El Anticristo

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El Anticristo
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Copyright © 2021 por Armando Alducín Ministries 412 Parkview Pl. Coppell, TX. 75019, USA Todos los derechos reservados.

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A menos que se especifique, todas las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, Versión Reina Valera 1960 © ١٩60 por Sociedades Bíblicas en América Latina, renovado 1988 por Sociedad Bíblica Unida Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

Los archivos gráficos, comentarios, textos y citas bibliográficas, han sido suministradas por el autor bajo declaratoria expresa en el contrato, de tener los permisos requeridos para su uso.

Ninguna parte de este libro puede ser duplicada,copiada, transcrita, traducida, reproducida o almacenada,mecánica o electrónicamente, sin previa autorización de la editorial.

Editor General: Héctor Hernán Gómez Iriarte

Diseño General: Inti Alonso

ISBN: 978-958-52178-6-7

Producido en Bogotá D. C., Colombia.

Contenido

Prefacio5

Prólogo7

Introducción

La Importancia Bíblica de Iraq9

Capítulo 1

El Tiempo de Cristo y del Anticristo17

La Necesidad del Rapto Pretribulacional.

Los Tiempos de Cristo y del Anticristo.

El Contraste entre Cristo y el Anticristo.

Capítulo 2

El Misterio de la Bestia29

Una Doble Existencia.

Siete Montes son Siete Reinos.

Siete Reinos Mundiales.

Capítulo 3

El Misterio del Anticristo39

El Misterio de la Iniquidad.

El Anticristo y el Mundo Espiritual.

El Ascenso del Anticristo.

La Carrera del Anticristo.

El Brillante Ascenso del Anticristo al Poder Mundial.

Capítulo 4

El Origen del Anticristo57

El Anticristo y la Tribu de Dan.

El Anticristo y el Asirio.

El Asirio y la Visión de Daniel.

Dios ha profetizado el curso de la Historia.

El Impacto de la Visión de Daniel.

Capítulo 5

El Surgimiento del Anticristo89

La Bestia y el Anticristo.

La Bestia que Surge del Abismo.

Los Imperios Mundiales bajo Satanás.

El Príncipe de Grecia.

Las Siete Cabezas de la Bestia.

Los Siete Imperios Mundiales e Israel.

Los Diez Cuernos de la Bestia.

Capítulo 6

El Gobierno del Anticristo127

La Extensión del Reino del Anticristo.

El Anticristo y su Gobierno Final.

La Implementación de la Marca de la Bestia.

El Anticristo y los Gobernantes de la Gran Tribulación.

El Anticristo y su Ascenso Político.

El Anticristo y el Falso Pacto de Paz.

El Anticristo y el Milagro de su Resurrección.

El Anticristo y la Persecución a los Judíos.

Los Judíos en el Armagedón.

Capítulo 7

La Derrota del Anticristo195

Una Misma Historia.

El Tiempo de la Profecía.

Los Últimos Sucesos de la Guerra.

Gog y el Anticristo.

Objeciones de las Dos Batallas.

La Reunión de los Aliados del Anticristo.

La Derrota del Anticristo.

Epílogo

Preguntas acerca del Anticristo217

Prefacio

A sus manos ha llegado uno de los más fascinantes libros escritos sobre un tema que ha cautivado la atención de la humanidad a través de todas las épocas: el Anticristo. No sólo ha sido un personaje del que se ha hablado desde los primeros años del cristianismo, sino que, como sombra de una ineludible realidad, fue profetizado desde el mismo Huerto del Edén, como el instrumento diabólico de lo que sería el desenlace final de la confrontación que Satanás sostendría con Dios desde su rebelión hasta su derrota.

No sólo es digno resaltar al autor de esta cuidadosa investigación teológica y escatológica expuesta en las páginas de esta obra, sino la manera como esta llega a las manos de quienes siguen de cerca sus enseñanzas. Con inmenso esmero y el profundo anhelo de que esta obra sea útil al mayor número de lectores posibles, algunos de los cuales se aproximarán a su contenido buscando un mayor conocimiento acerca de los tiempos finales y del infame personaje que llevará a cabo el plan satánico; otros se acercarán a este escrito queriendo fortalecer la fe y la esperanza al recorrer los eventos históricos a través de los cuales Dios ha expresado su pleno control, guardando a su pueblo hasta el fin, pero también ejecutando su justicia y afirmando su fidelidad a través de la gracia y la redención mantenidas hasta esos tiempos finales; otros lo examinarán como texto de estudio, digno de crítica por unos y considerado como sustento académico por otros.

Teniendo en cuenta el amplio espectro de lectores que sin duda tendrá esta maravillosa obra del Dr. Armando Alducin, las abundantes fuentes y referencias de su exposición han sido llevadas como notas al pie de página, haciendo más amena su lectura, sin restarle su profundo valor y aporte investigativo y académico. De igual manera, los recursos lingüísticos que refuerzan y apoyan gran parte de la exposición, se han plasmado en la lengua original de la cual han sido extraídos (hebreo, griego y latín), junto con su pronunciación y su significado. También, aunque la fuente escritural principal ha sido la Sagrada Biblia en la versión Reina Valera de 1960, todas las citas han sido concordadas con otras versiones y seleccionadas, cuando ha sido necesario, para expresar de mejor manera la enseñanza plasmada en la obra.

Agradecemos al autor, Dr. Armando Alducin, la confianza brindada para la edición y publicación de sus obras, permitiéndonos aportar a la mayor divulgación de su enseñanza en beneficio de la iglesia de nuestro Señor y de un mundo que anhela conocerlo.

Desde el equipo editorial que ha tenido el inmenso privilegio de acompañar al autor en la publicación de tan valiosa obra, anhelamos que usted, amado lector, la encuentre útil desde su interés personal y de gran provecho para la firmeza de su fe y su crecimiento espiritual personal.

Finalmente, pero a la cabeza nuestra mayor gratitud, agradecemos a Dios permitirnos servir para la extensión de la enseñanza de su Palabra, como editores y productores de libros y contenidos para quienes incansablemente buscan la verdad. ¡A Él sea toda la gloria!

Héctor H. Gómez

Director Editorial de Ediciones Berea

Prólogo

Sin duda, el personaje más grande que ha pisado la Tierra es el Señor Jesucristo, Dios manifestado en carne. Tampoco nadie ha igualado su impacto en la historia humana. Pero, con esta excepción, tampoco el mundo ha conocido ni conocerá jamás a un personaje tan malévolo y perverso como el que algún día se manifestará en el escenario de la historia humana y al que en la Biblia se le llama el Anticristo.

Tampoco es desconocido que el mundo se dirige hacia su fin de una manera vertiginosa. Los gobiernos alrededor del orbe se encuentran en su mayoría en un caos político sin precedentes y la población enfrenta la incertidumbre que proviene de la confusión moral y espiritual en la que ha caído. Por doquier se levantan rumores y amenazas de guerra, levantamientos sociales y de movimientos que reclaman derechos reprimidos por mucho tiempo, surgimiento de enfermedades y plagas desconocidas e incluso de algunas que se consideraban erradicadas, hambrunas y escasez de alimentos y agua, calentamiento global, desastres naturales, incremento del terrorismo y la violencia, etc.

La ONU y los demás organismos multilaterales no han podido resolver ni controlar los conflictos internacionales, ni traer la paz a las naciones. Ya no existe la garantía de que el conflicto del Medio Oriente pueda tener un final feliz. Los últimos avances tecnológicos y los descubrimientos científicos tampoco han podido mitigar y mucho menos resolver algunos de los males más apremiantes que han ensombrecido el panorama de la humanidad.

 

Todas estas circunstancias sólo están preparando el escenario final para la entrada al mundo de un hombre cuya personalidad y carrera fueron profetizadas por la mayoría de los profetas hebreos y por el Señor Jesucristo y sus apóstoles en la Biblia. Este siniestro y maligno personaje no tarda en hacer su aparición en el mundo para encaminarse a ser el futuro dictador mundial. Su ascenso al poder será orquestado desde una confederación que se formará a partir de diez naciones que hayan sido parte del antiguo Imperio Romano y que le entregarán la autoridad y el poder para desarrollar su malévolo plan. Él se presentará al mundo como el salvador de la humanidad, teniendo como estandarte de su ascendente carrera política la celebración de un Tratado de Paz en el Medio Oriente, el cual tendrá una duración de siete años y, aparentemente y de manera temporal, traerá soluciones a los principales problemas y conflictos del planeta.

Sería inútil especular actualmente quién es el Anticristo, pues eso no se podrá saber hasta que este grupo de diez naciones hagan su aparición en el escenario mundial. El Anticristo será la obra maestra del engaño de Satanás.1 No será un hombre ordinario, sino que estará poseído por potestades satánicas que lo dotarán con poderes sobrenaturales para sorprender, maravillar y engañar al mundo entero.2

Este libro podrá orientar un poco más acerca de la personalidad, carrera, carácter y agenda de este engendro satánico que engañará al mundo entero con su sabiduría e inteligencia diabólica.

Por tanto, mantengamos firme hasta el fin la esperanza a la cual fuimos todos llamados, peleando la buena batalla de la fe y esforzándonos por acabar nuestra carrera con el gozo en nuestro corazón de saber que muy pronto estaremos en la presencia de nuestro amado Salvador.

Dr. Armando Alducin

Notas

Apocalipsis 12:9; 13:14; 20:3, 8, 10.

2 Tesalonicenses 2:7-9; Apocalipsis 13:4.

Introducción

La Importancia Bíblica de Iraq

Una de las razones por las que es posible localizar las naciones mencionadas en la Biblia, es por la región geográfica en la que se encuentran actualmente. Por ejemplo, la nación en la que este libro se ocupará en gran parte, Iraq, es mencionada en la Biblia de diversas maneras: “la tierra de Sinar” (Génesis 10:10; 11:2); “la tierra de los caldeos” (Génesis 11:28; 15:7); “Babilonia” (Génesis 10:10; Isaías 13:1; 14:4). Su importancia, a la luz de las profecías acerca de los últimos tiempos, radica en su asombrosa relevancia bíblica, histórica y profética. En su territorio se desarrollaron las primeras civilizaciones y de allí surgió el hombre escogido por Dios, Abraham, para iniciar su proyecto de una nueva humanidad basada en la fe. Y, en el contexto profético, de allí surgirá el ser con el que Satanás desafiará e intentará destruir los planes de Dios para la humanidad.

Estos son algunos aspectos que destacan la importancia de Iraq, nación que, junto a la actual Siria, un día fue conocida como la región de Mesopotamia.

1 Aquí inició la civilización humana.“Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.”Génesis 2:10-14Aun cuando algunos de estos ríos fueron movidos después del diluvio universal, el Tigris y el Éufrates permanecen en su posición original. El Huerto del Edén, donde Dios puso a la primera pareja humana, se encontraba geográficamente en lo que ahora es la región de Mesopotamia (Siria e Iraq). Los ríos Tigris (antiguamente conocido como “Hidekel”) y Éufrates riegan y atraviesan toda la Mesopotamia desde la actual Turquía hasta su desembocadura en el Golfo Pérsico.

2 Aquí Lucifer tentó a la primera pareja humana a rebelarse contra Dios.“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol del huerto?”Génesis 3:1Si en esta región se hallaba el Huerto del Edén, entonces aquí también se dio la primera rebelión del ser humano contra Dios, incitada por Lucifer, quien ya existía como ángel caído desde antes de la creación del ser humano (Ezequiel 28:12-19). Los ángeles fueron creados millones de años antes que la creación física y visible del ser humano (Job 38:4-7).

3 Aquí se rebelaron los primeros seres humanos.“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”Génesis 3:6-7Dios le dio al ser humano la característica más grande que posee: el libre albedrío o la capacidad de escoger entre obedecerlo o no (Deuteronomio 11:26-28). Sin esta característica simplemente habríamos sido como autómatas. Así que, fue en esta región del mundo donde comenzó la infección de la humanidad. A esta infección, la Biblia la llama pecado, la cual fue transmitida espiritualmente a toda la raza humana (Romanos 5:12).

4 Aquí se profetizó por primera vez al Mesías.“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”Génesis 3:15En esta profecía hay algo sorprendente, pues se menciona la “simiente [esperma] de la mujer,” lo cual genéticamente no es posible, pues quien porta “la simiente” o semilla (esperma) es el varón. Esta maravillosa profecía sólo pudo haber sido inspirada por Dios, pues significa que el Mesías nacería de una manera sobrenatural, como ciertamente lo fue. El Espíritu Santo implantó “la simiente” (semilla) en el vientre de María, pues su esposo, José, no sólo no había tenido relaciones sexuales con ella, sino que era portador (como todos los varones) del cromosoma “Y” ¡contaminado de pecado! (Mateo 1:19-20).

5 Aquí se ilustra por primera vez el evangelio.“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”Génesis 3:21Después del pecado, Adán y Eva trataron de cubrir su desnudez con hojas de higuera, pero fue Dios quien debió cubrirlos y no ellos mismos, pues la redención y la salvación provienen de Dios y no de las obras humanas (Efesios 2:8-9).Es Dios quien sacrifica un animal, derramando sangre de un inocente, para cubrirlos con su piel. El castigo por su pecado lo ha asumido un sustituto (Romanos 3:24-26). ¡Qué maravillosa manera de ilustrar el evangelio de la gracia de Dios!

6 Aquí se dio la primera rebelión masiva contra Dios.“Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.”Génesis 11:4Dios había ordenado desde el principio de la creación y también después del diluvio universal, que llenaran la tierra y se esparcieran por todo el mundo, es decir, que no se concentraran en un solo lugar (Génesis 1:28; 9:1). Sin embargo, la humanidad fue orientada por Nimrod a concentrarse y edificar la Torre de Babel, lo que se constituyó en la primera rebelión masiva contra las órdenes de Dios, pretendiendo elevar su nombre por encima del de Dios y encontrar la manera de oponerse a sus designios “por si fueran esparcidos.”Es muy interesante que la actualmente llamada Agenda Global tenga las mismas intenciones: un solo gobierno, una sola moneda, una sola religión. Igualmente lo es que, según las profecías bíblicas, de esta región surja el Anticristo1 y que allí se concentrará el poder económico y financiero mundial.2

7 De aquí fue llamado Abraham.“Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos [Iraq], para ir a la tierra de Canaán.”Génesis 11:31La ciudad de Ur aún existe actualmente en el territorio de Iraq. De allí, el patriarca Abraham partió hacia Canaán, siguiendo el llamado divino para establecerse en la que sería llamada la Tierra Prometida. Durante la Guerra del Golfo Pérsico (1990-1991), Saddam Hussein lanzó misiles hacia la ciudad de Tel-Aviv, 39 en total, pero Israel no contestó a ninguno de ellos, siguiendo la recomendación de los Estados Unidos de no responder a la provocación y dejarse arrastrar a esa guerra.El odio de Hussein por los judíos se pudo apreciar en otro nefasto e infame personaje de la historia como lo fue Adolf Hitler, quien provocó la que ha sido tal vez la más cruel, sangrienta y terrible persecución contra el pueblo de Israel de los últimos tiempos, cuando ellos ni siquiera eran aún nación ni participaban en la guerra. Este odio inexplicable sólo puede entenderse cuando se observa espiritualmente dentro del contexto de la historia bíblica de Israel.

8 Esta es el área de mayor actividad demoníaca.“El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates. Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.”Apocalipsis 9:13-15La Biblia revela que, junto al río Éufrates, el cual atraviesa a Iraq, se encuentran actualmente cuatro de los más poderosos y destructivos ángeles caídos de Satanás. El hecho de que estén atados revela su poder de maldad y destrucción. En los últimos tres años de la Gran Tribulación, el ángel de Dios que tocará la Sexta Trompeta recibirá la orden de desatarlos para matar a la tercera parte de la humanidad.Es interesante que Iraq haya vuelto a resurgir en las noticias internacionales durante los últimos tiempos, pues desde la Guerra del Golfo Pérsico (1990-1991) y el derrocamiento de Saddam Hussein, esta nación no ha podido dejar de tener conflictos armados. Es importante recordar que esta es la zona que intentó controlar el grupo terrorista ISIS para restaurar el Califato del antiguo Imperio Otomano.

9 De esta área surgirá el Anticristo.“Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos.”

Isaías 10:12

Este pasaje describe claramente el final de la obra que Dios hará en la ciudad de Jerusalén, la cual se llevará a cabo hasta el final de la Gran Tribulación, cuando los judíos acepten a Jesús como el Mesías verdadero.3 Pero también menciona que Dios castigará al “asirio,” el cual es uno de los títulos que la Biblia le da al Anticristo.4

Esta región, pues, fue el escenario donde todo comenzó y, según las profecías bíblicas, tendrá una gran relevancia en el desarrollo de los eventos de los últimos tiempos.

Notas

Isaías 10:12; Ezequiel 31:3-13; Daniel 8:8-9; Miqueas 5:5-6.

Zacarías 5:5-11; Apocalipsis 18.

Ezequiel 39:22-29; Zacarías 9-10; 14:6-9: Romanos 11:25-26; Apocalipsis 1:7.

Isaías 10:5-13; 14:25; Ezequiel 31:3-13; Daniel 8:8-9; Miqueas 5:5-6.

Capítulo 1

El Tiempo de Cristo y del Anticristo

El prefijo “anti” significa “opuesto a,” “en contra de” o “en lugar de;” así, pues, la palabra “anticristo” significa “opuesto a Cristo” o “el que está en contra o en lugar de Cristo.” El Anticristo pretenderá ser Cristo y buscará mediante el engaño que todos lo crean. Cristo significa “Ungido” o “Mesías,” y para que el Anticristo pueda suplantarlo y usurpar su adoración, una falsa “cristiandad” deberá convertirse en una religión mundial en la que todos compartan la misma fe: el ecumenismo. Esta es la razón para el actual crecimiento de la apostasía profetizada en la Biblia,1 la cual pretende que, mediante la proliferación de multitud de falsos profetas y apóstoles, y la predicación de un falso evangelio acompañado de falsas señales y milagros, miles de cristianos pierdan el camino verdadero trazado por el Señor Jesucristo y enseñado por las Sagradas Escrituras.

 

“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; … vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”

2 Timoteo 3:1-5; 4:3-4

No son pocas las iglesias cada vez más llenas de personas que no han experimentado un verdadero nuevo nacimiento, ¡pues ni siquiera han oído la palabra “arrepentimiento”!

Lo curioso de ello es que, precisamente con el llamado al arrepentimiento, es como inicia el ministerio de Juan el Bautista (Mateo 3:1-2), precursor del Mesías, del ministerio del Señor Jesucristo (Mateo 4:17) y de la iglesia cristiana (Hechos 2:38). La palabra “arrepentimiento” (gr., μετανοῖεν, metanoien) significa “un cambio de meta o dirección,” es decir, un abandono del camino por el que se andaba antes de conocer al Señor para empezar a recorrer el señalado por Él. Ahora bien, el arrepentimiento por sí solo no basta, pues es necesario aceptar el sacrificio de Cristo para recibir el perdón de los pecados y su señorío para ser sellados como suyos y ya no como esclavos del pecado, con el Espíritu Santo que guía a toda verdad, para comprender, aceptar y ser guiado por su Palabra.

Este es el milagro del “nuevo nacimiento” del que precisamente Jesús le habla a Nicodemo que es necesario para poder no sólo ver sino entrar en el reino de Dios (Juan 3:1-7), lo cual implica el abandono del pecado para ser perdonado y lleno del Espíritu Santo, de quien se recibe entendimiento y discernimiento para comprender la Palabra del Señor, la Biblia.

Eso es lo que el apóstol Pablo le advierte a Timoteo cuando le dice “que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1) que allanarán el camino para el surgimiento del Anticristo y el cumplimiento de las profecías hechas desde el principio de los tiempos acerca de los últimos días.

La Necesidad del Rapto Pretribulacional

Hay varias razones por las que el arrebatamiento de la iglesia o rapto debe darse antes de la Gran Tribulación o Semana 70 de Daniel.

Sacar a la iglesia del mundo.

Si la iglesia estuviera en el mundo cuando el Anticristo se manifieste, los verdaderos cristianos se le opondrían y lo exhibirían como tal, mediante la predicación del evangelio y el testimonio de los realmente convertidos. Por tanto, esta oposición debe ser quitada del mundo para que el liderazgo del Anticristo pueda ser recibido internacionalmente.

El Espíritu Santo, que es Omnipresente, continuará convenciendo y atrayendo a miles de personas a Cristo, pero la influencia restrictiva que ejercerá hasta antes de la Gran Tribulación desaparecerá para darle paso al desbordamiento de la maldad en el mundo, “porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio” (2 Tesalonicenses 2:7).

Para que el Anticristo haga la guerra a los santos.

El Anticristo recibirá autoridad de Dios para hacer la guerra a los santos; sin embargo, esta desgracia no podría caer sobre la iglesia, es decir, sobre los cristianos que fueron fieles al Señor antes de la Gran Tribulación.2

“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.”

Apocalipsis 3:10

Al cristiano se le ha dado autoridad para resistir al diablo y hacer que el maligno huya y se aparte (Santiago 4:7), pues “mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). Así que, el hecho de que el Anticristo recibirá poder para perseguir a los santos y vencerlos, es una prueba de que la iglesia ya no estará en el mundo.

“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.”

Apocalipsis 7:9-14

Los “santos” mencionados durante la Gran Tribulación son los que nunca oyeron el evangelio o lo rechazaron antes del rapto. Estos creyentes pagarán su fe con sus vidas, pues los que no acepten la marca de la bestia sufrirán la muerte.3

Estos creyentes convertidos durante la Gran Tribulación, al ver los terribles juicios de Dios y la proximidad del Armagedón, sabrán que la segunda venida está próxima y estarán atentos para ver aparecer al Señor, quien “llegará cuando menos se lo espere, como un ladrón” (1 Tesalonicenses 5:2 DHH), “como un relámpago” (Mateo 24:27) en un tiempo que “nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo 24:36). Sin embargo, se verán grandes señales que le antecederán (Mateo 24:29-30).

Los Tiempos de Cristo y el Anticristo

Para comprender cómo estos dos eventos se llevarán a cabo durante el conflicto final entre Cristo y el Anticristo, es necesario analizar algunas comparaciones entre estos dos antagonistas. Aun cuando no se pueda saber el día o la hora del rapto de la iglesia, la Biblia ofrece varias claves acerca del tiempo no específico, sino general, en el que pasará.

Los tiempos de Jesús

El tiempo de la primera venida de Jesús al mundo fue exactamente en el tiempo en el que Dios lo programó y lo mismo será en su segunda venida (Gálatas 4:4). Lo mismo sucederá con el Anticristo (2 Tesalonicenses 2:6).

De manera interesante, el Imperio Romano jugará una parte integral en el tiempo para la revelación tanto de Jesús como del Anticristo. Jesús nació cuando el Imperio Romano gobernaba el mundo (Lucas 2:1); sus decretos, especialmente el que se refirió al censo, ocasionaron que José y María debieran ir a Belén para que en Jesús se pudiera cumplir la profecía (Miqueas 5:2). También fue durante el gobierno de este imperio que Jesús fue sentenciado a morir en la cruz (Salmo 22:1, 14-18). Para el regreso de Jesús, el Imperio Romano debe ser revivido, tal como lo profetiza la visión de los pies de la estatua del sueño de Nabucodonosor (Daniel 2:32-33, 41-44). Jesús no estableció su reino en su primera venida, pero lo hará a su regreso, “en los días de estos reyes,” ¡cuando el Imperio Romano sea revivido!

De este mismo imperio también saldrá el Anticristo (Daniel 7:7-8, 23-24). Jesús no regresará ya como el Cordero de Dios, sino como el Juez de toda la humanidad, con poder y gloria.

El tiempo del Anticristo.

Es esencial que el Imperio Romano sea revivido para el surgimiento del Anticristo. Según Daniel 9:26, “el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario,” es decir, el ejército romano destruirá la ciudad de Jerusalén y el Templo en el año 70 d.C. El ejército romano, en aquel entonces, había conquistado varias naciones de occidente y del oriente y sus legiones estaban integradas por gentes de varias nacionalidades que conformaban el imperio en ese momento. La extensión del Imperio Romano exigía un ejército numeroso, el cual hasta cierto momento estaba integrado sólo por hombres nacidos inicialmente de familias romanas y, posteriormente, tras las guerras de unificación de la península (91-89 a.C.), de aquellas originarias de las provincias latinas o italianas incorporadas al imperio. Atender los territorios de las provincias más lejanas exigían grandes recursos tanco económicos como humanos que desgastaban las finanzas del imperio, alimentadas por los impuestos y los tributos de las naciones conquistadas. Una de las fuentes de recursos fue la venta de la ciudadanía a las familias prestantes o con nexos económicos con el imperio en cada provincia (este fue el caso de la familia de Saulo de Tarso, que eran contratistas del ejército romano, al que proveían de tiendas). En cuanto al ejército, se incorporaron a las legiones soldados de entre la población misma de las provincias, a los que se le ofrecieron beneficios, como la ciudadanía romana, después de los años de servicio. A partir de 212 d.C., bajo el gobierno del emperador Caracalla, se promulgó la Constitutio Antoniniana, que otorgó la ciudadanía romana a todos los hombres libres dentro del Imperio Romano. Así, Roma no sólo era la ciudad, sino todo el imperio y el ejército romano se convirtió en una fuerza multinacional.4 De una de las naciones que conformaban el imperio, saldrá el Anticristo.