Las tierras del dolor. Yo jomú nu ú'ú

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Las tierras del dolor. Yo jomú nu ú'ú
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León Cuervo, Francisco Antonio, 1987- , autor

Yo jomú nu ú’ú = Las tierras del dolor / Francisco Antonio León Cuervo ; presentación Eduardo Matos Moctezuma. -- 1a ed. – Guadalajara, Jalisco: Editorial Universitaria: Universidad de Guadalajara. Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Estudios en Lenguas Indígenas, 2019.

(Literaturas en lenguas originales de América Miguel León Portilla)

ISBN 978-607-547-520-2

1. Poesía indígena-México 2. Literatura indígena mexicana 3. Mazahua I. t. II. Serie

897.41 .L55 .Y7 CDD

PM3082 .L55 .Y7 LC



Ricardo Villanueva Lomelí

Rectoría General

Héctor Raúl Solís Gadea

Vicerrectoría Ejecutiva

Guillermo Arturo Gómez Mata

Secretaría General

Luis Gustavo Padilla Montes

Rectoría del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas

Missael Robles Robles

Coordinación del Corporativo de Empresas Universitarias

Sayri Karp Mitastein

Dirección de la Editorial Universitaria

Primera edición electrónica, 2019

Textos © Francisco Antonio León Cuervo

Prólogo Eduardo Matos Moctezuma

Coordinación de la colección José Luis Iturrioz Leza Dulce María Zúñiga Chávez

Coordinación editorial Iliana Ávalos González

Corrección Jorge Orendáin

Revisión en jñatrj'o Francisco Antonio León Cuervo

Diagramación Paola E. Vázquez Murillo

Diseño de portada J. Daniel Zamorano Hernández


Juan Manuel Durán Juárez

Rectoría del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades

Dulce María Zúñiga Chávez

Dirección de la División de Estudios de la Cultura

José Luis Iturrioz Leza

Jefatura de Departamento de Estudios en Lenguas Indígenas

D.R. © 2019, Universidad de Guadalajara


Editorial Universitaria José Bonifacio Andrada 2679 Colonia Lomas de Guevara 44657 Guadalajara, Jalisco

www.editorial.udg.mx01 800 UDG LIBRO

ISBN 978-607-547-520-2

Junio de 2019

Hecho en México

Made in Mexico

Conversión gestionada por:

Sextil Online, S.A. de C.V./ Ink it ® 2019. +52 (55) 52 54 38 52 contacto@ink-it.ink www.ink-it.ink

Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, existente o por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes.

Índice

Prólogo

Eduardo Matos Moctezuma

Nu zakjú ñe naño ne’e De la vida y otros deseos

Yo Ch’ïji

Sueños

Nu na majña

El primer eco

¿Jeko ngeje nu b’ezhe?

¿Qué es la vida?

B’úb’ú

Vivir

Ri tsjinch’i

Soñar

Ro k’uénko kja na za’a

Me escondí en un árbol

Ri mbeñe

Recuerdo

Nu b’ezhe na za’a

Historia de un árbol

Nu s’iya ñe naño ú’ú Del amor y otras tempestades

Nu zojña ko ro opjú

Del poema que escribí

Ri netsk’o

Te extraño

Diopa’a

Días secos

Nu jiombeñe

Olvidar

Na sü’ü

Angustia

Ma ra ma’a

Despedida

Juémbeñe

Nostalgia

Nutsk’ojme

Nosotros

Nu májá ñe naño na jo’o De la felicidad y los pequeños placeres

Na nzhonte

Viajero

Meb’úb’ú

Eterno

Jonte

Generosidad

Ri nepe

Ansío

Nu nru’u ñe ñaño’ue De la muerte y otros lamentos

¿Só ri onú k’oko ngets’k’o?

¿Aún preguntas quién soy?

T’oo

Sepulcro

Yo sü’ü

Temores

Nu bexkjijñi

El último pensamiento

Nzhá’á

Ocaso

Jña’a nu t’eje

Voz de la montaña

Ri ónú

Preguntando

Na b’ézhi

Perdido

Prólogo

EDUARDO MATOS MOCTEZUMA

El 1 de diciembre de 2018 se me hizo un reconocimiento en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara dentro del III Encuentro de Literaturas en Lenguas Originarias de América, con la presencia en el presídium del poeta Francisco Antonio León Cuervo, quien leyó algunos de sus poemas, el doctor José Luis Iturrioz Leza y otras personalidades de la Universidad de Guadalajara como la Mtra. Marisol Schultz, directora de la FIL, la Dra. Carmen Rodríguez Armenta, Vicerrectora de la Universidad de Guadalajara. El acto fue conducido por Ofelia Medina.

Este reconocimiento reviste para mí singular importancia por varias razones: la principal de ellas es que proviene del Encuentro de Literaturas en Lenguas Originarias de América, es decir, la palabra expresada en su más amplio contenido. Lenguas que se preservan a lo largo de los siglos y que están presentes para recordarnos que siguen vigentes, que no han desaparecido, que son la expresión cabal de los pueblos indígenas del continente.

Son las voces que se alzaron hace más de 500 años en la isla La Española (hoy República Dominicana) en boca de Enriquillo, quien se levantó en la sierra del Bahoruco en contra del poder español en 1519. Para Fray Bartolomé de las Casas, este levantamiento revistió tres aspectos fundamentales: 1) La sublevación era motivada por causas justas; 2) La guerra que sobrevino a raíz del alzamiento y que duraría hasta 1533, fue guerra justa para los indios; 3) Enriquillo era representante legítimo de los indígenas. Antes de estos acontecimientos, en la misma isla se había escuchado la voz de la razón en las palabras que dijo Fray Antón de Montesinos, dominico, ante las autoridades españolas encabezadas por Diego Colón un domingo de adviento de 1511, en nombre de toda la comunidad y que tenía por título Ego vox clamantis in deserto:

Para os los dar a conocer he sobido aquí, yo que soy voz de Cristo en el desierto de esta isla, y por tanto, conviene que, con atención no cualquiera, sino con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentidos, la oigáis, la cual voz os será más nueva que nunca oísteis, la más áspera y dura y más espantable y peligrosa que jamás no pensáteis oir.

Y continuó diciendo:

… Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tran infinitas dellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis opresos y sojuzgados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dáis incurren y se os mueren, y por mejor decir los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan a su dios y creador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sóis obligados a amallos como a vosotros mismos? ¿Esto no entedéis, esto no sentís?

 

En México, es la voz de Cuauhtémoc que se dejó oír en la defensa de Tenochtitlan contra las huestes peninsulares y que, en tono dramático, invitaba al capitán español a que lo sacrificara como correspondía a un guerrero prisionero con aquellas palabras que han quedado grabadas en los anales de la historia y que no fueron comprendidas por Cortés: “Señor Malinche: ya he hecho lo que soy obligado en defensa de mi ciudad, y no puedo más. Y pues vengo por fuerza y preso ante tu persona y poder, toma el puñal que tienes en la cintura y mátame luego con él”. Esta frase, traducida en una triangulación en que la Malinche, que hablaba el náhuatl y otras lenguas indígenas, las traduce a Jerónimo de Aguilar al maya y, a su vez, Jerónimo las vierte al español a Cortés. Pero ¿qué es lo que realmente quería decir el joven tlatoani? Bien sabemos que el destino de los guerreros capturados en combate era el de ser sacrificados para acompañar al sol en su recorrido por el firmamento cuando es parido por la tierra en una constante lucha en contra de los poderes de la noche y llegar hasta el mediodía, donde el astro sería acompañado por las mujeres muertas en parto hasta el ocaso cuando el sol sería, a su vez, devorado por la tierra.

Son las palabras que escuchamos en lo más profundo de la selva chiapaneca en 1994 y que aún perduran en nuestras conciencias. Son las voces de los negados, de los pueblos que labran la historia, de aquellos seres que tienen su peculiar manera de entender el universo y que dicen de los despojos a que están sujetos. De las injusticias que día a día se cometen en contra de las mujeres y los hombres de la palabra originaria, de los hombres verdaderos, como se conocen a sí mismos los tzeltales.

Junto a este grito de protesta también se da el canto donde las palabras se transforman en poesía. Un antiguo poema náhuatl se prolonga en la poesía que surge en boca de un indígena actual. Dice así el primero:

Sólo iremos dejando al partir

nuestra tristeza, nuestro canto:

Sólo mediante él es conocido uno,

se hace verdadero el canto.

¡Nos habremos ido a su casa,

pero nuestras palabras, nuestro canto

vivirá en la tierra!

De Mardonio Carballo es la voz que he escogido para cantarnos de antiguas tradiciones y profundas reflexiones. Dice así:

¿De dónde es uno?

¿Del lugar en el que nace o del lugar en el que se muere?

¿De dónde es uno?

¿Del lugar donde ha dejado enterrado su ombligo o de

donde se entierra todo lo demás?

¿De dónde es uno?

¿Del lugar donde ha sido plantado su árbol o de donde

muere el animal que le corresponde?

Las tierras del dolor, antología de poemas del escritor mazahua Francisco Antonio León Cuervo

Nunca había leído cómo una persona puede darnos en bellas palabras y múltiples atardeceres la esencia de su vida desde el nacimiento hasta la muerte. Y eso lo logra de manera sorprendente el poeta mazahua Francisco Antonio León Cuervo en su libro Las tierras del dolor. El solo título ya nos lleva en recorridos incansables por la tierra que es paridora de plantas y de vida a la vez que se convierte en una enorme mortaja que recibe a los muertos. Con pluma hábil y sabiduría ancestral nos remonta en el tiempo y en las esencias vitales de su ser que lo mismo nos dice de ausencias y presencias que describen la manera en que la tarde se pierde en el tiempo, en todos los tiempos…

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