Read the book: «Depresión, Ansiedad y la Vida Cristiana»

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“Richard Baxter era un psicólogo experto y también un teólogo. En este libro están algunos de sus escritos sobre la depresión. J. I. Packer es un teólogo moderno y discípulo permanente de Baxter. Michael Lundy es un psiquiatra clínico que ha modernizado los textos de Baxter. El resultado es un libro de sabiduría práctica inusualmente instructivo que será de gran ayuda para los pastores y quienes están llamados a dar consejo a los abatidos”.

—Paul Helm, Profesor emérito de Historia y Filosofía de la Religión, King’s College, Londres; autor de The Providence of God

“Aquí encontrará dos tesoros al precio de uno: consultas con un psiquiatra en ejercicio (Michael Lundy, quien, por definición, es un ‘sanador del alma’) y un distinguido teólogo (J. I. Packer, a quien le encantan especialmente los autores cuya teología se compromete con lo que solía llamarse ‘la cura de las almas’). Sin embargo, de hecho, resulta que son tres tesoros por el precio de uno, cuando un doctor en medicina y un doctor en filosofía resaltan juntos la sabiduría del notable pastor y teólogo Richard Baxter. Depresión, ansiedad y la vida cristiana es simultáneamente un manual para pastores y consejeros, un recurso para grupos de estudio y un diccionario de sinónimos de consejo espiritual para aquellos que luchan y para quienes se preocupan por ellos. Un par de consultas con el grupo de médicos del alma formado por Packer, Lundy y Baxter ¡será medicina para su alma!”.

—Sinclair B. Ferguson, Profesor Rector de Teología Sistemática, Seminario Teológico Reformado; Asistente de cátedra, Ligonier Ministries

“Un cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente. En este libro, J. I. Packer y Michael Lundy se asocian con el gran puritano Richard Baxter, quien fue un verdadero médico de almas, para ofrecer a los cristianos la ayuda tan necesaria sobre las realidades espirituales escabrosas de la depresión y la ansiedad. Pocos, si acaso, no podrán ser inmensamente auxiliados por la guía que se ofrece en estas páginas”.

—Mark Jones, Profesor Anciano, Iglesia Faith Vanouver Presbyterian, Vancouver, British Columbia.

DEPRESIÓN,
ANSIEDAD y la VIDA CRISTIANA

SABIDURÍA PRÁCTICA DE RICHARD BAXTER

Revisado, actualizado y anotado por el

DR. MICHAEL S. LUNDY

Introducción por

J. I. PACKER


Depresión, ansiedad y la vida cristiana: Sabiduría práctica de Richard Baxter

© 2019 por Michael S. Lundy y James I. Packer

Publicado por Editorial Patmos,

Miami, FL 33166

Todos los derechos reservados.

Publicado originalmente en inglés por Crossway, 1300 Crescent Street Wheaton, Illinois 60187, con el título Depression, Anxiety, and the Christian Life: Practical Wisdom from Richard Baxter

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas se toman de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

Los textos bíblicos marcados con «LBLA» han sido tomados de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS © Copyright 1986, 1995, 1997 por

The Lockman Foundation. Usadas con permiso.

Traducido por Yvette Fernández-Cortez | www.truemessage.co

Revisión de traducción por Nancy Carrera

Diseño de portada e interior por Adrián Romano

ISBN: 978-1-64691-023-6

eISBN: 978-1-64691-098-4

Categoría: Vida cristiana / Consejería

Impreso en Brasil | Printed in Brazil

CONTENIDO

Prefacio

PARTE I: CONOZCA A RICHARD BAXTER

1Richard Baxter, Médico espiritual

J.I. Packer

2Richard Baxter: Perspectiva y retrospectiva

Dr. Michael S. Lundy

PARTE 2: EL CONSEJO DE BAXTER SOBRE LA DEPRESIÓN

3Consejo a los cristianos deprimidos y ansiosos

Richard Baxter

4La resolución de la depresión y la tristeza abrumadora a través de la fe

Richard Baxter

Apéndice: El deber de los médicos

Richard Baxter

PREFACIO

Las siguientes páginas son un esfuerzo conjunto con el propósito de ser un “cordón de tres dobleces”, por así decirlo.1 James Packer, un pastor y maestro, y Michael Lundy, un médico psiquiatra, se reunieron por una admiración compartida por Richard Baxter (1615-1691), un puritano y escritor sobre la vida cristiana, quizá mejor conocido por su obra El pastor reformado. Una de las preocupaciones principales de Baxter como pastor fue aliviar la depresión. Identificándose con la preocupación de Baxter, Lundy y Packer llegaron a pensar que un mini tratado por Baxter que, de corazón, buscaba servir a los deprimidos podría ser, si se republicara en una edición moderna, un recurso valioso para el cuidado pastoral de las personas deprimidas en las iglesias del presente. De ahí la razón de este libro. Aunque será aparente que el Dr. Packer escribió el primer capítulo presentando a Baxter, y el Dr. Lundy escribió el segundo, y editó y actualizó los textos de Baxter en la segunda parte, ambos respaldamos todo lo que se afirma aquí.

¿Qué es depresión?

La depresión es nuestro enfoque, pero ¿qué es eso? Generalizando, podríamos decir que el término describe una presión hacia abajo que exprime y drena cualquier tipo de energía y voluntad que haya habido. Durante más de un siglo, el uso principal de la palabra ha sido psicológico. Un diccionario reciente define la depresión como “un estado de abatimiento extremo o melancolía morbosamente excesiva; un estado de ánimo de desesperanza y sentimientos de ineptitud, muchas veces con síntomas físicos como pérdida de apetito, insomnio, etc.”.2 Tarde o temprano, la mayoría de nosotros experimenta alguna forma de esto, quizás brevemente como el producto del trauma, estrés, trabajo en exceso o algo similar; tal vez en una forma más a largo plazo, habitual, profundamente enraizada; y se nos dice que esperemos que dos tercios de los estadounidenses, en alguna etapa, necesitarán y buscarán tratamiento para la depresión. Es una condición que aparentemente se está volviendo cada vez más común en nuestra cultura ajetreada, bulliciosa, arrolladora, discordante, y parece estar determinada a continuar así.

¿Qué sucede en la depresión? Seguimos hablando en general, decimos: una pesadez irritable ocupa la mente, a veces haciéndola más lenta al punto de una parálisis virtual donde cesa el pensamiento, a veces llevándola a una aleatoriedad improductiva, o a una actitud fija de pesimismo, o una insistencia incesante sobre cosas que se sienten incurablemente mal. Las personas deprimidas se sienten aisladas y distantes de los demás, incluyendo a sus más cernos y más queridos, y de los proyectos en los que, hasta ahora, su corazón estaba totalmente involucrado. La conducta puede volverse excéntrica, impredecible o la inactividad podría establecerse, la creatividad concentrada podría desvanecerse o la tristeza podría volverse habitual. Los sentimientos de ansiedad, baja autoestima y desesperanza se desarrollan, y un pesimismo defensivo toma el control. Molestos por el entusiasmo de otros, los deprimidos podrían parecer malhumorados y agresivos. Algunas depresiones son cíclicas, puntos bajos en los cambios de estado de ánimo bipolar, donde podrían estar seguidos por explosiones de autosuficiencia enérgica. Lo que los medicamentos pueden hacer para modificar estos extremos varía de una persona a otra.

C.H. Spurgeon, el más grande predicador del evangelio de Inglaterra en el siglo XIX, sufría de episodios periódicos de depresión. Sin causa, como parecían, su impacto era pesado; luchar contra ellos era, tal como él decía, como pelear contra la neblina, y él tenía que esperar hasta que la “desesperanza deforme, indefinible, incluso completamente oscura” se levantara de su corazón.3 El “perro negro”, en la edad madura de Winston Churchill, parece haber sido similar.4

Cuando Dios le permitió a Satanás hacer lo que quiso con Job, se nos muestra que el resultado fue un caso extremo de shock traumático, desconcierto, frustración, tristeza y desesperanza, con negatividad hiriente hacia sus amigos sabelotodo. Todas estas cualidades apiñadas, por así decirlo, cada uno con su propio dolor, bajo la sombrilla de la depresión formó caso arquetípico de esta aflicción.

Durante todo un siglo, la depresión ha sido intensamente estudiada desde varios ángulos, y hay muchos libros sobre el tema que reflejan predominantemente las perspectivas post-cristianas y seculares. Sin embargo, nuestro propio punto de vista es un poco diferente.

Nuestro punto de vista

Nuestro ideal para todos los cristianos, incluyéndonos, es vivir tanto como sea posible en el amor, la estabilidad y el gozo constantes, junto con la paciencia, la bondad, la fidelidad y el autocontrol,5 lo que forma el perfil moral de Jesucristo en sus discípulos. Vemos esa forma de vida como un verdadero florecimiento humano, y a la promoción de esta como central para todas las formas de cuidado pastoral, adoración y compañerismo eclesiástico, terapia personal y vida cristiana familiar. Y vemos a la depresión en todas sus formas como una obstrucción evidente a dicha forma de vida, en que Satanás participa regularmente (vea 2 Corintios 12:7).6 Nosotros creemos que, en la sabiduría de Dios, los aguijones en la carne, mentales y emocionales incluidos, pueden volverse medios de avance espiritual que, de otra manera, no sucederían. Y creemos que se halla mayor sabiduría en este asunto, de lo que estamos acostumbrados, en la herencia pastoral del puritanismo del siglo XVII. La sabiduría de Richard Baxter es suprema aquí. En su época, a él se le consultaba y consideraba como la máxima autoridad en lo que se refiere a ministrar a los cristianos afectados por lo que en aquel entonces se conocía como “melancolía”, pero que en nuestros días sería etiquetado como depresión. Nuestra esperanza es que, en nuestra época, al presentar lo que Baxter escribió en este campo, podamos contribuir a la maduración del cuidado pastoral en las iglesias bibliocéntricas, enfocadas en el evangelio y que honran a Cristo.

El plan de este libro, después de nuestros capítulos introductorios, es reproducir dos discursos de Richard Baxter, así como también un ensayo más corto en el apéndice, e indicar cómo su sabiduría puede traerse al siglo XXI para que se convierta en un recurso para el ministerio de hoy día. El capítulo 3, “Consejo a los cristianos deprimidos y ansiosos”, ofrece una versión actualizada y editada de las “Indicaciones sobre la melancolía de sus pensamientos”, en el Directorio cristiano de Baxter. El capítulo 4, “La resolución de la depresión y la tristeza abrumadora a través de la fe”, edita y actualiza “La cura de la melancolía y la tristeza excesiva por medio de la fe” escrito por Baxter. El apéndice hace lo mismo para el escrito de Baxter “La tarea del médico”, también incluido en Un directorio cristiano.

Durante el siglo pasado y un poco más, la noción que se ha estado difundiendo en los círculos evangélicos de que el efecto de nacer de nuevo a través de la fe en Jesucristo siempre será una vida marcada por la euforia espiritual: alegría constante, exuberancia, confianza y buen ánimo resultante del conocimiento de que la gracia de Dios, el Señor soberano y trino, está siempre activamente al lado de uno. Sin duda, lo está, y la imagen que se dibuja es feliz y atractiva, ¡pero vea lo que esta deja fuera! Ciertamente el gozo triunfante en el Señor es un rasgo característico de una vida cristiana saludable. Sin embargo, los cristianos, al igual que otras personas, viven en y a través de los cuerpos; cuerpos que, a veces, funcionan mal, se enferman, se agotan, y finalmente, mueren; y los factores físicos, con o sin descenso espiritual, en cualquier etapa pueden traer, entre otras cosas, depresión en sus diferentes formas. En el pasado, algunos se han extendido a diagnosticar siempre la depresión en los cristianos como una señal de incredulidad o algún otro pecado mayor, pero eso no es correcto.

Por mucho más de cuatro siglos, el libro The Pilgrim’s Progress, de Bunyan, uno de los más vendidos del mundo, ha estado recordándoles a los cristianos que la vida cristiana normal incluye no solo afirmaciones y gozo, sino también batallas: batallas contra el pecado, tanto en el corazón como en la vida de uno; batallas contra la tentación que surgen de las circunstancias; batallas contra la desesperación, causada por tropiezos o fracasos ridículos; y batallas contra la desesperanza, desencadenadas por una sensación de ineptitud que induce a la depresión. Todo esto, Bunyan lo representa en los personajes de: Sr. Temor, Sr. Desánimo, Sr. Bobo y Sr. Listo para Parar. Ya que hoy día la verdad de que los cristianos viven solamente para ser constantemente perdonados se olvida constantemente y la verdad de la guerra interminable de Satanás con los creyentes raras veces se toma en serio, así que la realidad de la depresión como un aguijón recurrente o permanente en la carne de algunos cristianos es muchas veces pasada por alto. Necesitamos ayuda aquí, y en la opinión de los escritores actuales, Richard Baxter es quien puede brindarla.

J. I. Packer

1. “Cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (Eclesiastés 4:12)

2. Canadian Oxford English Dictionary, ed. Katherine Barber (Don Mills, ON: Oxford University Press, 1998), s.v.

3. C. H. Spurgeon, “Lecture XI: The Minister’s Fainting Fits”, en Lectures to My Students, vol. 1, A Selection of Addresses Delivered to the Students of the Pastors’ College, Metropolitan Tabernacle (New York: Sheldon, 1975), 263.

4. Para una breve lectura sobre el “perro negro” de Churchill vea John H. Mather, “Winston Churchill y el ‘Perro Negro de la Depresión’”, una crítica de Churchill and the ‘Black Dog’ of Depression: Reassessing the Biographical Evidence of Psychological Disorder, por Wilfred Attenborough, The Churchill Project, Hillsdale College, 20 de enero, 2016, https://winstonchurchill.hillsdale.edu/winston-churchill-and-the-black-dog-of-depression-by-wilfred-attenborough/.

5. Nuestro eco de Gal. 5:22–23 no es accidental: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

6. “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera” (2 Cor. 12:7).

PARTE I


CONOZCA A RICHARD BAXTER

Capítulo 1
RICHARD BAXTER, MÉDICO ESPIRITUAL

J. I. Packer

La naturaleza humana no cambia, pero sí los tiempos y las épocas, y todos los seres humanos son hijos de su propia era en una medida mayor de lo que ellos, o quienes ven hacia atrás, ya sea para elogiar o culpar, tienden a darse cuenta. Esto es notablemente cierto de los grandes comunicadores cristianos del pasado: Agustín, Luther, Bunyan, Whitefield, Wesley, Spurgeon, y similares. Con razón, reconocemos como héroes a nuestros hermanos de sangre en la fe, y al hacerlo, fallamos en verlos en términos de su propio mundo. Richard Baxter es otro de ellos. Aunque trascendió a su época en muchas maneras, él era parte de ella, y deberíamos empezar nuestro relato observando algunos factores clave sobre la historia y la cultura a la que pertenecía.

Puritanismo

En su vida adulta, a Baxter se le identificaba como puritano, un término despectivo, pero que él aceptaba, aunque cada vez más, él se refería a sí mismo como “simple cristiano” un amigo prudente de las iglesias de todo credo y sus seguidores, aunque demostrando no estar comprometido con alguna de ellas. Sin embargo, “puritano” era un término que lo identificaba como estando involucrado en un movimiento reformista de izquierda, a veces impaciente e imprudente, que había estado causando problemas en Inglaterra desde que empezó el reinado de Elizabeth.

Se había desarrollado en dos direcciones: política y pastoral. El ala política exigía, sin éxito, la radicalización del acuerdo isabelino en varias formas. De sus filas habrían de venir los revolucionarios que, provocados más allá de lo soportable, por la autocracia y mala fe de Carlos I, finalmente pelearon y lo ejecutaron y establecieron un territorio autónomo bien intencionado, pero de poca duración. Por otro lado, los puritanos pastoralmente orientados se entregaron a la predicación, enseñanza y a lo que nosotros llamaríamos evangelismo. Su objetivo era la conversión de toda Inglaterra a la fe vital bíblica y reformada. Para este fin, ellos produjeron un caudal constante de literatura sobre catecismo, homilía y devocional. Este era el principal campo de ministerio propio de Baxter; aunque incursionaba en asuntos políticos, su contribución principal era como uno de los escritores más talentosos de material devocional didáctico del puritanismo, tal como veremos.

El propósito pastoral puritano puede enfocarse como el fomento de un estilo reformado de la devoción agustina, empezando con una conversión regeneradora (fe en Cristo, arrepentimiento ante Dios, afirmación de la aceptación justificante y la adopción en la familia de Dios, comunión en adoración con el Padre y el Hijo y la obediencia diaria a la ley de Dios por medio del poder del Espíritu Santo). La vida cristiana como tal tomaría la forma de amor y servicio (buenas obras) en la familia, la iglesia y la sociedad; monitoreada por la búsqueda consciente de sus dos preocupaciones. La preocupación número uno era discernir el deber, eso es, las acciones específicas para cada día según la voluntad de Dios bíblicamente revelada. La preocupación número dos era el autoexamen o la autobúsqueda, la revisión regular de los motivos y las acciones de uno para estar seguro de que uno estaba viviendo como un creyente real y no como un “evangélico hipócrita” autoengañado, tal como a veces se les llamaba a los legalistas calienta-bancas. Los puritanos visualizaban la vida como un paisaje entrecruzado por muchos senderos, de los cuales uno tenía siempre que buscar discernir y seguir el que más honraba a Dios, el cual sería el más sabio y mejor para los demás y para uno mismo. Casuística era el nombre puritano para el estudio de los principios para tomar esta decisión cada vez, y conflicto con el mundo, la carne y el diablo se entendía que estaba involucrado en hacerlo. Baxter era un maestro experto con relación a todas estas preocupaciones, y cerca de la mitad de los dos mil adultos que habitaban Kidderminster se convirtieron en puritanos bajo su instrucción.

La vida de Baxter

Richard Baxter vivió de 1615 a 1691. Aunque enfermizo desde finales de su adolescencia, él nunca careció de energía mental e iniciativa. Vivió la Guerra Civil como un capellán del ejército, el Commonwealth como un pastor urbano, la Restauración como pastor rechazado, la persecución posterior como uno que, después de muchos años evadiendo el arresto por predicar sin autorización, finalmente pasó dos años en prisión, y la Ley de Tolerancia en 1689, posterior a la Revolución, dándole libertad total para el ministerio durante los últimos dos años de su vida. Él nació y fue criado en el área rural de Shropshire, en la región central de Inglaterra; era hijo de un caballero de la villa, en el sentido de esa palabra en el siglo XVII, eso es, tenía una propiedad, a pequeña escala en este caso. El padre de Baxter después de haber perdido mucha riqueza en el juego, se volvió un cristiano serio. Un día, le compró a un vendedor ambulante un devocional puritano, escrito por Richard Sibbes Reed and Smoking Flax (1630);1 su hijo Ricard lo leyó, y fue esto más que cualquier otra cosa lo que llevó a Richard Baxter a ser un cristiano comprometido serio en algún momento de su adolescencia. Él fue brillante en la escuela, pero su padre lo desvió imprudentemente de la universidad; sin embargo, habiendo tomado la decisión sobre el ministerio pastoral como carrera, él obtuvo la ordenación en 1638. Después de un año de ser profesor, se convirtió en un “profesor numerario” (predicador suplente, sostenido con fondos privados) primero en Bridgnorth de Shropshire y, luego, en el pueblo de tejedores Kidderminster, en la zona central de Inglaterra, donde, como pastor principal desde 1647, disfrutó su gran éxito.

Alto y delgado, alerta y amigable, Baxter era un pensador rápido, un disertante elocuente, un predicador apasionado, un polemista formidable y un escritor muy veloz sobre una amplia variedad de temas. Pronto se volvió conocido por su productividad extraordinaria; Carlos I lo conocía y se refería a él como “el garabato Dick”. Él empezó a toda marcha con su primer libro devocional, con más de 800 páginas del tamaño de un cuarto de carta, llamado The Saints’ Everlasting Rest (1650), el cual se convirtió rápidamente en uno de los más vendidos y se reimprimió anualmente en los primeros 10 años de su existencia. Durante su pastorado, estuvo produciendo constantemente sobre varios temas, y después de ser expulsado del pastorado de la Iglesia de Inglaterra, bajo la ley de uniformidad de 1662, él consideró el escribir como la tarea primordial que Dios le dio en su reino; por lo tanto, durante las últimas tres décadas de su vida, Baxter trabajó arduamente en ello, convirtiéndose en el escritor teológico, inglés, más grande de todos los tiempos. Lo más significativo pastoralmente fue la finalización de una serie ya empezada para el discipulado de la gente de la iglesia desde sus primeros pasos en la edad adulta hacia la fe y la devoción personal para la totalidad de su vida cristiana. Una vez, el arzobispo Usher lo había animado para que lo intentara, y Baxter llegó a sentir que era un mandato de Dios. Los títulos en estas series hasta su artículo final eran como sigue:

El método correcto para una paz de conciencia establecida y el consuelo espiritual (1653)

Un tratado de la conversión (1657)

Un llamado al inconverso para cambiar y vivir (1658)

Indicaciones y persuasiones para una convicción sólida (1658)

La crucifixión del mundo por la cruz de Cristo (1658)

Unidad cristiana (1659)

Un tratado de autonegación (1660)

La religión vana del hipócrita formal detectada (1660)

Las jugarretas de la autoignorancia y los beneficios del autoconocimiento (1662)

Ahora o nunca (1662)

Santo o bestia (1662)

La vida divina (1664)

Indicaciones para los cristianos débiles y trastornados (1669)

La vida de fe (1670)

Y el manual de la familia que se había planeado para terminar la serie había aumentado para 1673, su fecha de publicación a (le doy el título completo):

Un directorio cristiano

O

Un sumario de teología práctica y casos de conciencia.

Dirigir a los cristianos a cómo usar su conocimiento y fe; cómo mejorar

todas las ayudas y los medios y llevar a cabo todas las obligaciones; cómo

superar las tentaciones y escapar o avergonzar todo pecado.

En cuatro partes.

I. Ética cristiana (u obligaciones privadas)

II. Economía cristiana (u obligaciones familiares)

III. Eclesiásticas cristianas (u obligaciones de la iglesia)

IV. Política cristiana (u obligaciones hacia nuestros gobernantes y vecinos).

(Recordemos que en esos días, antes de las fundas para libros, lo que fuera que los escritores querían que los curiosos de librería supieran sobre el contenido de su libro tenía que estar incluido en la página del título). Por su alcance, tamaño y cobertura analítica, esta obra escrita por Baxter era única en su época, no digamos de la nuestra; tiene más de un millón de palabras. Durante los años de su expulsión, Baxter también publicó dos folios de teología sistemática, uno de ellos en latín, y muchos escritos pequeños sobre preguntas eclesiásticas. Su pluma nunca descansaba.

En 1662, se casó con Margaret Charlton, una dama joven y sin posesiones, brillante y muy nerviosa, quien después de que su casa fuera destruida en la Guerra Civil vino a resguardarse bajo el ministerio de Baxter. Ella era veintiún años más joven que Baxter, apenas más de la mitad de la edad de él, y ambos eran personas difíciles según los estándares ordinarios, pero fue un matrimonio por amor y eran felices, algo digno de ejemplo, tal como parece a juzgar por el abreviado conmovedor (un relato breve) de la vida de Margaret que Baxter escribió a pocas semanas de su muerte en 1681.2 Su vida juntos fue tanto en Londres como en sus alrededores, donde Baxter siguió viviendo hasta su propia muerte diez años después.

Fue William Haller quien, en 1938, caracterizó primero a los pastores puritanos como médicos del alma.3 La frase encaja, particularmente en el caso de Baxter. Cuando empezó su ministerio en Kidderminster, el pueblo no tenía doctor, y él se desempeñó como uno hasta que pudo reclutar a un hombre calificado para mudarse allí. Evidentemente, él había ganado una buena cantidad de conocimiento médico al vivir con sus propias debilidades, y su sentido de responsabilidad habría coincidido con lo que escribió en el Directorio sobre “El deber de los médicos”.4 Sin embargo, él siempre insistiría que su trabajo como pastor le requería decirle continuamente a su gente que su primer deber, al igual que el de él, era cuidar su alma, centrar su vida en Dios y las realidades de la eternidad, buscar la plenitud de la conversión y apuntar a un discipulado acucioso de Cristo según las Escrituras. El rol que Dios le dio al pastor, como guía en esto, debería ser visto en dos partes: como maestro y mentor en la verdad revelada a través de la instrucción bíblica y la catequización sistemática, como experto en salud espiritual, capaz de diagnosticar y prescribir para el bienestar espiritual según surja la necesitad. Por desorden espiritual, los puritanos querían decir cualquier condición que el pecado en cualquiera de sus formas estaba formando, mientras ellos igualaban la salud espiritual al mor, el servicio, la comunión con Cristo, y un andar con Dios; en una palabra, santidad. Puede decirse justamente de su ministerio, de principio a fin, que Baxter estaba expresando, de una u otra manera, este sentido de vocación ministerial, mucho de lo cual él verbalizó muy claramente para sí mismo y sus colegas en su clásico publicado en 1655: El pastor reformado.

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Volume:
211 p. 3 illustrations
ISBN:
9781646910984
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Bookwire
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