que un día decidimos de no vagar más sin rumbo

y cultivamos las tierras, construimos las casas, ya habíamos llegado

felices por haber llegado ya

un par de nosotros no creían en el éxito de este proyecto

¿De quedarnos como quietos? ¡Ni modos! ¿Para qué nos dieron piernas los dioses?

Y se fueron, regresaron a nuestra prístina manera de vivir, regresaron en paz

¿Y lo nuevo nuestro? Resultaba tenso, pues el acumular de bienes dio luz a la envidia

Y pronto nació su hermana; la violencia

Y entre nosotros empezamos a luchar porque uno tenía una parcela más fructífera

que el otro y no éramos capaces de colaborar, sino recordamos lo guerrero que éramos hace poco

que sería mejor volvernos nómadas, que aparentemente todavía nuestra mente no aguantaba

vivir en paz humilde y en unidad libre y en respecto recíproco

pero muchos de nostros ya no querían volver a las andadas demasiado mal interpretadas y se quedaron

y aunque se repetieron las erupciones de violencia, nosotros nos acostumbramos rápidamente

y lo convertimos a algo normal con que hay que pues vivir

y así seguíamos con dando el brazo al torcer – los robos, los asesinatos, la inseguridad durante

las noches que se convertieron en el horario laboral de sicarios y ladrones

hasta que un día nos dio con la idea de crear una fuerza alternativa del castigo, como un padre

quién a todos nosotros castigara igual en el caso de que estropeáramos y resultaba buen intento

de tratar de acabar con las maldades

El pavo más brutal ya pensaba dos veces

antes de levantar su espada porque le daba la gana

así nomás robando y matando como antes solía

ya nomás posible era, y así llegamos a pacificar a nuestra sociedad violenta

y estaba bien, hasta que la corrupción dejó de que la justicia posibilitó la imposición

en el caso de que la culpa podía estar comprobada

pues muy a menudo él que pagaba un buen fajo de billetes

inocente se convertía, aunque sus manos estaban llenas de sangre y de evidencia

así que ya era tiempo de implementar otra entidad para reganar el control

sobre lo que nos escapó de las manos

Y así pasó – otra entidad que resolvió el problema y que paz creía

Impresionante qué grande nos habíamos puesto, que hace poco éramos pocos

y ya llevabamos un par de siglos

en ciudades cada vez más grandes

la interdependencia crecía con cada ciudadano nuevo y nuestra manera de comportarnos

se encontraba en un constante desarrollo

que hasta libros escribimos que trataban del cómo y del qué era el comportamiento fino

para pues diferenciarnos entre nosotros

quién era el que mandaba y quién era el que obedecía

mediante de la manera como un señor usaba la cuchara ya se podía ver si era guaro

o un hombre educado, y poco a poco empezamos a buscar diferencias entre cada uno

para entonces meterlo en un grupo específico y con más gente al llegar

tuvimos la gloriosa idea de subdividirnos en clases

y poco a poco estas diferencias creadas por una partica de nosotros tenía por consecuencia

otra vez olas fuertes de violencia

hasta que culminaba en una guerra entre nosotros en la que luchamos por cosas inventadas

por bobadas, por pertenecer al grupo X que no puede con la Y o la Z y por ende

con los avances tecnológicos de nuestro tiempo, aumentamos los puñetazos que en el pasado nos dimos en trueños de fuego que eran capaces de acabar con miles de caras a la vez

Y poco después

reformamos lo nuestro, a nosotros, a la sociedad

y reemplazamos los que antes nos oprimían y estaba un alivio de sentir la libertad

de nuevo, y había paz por un rato

 

hasta que la revolución se puso hambrienta con ceguera y empezó a comer a sus críos y dejar

más nada que un hueco que de nuevo haya sido rellenado

con otro opresor que solía pertenecer a la clase que sufría a lo largo de los años pasados

de un maltrato físico y psicológico por parte de los de arriba

que ya no existían pero renacieron en forma del oprimido que no conocía más

que el sistema bajo él sufría

nosotros, a lo largo del camino, con nuevos avances en cualquier sector

y con más avances, más reglas aparecían y más presión invisible se nos caía encima

para algunos de nosotros como un peso en los hombros, para otros más ligera como una mosca

y pues después de un tiempo, otra vez una parte de nosotros no podía más

y revoltó

pero no solamente entre nosotros, sino tratando de exportar sus ideales a tierras ajenas, donde se estaba quedando la otra parte de nosotros que desde el principio no participó en nuestro proyecto

de los cuales pensaron que necesitaban ayuda en forma de mostrarles cómo se vive

y después de rompernos las caras y almas entre nosotros

enviamos a nuestras tropas para sembrar el progeso y la paz con la espada

una idea falsa y ridícula

pero nosotros desde hace el momento en el que decidimos de quedarnos en un sitio específico

perdimos una parte muy esencial de nuestra cultura antaño

el simple vivir sin perdernos en peleas que no deberían ir al grano

pues el grano no sirve si exclusivamente una parte de nosotros lo acapare

el grano que era la base de alimentarnos a todos

pertenece a todos

y en vez de perdernos en la violencia y la guerra

deberíamos considerar que talvez lo mejor sería

dejar las ciudades que construimos y volvernos nómadas y no lastimar a más nadie en gran escala

salvo a nosotros poquiticos, estando en nuestros grupos chiquitos, pues llagas chicas se curan más rapidamente

tratando de finalmente dar luz a la pacífica coexistencia de miles y un mundo, tomando en cuenta las lecciones que aprendimos a lo largo del tiempo

fácil de manejarnos de una manera más pacífica

pero tener en cuenta que los mares de almas que obviamente todavía no estén listos

para este estilo de moderna vida ciudadana que llevamos desde hace demasiados tiempos

hacerles recapacitar a cado uno de ellos...

De tribus a comunidades

de comunidades a pueblos a pueblotes a ciudades

de ciudades a districtos a regiones a países

de países a emperios a super – estados...

¿a qué? ¿Para dónde nos llevará nuestro camino?

Talvez ya sea tiempo de un camino de decivilización – sin jamás olvidarnos de nuestros errores ya cometidos –

para el bien de todos...

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