Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador

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Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador
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PRÓLOGO A ESTA EDICIÓN

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN

INTRODUCCIÓN

LO QUE COMPRENDE EL DUCE

ABREVIATURAS USADAS EN ESTE DICCIONARIO

PRIMERA PARTE VOCABULARIO (EXCEPTO VERBOS)

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

K

L

M

N

Ñ

O

P

Q

R

S

T

U

V

W

X

Y

Z

SEGUNDA PARTE: VERBOS

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

L

M

N

O

P

Q

R

S

T

U

V

X

Y

Z

TERCERA PARTE: APÉNDICES

1. ACENTUACIÓN ESPAÑOLA

1.1. PALABRAS AGUDAS, GRAVES, ESDRÚJULAS Y SOBRESDRÚJULAS

1. 2. USO DEL ARTÍCULO ANTE PALABRAS QUE COMIENZAN POR A O HA ACENTUADAS

1.3. TILDE DIACRÍTICA O DISTINGUIDORA

1.4. TILDE ENFÁTICA O PONDERATIVA

1.5. ACENTUACIÓN DE PALABRAS CON DIPTONGO Y CON HIATO

1.6 ACENTUACIÓN DE PALABRAS COMPUESTAS

1.7. ACENTUACIÓN DE TÉRMINOS EXTRANJEROS

1.8. TILDE EN LETRAS MAYÚSCULAS

1.9. PALABRAS CON DOBLE ACENTUACIÓN

A

B

C

D

E

F

G

I

L

M

N

O

P

R

T

V

Z

2. ADIVINACIÓN

3. ANIMALES

4. NOMBRES COLECTIVOS

5. COLORES

6. CONSTRUCCIÓN Y CONCORDANCIA HIPOTÉTICA

7. DIMINUTIVOS Y AUMENTATIVOS

7.1. DIMINUTIVOS

7.2. AUMENTATIVOS

8. GÉNERO

9. GENTILICIOS

10. MAYÚSCULAS Y MINÚSCULAS

10.1. MAYÚSCULAS SOSTENIDAS

 

10.2. USO DE MAYÚSCULAS INCIALES

10.3. SE ESCRIBIRÁN CON INICIAL MINÚSCULA

11. NUMERALES

11.1. NUMERALES CARDINALES

11.2. NUMERALES ORDINALES

11.3. NUMERALES PARTITIVOS

12. PLURAL

13. PRONOMBRES

13.1. PRONOMBRES PERSONALES

13.2. PRONOMBRES DEMOSTRATIVOS, POSESIVOS, RELATIVOS E INDEFINIDOS

13.3. PRONOMBRES INTERROGATIVOS Y EXCLAMATIVOS

14. PUNTUACIÓN

14.1. USO DEL PUNTO (.)

14.2. USO DE LA COMA

14.3. USO DEL PUNTO Y COMA

14.4. USO DE LOS DOS PUNTOS

14.5. USO DE LOS PUNTOS SUSPENSIVOS

14.6. USO DE LOS SIGNOS DE INTERROGRACIÓN Y DE EXCLAMACIÓN

14.7. USO DE LOS PARÉNTESIS

14.8. USO DE LOS CORCHETES

14.9. USO DE LA RAYA, GUION LARGO O GUION MAYOR

14.10. USO DEL GUION O GUION MENOR

14.11. USO DE LAS COMILLAS

14.12. OTROS SIGNOS ORTOGRÁFICOS

15. VERBOS: SUS ACCIDENTES Y USO

15.1. MODO

15.2. TIEMPO

15.3. NÚMERO

15.4. PERSONA

ALGUNAS NOTAS SOBRE EL USO DE LOS TIEMPOS VERBALES

INFINITIVO

GERUNDIO

PARTICIPIO

LISTA DE VERBOS CON DOBLE PARTICIPIO

VERBOS QUE TIENEN SOLO PARTICIPIO IRREGULAR

MODOS DEL VERBO

MODO INDICATIVO

TIEMPOS SIMPLES

TIEMPOS COMPUESTOS DEL INDICATIVO

MODO SUBJUNTIVO

TIEMPOS SIMPLES DEL SUBJUNTIVO

TIEMPOS COMPUESTOS DEL SUBJUNTIVO

CUARTA PARTE: SUPLEMENTOS GRÁFICOS

APROXIMACIÓN A LA MÚSICA NACIONAL

DIVERSIDAD Y GÉNERO

INFORMÁTICO O DE INFORMÁTICA

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

K

L

M

N

O

P

Q

R

S

T

U

V

W X Y

Z

BIBLIOGRAFÍA SUPLEMENTOS LEXICOGRÁFICOS

BIBLIOGRAFÍA “APROXIMACIÓN A LA MÚSICA NACIONAL”

BIBLIOGRAFÍA “DIVERSIDAD Y GÉNERO”

GLOSARIO INFORMÁTICO

BIBLIOGRAFÍA SUSCINTA












PRÓLOGO A ESTA EDICIÓN

El Centro de Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador ha resuelto generosamente reimprimir este Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador, cuya primera edición se hizo en Planeta, en 2004. Tesauro viejo ya, aunque solo cumpla dieciséis años, en una época signada por la velocidad comunicativa, cuando es tal la celeridad de los medios que nuestra propia vida se ve poderosamente cuestionada por un pasar difícilmente controlable, sumido, por momentos, en la desesperanza, y lucha por aprovechar los días, que huyen con inusitado apremio.

Esta edición viene, sin embargo, a contradecir mi sensación de paso: el libro, su intención, su permanencia física y su presencia entre nosotros es una forma contundente de vida entre los nuestros; de un seguir hic et nunc, aquí y ahora, en el anhelo singular de comunicarnos inevitablemente más deprisa, sí, aunque precisamente por esto, con mayor exigencia de atención, concentración y dominio.

Este DUCE anhela procurar a sus lectores comprensión, señorío de la riqueza inigualable que constituye nuestra lengua, posesión más lúcida del español como idioma materno que brilla desde un fecundo, variado y gozoso mestizaje, entre la fuerza y gracia castellano-andaluza y el fino espíritu de nuestros indios. Ha nacido de las dudas de todos, incontables lectores de veintitantos años de artículos de prensa; alumnos de cursos universitarios de distintas carreras y opciones, todos, necesitados de dominio del lenguaje, instrumento que es, por esencia, asiento del conocer y hacer humanos.

Una exigencia de siempre, que ha de serlo también de hoy, es la de evitar que la prisa por informarnos y, en el mejor de los casos, el apuro por saber nos obliguen a andar desaliñados en los caminos del decir. Debemos reconocer la importancia del esfuerzo por profundizar cada día más en los meandros de nuestra lengua oral y escrita, y difundir el valioso alcance personal y social de su uso correcto. Si hablan español alrededor de quinientos setenta millones de seres humanos en el mundo, la trascendencia de conocerlo más y mejor es evidente: ocuparnos de esta fuente de comunicación y ciencia se vuelve primordial. Reconocen el español como lengua oficial veintidós países distintos, cada uno de los cuales cuenta con su respectiva Academia de la Lengua. En los Estados Unidos de hoy, el español pretende ser relegado por un ignorante y deslenguado mandante innominable, aunque jamás se borrará la presencia de nuestro idioma en ese gran país, al cual más de cincuenta y siete millones de hispanohablantes aportan su saber y trabajo, y donde existe una Academia Norteamericana de la Lengua Española inteligente y singularmente activa.

Hemos readecuado nuestro DUCE respecto de las exigencias de hoy; comprende, como el de las sucesivas ediciones, un registro léxico de artículos, adjetivos, nombres, pronombres, adverbios, preposiciones, conjunciones e interjecciones, sobre cuyo uso correcto nos preguntamos a menudo: Si pertenecen o no, al español general; en qué registro, culto, coloquial, popular o vulgar los empleamos. Se ha excluido de esta primera parte el verbo, palabra esencial para formar la oración gramatical, tanto que, sin ella, no existe enunciado con sentido completo. Si disponemos las siguientes palabras en cualquier forma: Oh alma mía no a la vida inmortal pero el mundo de lo posible …, Posible lo el de mundo oh alma no a vida la inmortal pero mía…, no hemos dicho ni escrito nada con sentido; pero al introducir entre ellas el verbo o los verbos necesarios, nos deslumbra la luz de su significado: Oh alma mía, no aspires a la vida inmortal, pero agota el campo de lo posible. Esta hermosa sentencia, repetida por Albert Camus, pertenece a Píndaro, el más grande de los grandes líricos griegos.

Por la importancia del verbo, por el vigor y la riqueza de la conjugación española, se entregan, en capítulo aparte, los modelos clásicos de las tres conjugaciones en –ar, -er, -ir, amar, temer, partir, además de aquellos verbos que, siendo regulares, presentan cambios ortográficos en algunas personas y tiempos; se proponen modelos que ilustran estas dificultades y les dan respuesta. Respecto a los llamados verbos irregulares, se entrega la conjugación de cada uno de los que tienen irregularidad propia y modelos o patrones de verbos con irregularidades vocálicas o consonánticas. El arte de conjugar es esencial para la expresión oral y, singularmente, para la escrita: solo si conjugamos con propiedad los verbos, podremos aprender la concordancia correcta de sus tiempos para la perfección de nuestras oraciones y párrafos. Se entregan en los artículos pertinentes, ejemplos de oraciones que incluyen el régimen del verbo, es decir, la preposición con la cual este se construye, según su significado. Por supuesto, se pone énfasis en peculiaridades ecuatorianas del uso de ciertos verbos, reveladoras de nuestra idiosincrasia, sobre todo en lo relativo a la rica conjugación perifrástica con gerundios, por influencia del quichua: dar diciendo, dar haciendo, dejar abriendo, mandar sacando, etc., originarias de la Sierra centro, y conocidas en todo el Ecuador.

 

Cuando lo consideramos indispensable, para ilustrar mejor las respuestas a las dudas que suscitan ciertos términos, hemos creado ejemplos apropiados, tanto del error, cuando, obviamente, de la corrección que se precisa.

Nuestro DUCE incluye, sin intención alguna de censura, ecuatorianismos registrados en el DLE, o no registrados aún. Es sabido que a lo largo de la historia del español en América, escritores como el gran tradicionista peruano Ricardo Palma, apoyado singularmente por nuestro sabio expresidente, lingüista, botánico y académico don Luis Cordero Crespo, presentó a la Real Academia de la Lengua, al conmemorarse cuatrocientos años del ‘Descubrimiento de América’, en 1892, largas listas de americanismos que nombraban ‘las cosas nuestras’, cuyas inclusión en el diccionario general fue rechazada entonces. Hoy, al contrario, tenemos la impresión de que se aceptan panhispánicamente demasiados términos, sobre todo los anglicismos que designan cuanto se relaciona con el portento de la informática.

Pero antes de ir a ello, hay aún una tercera parte en este DUCE, que trae apéndices sobre cuestiones fundamentales de lexicografía y gramática, como la acentuación, la puntuación. Evoco al inolvidable maestro jesuita Miguel Sánchez Astudillo, quien en sus cursos ponía singular énfasis en este capítulo; puntuar bien era para él, muestra del claro talento del escritor y, a la inversa… Para no abundar, remito al lector al índice, donde encontrará capítulos singularmente necesarios y, a la vez, concisos y claros.

Por último, y esta es la parte nueva de este libro, hemos trabajado los Suplementos lexicográficos cuyos títulos muestran a ustedes su oportunidad y necesidad. Se trata, en breves palabras, de términos correspondientes a sendos capítulos sobre léxicos relativos a diversidad sexual, música ecuatoriana e informática, cuyos términos no se hallan oficialmente establecidos –muchos de ellos son todavía extranjerismos que escribimos, como lo pide la norma, en cursiva, pero que no tienen equivalente apropiado, definitivo ni ‘oficial’ en nuestra lengua y, sin embargo, la invaden y seguirán usándose aunque, tantas veces, sin suficiente discriminación. Este diccionario no podía dejarlos de lado. Era indispensable destacarlos en capítulos distintos, y eso hemos hecho; de otra forma, se habrían perdido entre el vocabulario que colma los primeros capítulos y apéndices ya citados.

El valor de estos Suplementos radica en que responden a nuevos ‘constructos’ socioculturales, que revelan cambios en nuestra existencia, por una parte, y en nuestra concepción de ella, por otra. Significan exigencia de conocimientos lexicográficos inimaginables hace solo veinticinco años, pero imprescindibles hoy.

Sus definiciones, largamente discutidas, buscaron la mayor precisión, a la vez que la adecuación a las definiciones de otros países.

Repito con agradecimiento doblemente cabal y apremiante, parte sustancial del párrafo con que terminaba el prólogo de las ediciones anteriores de este libro, además de hacer justa referencia a la actualidad:

“He de agradecer al único y cercanísimo colaborador de esta obra, mi hijo Alfredo Espinosa Cordero, quien de modo directo y constante ha apoyado mi trabajo con su fino talento, su perspicacia estética e idiomática y su lúcida crítica. A él debo la primera y difícil selección de viejos artículos míos sobre temas idiomáticos que no se escribieron en computadora, y mucho de lo atinente al capítulo de los verbos”.

Hoy, he de destacarlo, ha sido singular su colaboración en lo pertinente a la búsqueda y definiciones de los términos de los citados Suplementos, los cuales se han acrecentado y enriquecido singularmente en esta edición, con los tres capítulos ya aludidos, cuyos títulos ‘Aproximación a la música nacional’, ‘Diversidad y género’ y ‘Glosario informático’, hablan por sí solos.

Sin el aporte de Alfredo Espinosa Cordero, muy poco habría podido incluir yo misma sobre temas tan actuales y arduos, que exigen otro tipo de especialización. Los hemos discutido y pensado juntos, de acuerdo con sus sugerencias, e impulsados por el deseo de entregar algo nuevo y valioso, merced a su sabiduría.

¡Gracias, hijo!


Susana Cordero de Espinosa

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN

CARLOS JOAQUÍN CÓRDOVA

Director de la Academia Ecuatoriana de la Lengua



De verdad, se llena un vacío. Susana Cordero de Espinosa, doctora en Pedagogía con especialización en Lengua y Literatura y con estudios de Lingüística Aplicada en la Universidad de la Sorbona y en la Universidad Laval de Québec, y destacada catedrática universitaria, con su obra Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador ha puesto al alcance del público un instrumento didáctico de superior categoría.

Hablar es facultad natural de fácil ejecución como también fácil es adquirir, por virtud de la enseñanza, la capacidad de escribir. Mas, hablar bien y escribir correctamente son dos actos que exigen conocimiento, ilustración y acierto. El admirable mecanismo del lenguaje dispuesto con singular maestría sirve para la aplicación de los códigos gramaticales sistemáticos dentro de la habitual y fluida comunicación de la gente. Hay reglas y más reglas dispuestas para que el hablante las ponga en práctica en beneficio de la pureza, exactitud y gracia de la comunicación en el diario quehacer de la vida. Es cosa corriente que el hablante, debido a natural disposición, sea fiel al cumplimiento normativo señalado en los tratados teóricos y su aplicación práctica; pero también viene el habitual desvío de los refinamientos gramaticales como de las normas instituidas, ya porque las ignora o porque no las aplica con fidelidad. Queda así al descubierto el error. Bien sea por falta ortográfica, por desliz sintáctico, por fallo morfológico o por imperfección prosódica, el hablante o en su caso, el que escribe, se halla en potencia o efectivamente proclive a desviarse de la corrección y propiedad.

Resulta natural el riesgo de caer en la duda o de cometer una falta ya sea al hablar como en la redacción de una pieza cualquiera. Susana Cordero viene entonces en ayuda, muy a tiempo. Con su excelente libro quedan resueltas cuantas dudas puedan asaltar tanto al hablante como a quien escribe. La corrección del lenguaje se encuentra presente de manera continua en su obra, cual escudo de seguridad contra la comisión de errores. Y estos son de numerosas clases porque el complejo mecanismo gramatical propio de la lengua parece que pone a prueba al hablante en su acto de comunicación verbal o escrito. Ante estos reales peligros que atentan contra la corrección, el libro de la doctora Cordero es verdadera tabla de salvación. En sus ricas y bien nutridas páginas, plenas de saber lingüístico, de sabia orientación y claridad expositiva, este valioso diccionario resuelve además, con sencillez y precisión, cuanta dificultad surja, ya sea por el significado mismo de tal o cual palabra, como la solución de los varios problemas gramaticales referidos a sus diversas e importantes partes: léxico, sintaxis, morfología, ortografía, prosodia y aun la misma elocución.

Quichuismos, anglicismos y modismos se encuentran con profusión en esta rica obra de lingüística ecuatoriana. La perspicaz y cuidadosa autora registra voces provenientes del quichua radicadas secularmente en nuestro castellano que forman parte consustancial del habla ecuatoriana. Como ejemplo tenemos el caso del verbo hablar. En el giro ecuatoriano “el Inspector les habló malamente a los muchachos”, esto es, que el Inspector reprendió a los estudiantes, es frase en la cual el verbo hablar tiene origen en el quichua. En efecto, rimana tiene dos acepciones, la primera, al igual que en español es ‘la acción de expresar por medio de palabras para comunicarse’ y en la segunda significación, la de ‘reprender, regañar’. Quichuismos de uso corriente en el habla familiar son las interjecciones achachay, añañay, atatay, ayáu y otras más de uso habitual. Chaquiñán, guambra, ñaño, runa son cuatro ejemplos de voces quichuas corrientes en nuestra habla.

En cuanto a los anglicismos, la doctora Cordero bien hace en incluir en la páginas de su utilísima obra unos cuantos. En la publicidad, la televisión, los deportes, el turismo, acaso también a trechos, en el habla juvenil, el anglicismo invasor se encuentra presente ya escrito, como también en la expresión oral. Y aquí, nuestra autora señala el barbarismo, con la enseñanza de la correspondiente corrección.

El Diccionario, tal como dice su título, tiene la virtud de referirse al habla ecuatoriana. Resaltan en él las peculiaridades regionales del medio, esto es, la descripción del fenómeno lingüístico que bien reconoce la ciencia del lenguaje como un hecho normal en cualquier idioma. Tal es, como ejemplo característico en el habla estándar, el uso del gerundio en construcciones “a la ecuatoriana”. La docta autora señala con riqueza de ejemplos la ocurrencia de giros regionales y si es necesario, para bien de la corrección, una línea orientadora con la enmienda apropiada.

Frente a lo que puede pensarse respecto del rigor gramatical, bien hace la autora del Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador en su afán por corregir lo imperfecto, lo vicioso, tanto de la expresión oral como de la escritura; tal rigor o freno, repito, no lleva por motivo alguno hacia la inmovilidad del idioma nacida de mala directriz purificadora. Queda en sus enseñanzas, sana y fuerte la vitalidad del idioma con los recursos ágiles que el hablante culto imprime a la lengua. No hay duda, la bibliografía lingüística del Ecuador se ha enriquecido de verdad con el Diccionario de la Académica de Número Doña Susana Cordero de Espinosa. Es obra didáctica de positivo valor.

13 de septiembre de 2004