Educación artística y diversidad sexual

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From the series: Oberta #220
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Educación artística y diversidad sexual
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Colaboran en el Proyecto EDADIS:

CREARI Grupo de Investigación en Pedagogías Culturales GIUV2013-130, ICIE UV, EASD Escola d’Art i Superior de Disseny de València, FELGTB, Facultat de Magisteri UV, Grupo FIDEX UMH, Florida Universitaria, Lambda, Cátedra UNESCO Forum Universidad y Patrimonio UPV, Facultad de Bellas Artes UPV, EARI Educación Artística Revista de Investigación, Els Films de la Rambla, InSEA, CECA, ICOM y AVALEM.


© de los textos: los autores

© de esta edición: Universitat de València, 2015

Coordinación editorial: Maite Simon

Maquetación y diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera

Corrección: Pau Viciano

ISBN: 978-84-370-9845-6

ÍNDICE

EN DEFENSA DE LA DIVERSIDAD ANTE EL RETO SOCIAL EN EDUCACIÓN ARTÍSTICA

Ricard Huerta y Amparo Alonso-Sanz

TEORÍAS Y CUERPOS

EDUCACIÓN ARTÍSTICA, DERECHOS HUMANOS Y DIVERSIDAD SEXUAL

Ricard Huerta

DE CUERPOS, CARNES Y PEDAGOGÍAS. TRAVESÍAS CORPORALES EN LA EDUCACIÓN ACTUAL

Jordi Planella

LAS IMÁGENES DE LA DIVERSIDAD SEXUAL EN LA EDAD MEDIA

Germán Navarro Espinach

EXPERIENCIAS Y ESPACIOS

LA EDUCACIÓN EN LA DIVERSIDAD DE GÉNERO Y SEXUAL DESDE LOS MUSEOS. UN CASO PRÁCTICO

Liliane Inés Cuesta Davignon

PROYECTO RED EDUCA: LA BOLA DE NIEVE DE LA VISIBILIDAD

Jesús Generelo

ARTE Y CULTURA EN UNA REVISTA GAY

Julio Lossio Quichiz

NUEVE AÑOS DE DIVERSIDAD AFECTIVO-SEXUAL E IDENTIDAD DE GÉNERO EN EL AULA DE PLÁSTICA

Víctor Parral Sánchez

LA SEXUALIDAD DE LOS PERSONAJES DE SERIES TELEVISIVAS INFANTILES. INTERPRETACIONES DE FUTUROS MAESTROS

Amparo Alonso-Sanz y Paloma Rueda

¿DESEDUCANDO? EXPERIENCIAS DE DESOBEDIENCIA SEXUAL EN EL ESTADO ESPAÑOL

Juan Vicente Aliaga

EL PROFESOR NO RECETA BIBLIOGRAFÍA

Pepe Miralles

IL CORPO E L’ARTE DI ESPRIMERE SÉ E DI IN-TENDERE L’ALTRO

Gilberto Scaramuzzo

QUEERING THE FINE ARTS ACADEMY, THROUGH RESEARCH, TEACHING AND ART CURATING

Paweł Leszkowicz

EL AULA INVERTIDA. UNA EXPOSICIÓN EN LA FUNDACIÓN LA POSTA

Romà de la Calle, Guillem Cervera y María Tinoco (Fundación La Posta)

PERFIL DE LOS AUTORES

EN DEFENSA DE LA DIVERSIDAD ANTE EL RETO SOCIAL EN EDUCACIÓN ARTÍSTICA

Ricard Huerta Universitat de València Amparo Alonso-Sanz Universitat de València

Diversidad sexual no son una pareja de términos que siempre hayamos escuchado ligados, uno de la mano del otro. Principalmente porque el concepto sexual, aunque ha evolucionado sobre la base de los sucesivos esquemas sociales, comúnmente ha formado parte de lo que entendemos como tabú. También lo sexual se asocia a lo prohibido, lo obsceno, lo íntimo y personal, impidiendo cualquiera de estas particularidades que se sitúe entre lo común, se visibilice o forme parte de la cotidianeidad de todas y todos, y mucho menos de lo diverso. Sin embargo el concepto diversidad tampoco ha sido tratado por igual en los diferentes esquemas sociales.

Desde el ámbito científico hemos escuchado a menudo expresiones como: diversidad de especies, animal, biológica, celular, climática, de la materia, de ecosistemas, ecológica, genética, geográfica, hídrica, metabólica, microbiana, natural, orgánica, química, taxonómica, tecnológica, vegetal. Aceptando que efectivamente en todos estos campos era una virtud la variedad que intrínsecamente se le reconocía. De modo similar ocurre con la diversidad literaria, cultural, lingüística, musical, urbana, porque a mayor multiplicidad de las mismas, mayor placer recae en el individuo que las consume y más se enriquece. Sin embargo esta bondad no se proyecta sobre la diversidad identitaria, intercultural, jurídica, nacional, organizacional, política, regional, religiosa, social, o territorial; por mencionar algunos de los ámbitos donde la diversidad se enfrenta a perspectivas más absolutas, cerradas o limitadas. Porque la diversidad, por definición se opone a la homogeneidad, y determinados discursos prefieren la prevalencia de una única mentalidad, postura, identidad, cultura, ley, territorio, régimen, institución o creencia por encima de las demás. Por lo tanto la variedad no se observa de igual modo en todos los aspectos de la vida, principalmente porque la diferencia – el hecho de que existan otros diferentes– puede ser entendida como una amenaza a la propia integridad y en respuesta a ese miedo las actuaciones del ser humano llegan a ser tremendas, bárbaras nos atreveríamos a decir.

La sencillez que supone tratar la realidad como un todo homogéneo ha simplificado durante muchos años el modo de entender a las personas y especialmente a las minorías. De manera que es reciente el entendimiento, aceptación y respeto hacia la diversidad humana, infantil, juvenil, personal o racial. Dicha visión, estrenada hace relativamente poco, se ha trasladado a la educación, precisamente donde no se presuponía que la diversidad en las aulas o en las escuelas debiera introducir variables en el modo de hacer del docente. Pero esta renovada mirada hacia la disparidad no recoge únicamente la concepción sobre cómo interrelacionarnos, sino también la forma de incorporar nuevos conceptos y significados a los contenidos curriculares, poniendo en entredicho temas tan arraigados como la familia, las vacaciones asociadas a festividades religiosas, los modelos ejemplificadores…Otros temas (como pueda ser la sexualidad) directamente han estado desterrados del currículo, que ha obviado su utilidad ligada al placer, mostrando únicamente el interés por el sexo en cuanto a procedimiento reproductor, y además ha ocultado perversamente el conocimiento de otras posibles asociaciones a esta. De manera que si tardíamente se comienza a difundir el binomio diversidad sexual en nuestra sociedad, difícilmente habrá llegado al ámbito educativo todavía (y arduo es el camino por recorrer). Así, no es de extrañar que Bonillo,1 como presidenta de Lambda que ha sido en los últimos años, en declaraciones recientes pidiese que el currículo escolar incluya la diversidad sexual, de género y familiar, destacando el papel esencial que ha llevado a cabo el colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, reconociendo la lucha y los avances conseguidos por dichos grupos.

En cualquier caso, si un ámbito de conocimiento puede erigirse como portador de la defensa de las minorías, ese es sin lugar a dudas el entorno del arte. Esto es así porque desde las manifestaciones artísticas contemporáneas se lucha mediante creaciones reivindicativas de los derechos de la mujer, los inmigrantes, las culturas oprimidas o cualquier tipo de realidad invisibilizada. Y en ese sentido, por supuesto también el arte como herramienta de transformación social ha sido protagonista del cambio de mirada hacia los derechos del colectivo de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, pansexuales, e intersexuales (LGBTQ). En consecuencia, la educación artística, encargada de transmitir los saberes vinculados a las artes visuales, la estética y la cultura visual, debe recoger toda esta multiplicidad de perspectivas tanto en el espacio dedicado a la investigación como en el territorio de la enseñanza. De este modo la educación artística se responsabiliza de difundir el respeto hacia la heterogeneidad, una heterogeneidad de la que es partícipe en sí misma como área de conocimiento. La complejidad y disparidad se alzan como un valor desde la educación artística y como resultado comienzan a surgir numerosas líneas de investigación. Una de estas líneas es la encargada de estudiar la diversidad sexual, y nosotros interesados en ella hemos querido implementar su análisis y los efectos que pueda tener su repercusión.

 

Creemos que es fundamental aproximar a estudiantes, maestros, docentes, investigadores y educadores de museos, al gran abanico multicolor de posibilidades con las que tratar la diversidad sexual, tanto en los espacios destinados a la educación reglada (escuelas, institutos, universidades…) como en los dedicados a una educación informal (academias, museos, televisión, publicidad, publicaciones…). Especialmente cuando todo ello se hace desde la perspectiva de la educación artística, porque de este modo se garantiza la aceptación de la pluralidad. Pero también creemos que es preciso incorporar agentes y políticas implicadas, órganos responsables de las decisiones que afectan no solamente a los adultos sino especialmente a los menores cuya identidad se encuentra en periodo de conformación. Y con estas intenciones convenimos que lo más apropiado podía ser comenzar el trayecto organizando un congreso, una reunión académica en la cual fuese posible reunir a profesionales, especialistas, e incluso a personas y colectivos que sin ser especialistas académicos, sí que podían aportar sus opiniones, basadas en años de trabajos, luchas, logros, de manera que pudiésemos contrastar ideas, conocernos y reconocernos como artífices de un nuevo momento social y cultural, dando pie posteriormente a textos que conseguirán sostener tras el paso del tiempo los avances en el conocimiento, centrifugando así el tradicional peso específico de la comunidad científica hacia otros focos de interés.

Al organizar el Congreso Internacional EDADIS Educación Artística y Diversidad Sexual en noviembre de 2014 desde la institución universitaria (concretamente la Facultat de Magisteri de la Universitat de València), precisamente en la sede de la formación inicial del profesorado, estamos incorporando al ámbito académico una realidad que durante siglos se ha mantenido al margen de las fronteras del saber, de lo que públicamente se sabe y socialmente se enseña (entendiendo enseñar tanto en su acepción vinculada a educar como a exhibir o mostrar). Hablar de diversidad sexual donde se forma a maestros y profesores de institutos, es transgredir, porque suponer romper con las imposiciones heteronormativas que la sociedad transfiere a los educandos. Este encuentro ha permitido acoger a 150 participantes en una actividad de reflexión en torno a cuestiones relativas a la educación artística y la diversidad sexual, en sesiones en las que han interviniendo ponentes de diferentes universidades y centros de investigación, especialistas en representación de países como Polonia, Italia, España, Brasil, México y Argentina. Además de marcar una pauta global, el encuentro ha supuesto el acercamiento entre los departamentos universitarios de Bellas Artes y de Didáctica de las Artes, tradicionalmente alejados en Valencia, facilitando así la connivencia de profesorado con intereses comunes, pero que trabajan desde perspectivas peculiares, ya que en esta ciudad (y en el territorio valenciano en general) han estado tradicionalmente ubicados en universidades diferentes, con departamentos en facultades hasta hace poco alejadas, puesto que las universidades valencianas encargadas de las titulaciones de Bellas Artes (Universidad Politécnica de Valencia y Universidad Miguel Hernández en su sede de Altea) no cuentan con departamentos, ni áreas ni tampoco asignaturas dedicadas a la didáctica de las artes, a pesar de que un gran porcentaje de sus egresados se dedique posteriormente a la docencia en secundaria (Huerta, 2013).

La antesala, preparación y difusión a lo que fueron propiamente las dinámicas del congreso EDADIS se encuentran en tres monográficos publicados en 2014. Dichos monográficos trataban precisamente sobre los aspectos relacionados con esta temática: el número 449 de Cuadernos de Pedagogía (Wolters Kluwer), el número 47 de Temps d’Educació (Universitat de Barcelona), y el número 10 de Aula de Secundaria (Editorial Graó); todos ellos coordinados por Ricard Huerta. La propuesta de llevar adelante dichos monográficos se gestó durante los dos años previos al congreso EDADIS. En ese sentido cabe elogiar la buena acogida que tuvo la propuesta por parte de los directores y responsables de dichas publicaciones, todas ellas revistas de prestigio con un amplio bagaje y recorrido. Agradecemos en ese sentido la colaboración y el compromiso que han mantenido los directores y responsables de dichas publicaciones, mostrando nuestra gratitud de manera especial a Lourdes Martí, directora de Cuadernos de Pedagogía (Kluwer-Wolters), a Alba Ambrós, directora de Aula de Secundaria (Editorial Graó) y a Conrad Vilanou, director de Temps d’Educació (Universitat de Barcelona), quienes confiaron desde el principio en esta iniciativa, y a quienes debemos el rigor con que han tratado la temática en las publicaciones de las que son máximos responsables. A partir de los pensamientos, diálogos y resultados del mencionado congreso, hemos creído oportuno dar continuidad y mayor difusión al trabajo iniciado, especialmente tras la demanda de los asistentes que nos transmitieron su deseo de saber más sobre la cuestión. Como respuesta a este requerimiento hemos compilado el presente volumen en el que se recogen los textos preparados por sus autores para analizar los conceptos que hoy en día manejamos en relación con la educación artística y la diversidad sexual. Este libro, por tanto, se suma al impulso que está tomando este emergente campo de interés, un empuje que esperamos continúe en el futuro revirtiendo en positivos y fructíferos resultados para la educación artística.

El lector puede encontrar ante todo diversidad en este ejemplar (en ese sentido hemos tratado de ser coherentes en la forma y en el contenido, ya que se trata de un libro sobre diversidad). Esto significa, que aunque se hallen resonancias entre un capítulo y otro, ecos entre posturas, referentes artísticos y teóricos compartidos; en ningún caso va a primar la homogeneidad. El lector puede disfrutar de diversas formas de escribir, tantas como autores, con ritmos, estilos, vocabulario e influencias diferentes; también puede recrearse en revisiones del pasado como las realizadas por Navarro o por Aliaga, frente a la contemporaneidad más acuciante del resto de textos. En la primera parte del volumen se presentan diversas teorías como las aportadas por Huerta, Planella y Navarro. En la segunda parte encontraremos experiencias en diversos ámbitos desde los que abordar la temática que nos ocupa: desde la educación reglada Alonso-Sanz y Rueda con una investigación desarrollada en la Facultad de Magisterio, Aliaga desde la Facultad de Bellas Artes al igual que Miralles o Leszkowicz, y Parral Sánchez como profesor de Secundaria; desde la educación informal Cuesta con la experiencia museística, Generelo a través de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, y Lossio Quichiz gracias a la revista Crónicas de la Diversidad del Perú; Scaramuzzo con una perspectiva de la expresión desde la mímesis; y desde el terreno de las fundaciones, con el ejemplo de La Posta, un texto relatado por Romà de la Calle, Guillem Cervera y María Tinoco. Pero especialmente diversidad en la forma de abordar el compromiso, la lucha, la defensa, la pedagogía…Y esta es la clave que puede darle, a quien ahora sostiene este libro, un lugar donde encontrarse, identificarse o hallar el «modo de hacer» a su medida.

PERSPECTIVAS DESDE LAS DIFERENTES APORTACIONES

Este volumen contiene un conjunto de aportaciones mediante las cuales descubrimos algunos de los espacios que pueden enmarcar el amplio concepto de la educación artística y la diversidad sexual. La primera parte de este libro versa sobre teorías y cuerpos. Gracias al texto de Ricard Huerta, profesor de la Universitat de València, titulado «Educación artística, derechos humanos y diversidad sexual», por un lado tomamos conciencia de la falta evidente de una educación respetuosa con la riqueza de expresiones del cuerpo y del sexo. Por otro lado nos sentimos animados, como docentes, a comprometernos con el desarrollo de nuevos logros sociales. Y además encontramos posibilidades de acción desde la educación en artes, poniendo en relación a los individuos y su entorno, tanto en la faceta de creadores como de usuarios de imágenes. Para ello insiste en la importancia de visibilizar la opción sexual de grandes artistas norteamericanos del siglo XX como Jasper Johns, Robert Rauschenberg y Cy Twombly, ocultada por historiadores o comisarios; propone dar a conocer reivindicaciones, artísticas como las de Urko García, o políticas como las de colectivos LGTB. Pero especialmente ofrece una estrategia docente para no convertirnos en cómplices de una posible aula armario, invitándonos a emplear el recurso del cine como componente poderoso en el tratamiento de la diversidad sexual.

Jordi Planella, de la Universitat Oberta de Catalunya, por su parte nos habla de cuerpos que expresándose consiguen desestabilizar y romper con las estructuras que promueven la «normalización» y de la carne en la perspectiva simbólica y cultural. Su propuesta titulada «De cuerpos, carnes y pedagogías. Travesías corporales en la educación actual», posee un tinte poético cercano a los orígenes de los términos y los juegos de palabras, bello, como se espera de alguien afín a la pedagogía de lo sensible. También Planella nos invita a asomarnos al cine, para ello se centra en la historia de Arthur Cravan y en el cineasta Peter Greenaway. El autor destaca la idea del currículo corporal cerrado, con un potente discurso a cerca de los cánones de la normalidad con los que el sujeto es sometido como objeto de instrucción, especialmente desde el ámbito educativo donde lo queer todavía no es aceptado. Sin embargo es un relato optimista que confía en la capacidad de la pedagogía para luchar contra la exclusión, para disolver las fronteras que sitúan a los cuerpos en diferentes territorios corporales.

Las miradas actuales hacia la diversidad sexual se comprenden mejor cuando revisamos el pasado, y para ello nadie mejor que el historiador Germán Navarro Espinach, de la Universidad de Zaragoza, que nos aproxima a «Las imágenes de la diversidad sexual en la Edad Media», imágenes sexuales explícitas en esos espacios públicos o religiosos, símbolos con un claro mensaje de condena hacia la libertad sexual. Él es consciente de que para la enseñanza de la historia los recursos de la cultura visual son potentes instrumentos de transmisión de conocimientos hacia un colectivo estudiantil videoicónico, y por ello no propone un mero uso ilustrativo de las imágenes, sino un uso reflexivo a partir de las mismas. Esto lo consigue facilitándonos el análisis de imágenes históricas de la Edad Media que ilustran situaciones de homofobia, así como pautas de comentario. Navarro nos está regalando un material educativo con el que trabajar el respeto hacia la diversidad sexual especialmente en las aulas de Secundaria. Desgrana significados como la alusión a la tentación lujuriosa a través de la gran serpiente, el águila que simboliza el amor homosexual, y las hienas abrazadas o devorando hombres que han servido para representar la sodomía. Desvela imágenes de carácter terrorífico en torno a la ejecución de sodomitas, empalamientos, castraciones y hogueras. Y al igual que los dos anteriores autores hace alusiones al cine que respeta los valores LGTB, en este caso con películas del director británico Derek Jarman.

La segunda parte de este libro aborda experiencias y espacios. Liliane Cuesta, responsable de educación del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí, descubre que en las funciones museísticas de adquisición, exposición y mediación de las colecciones se puede tener presente la diversidad de género y sexual. Pero además plantea que especialmente gracias a la función educativa de los museos y desde la diversidad cultural, geográfica e histórica de sus colecciones, se apoye a la educación formal. En su propuesta «La educación en la diversidad de género y sexual desde los museos. Un caso práctico», nos aproxima a la visita-taller «Una cuestión de género» ofrecida durante el curso 2013-2014 al alumnado de Segundo Ciclo de Secundaria y de Bachillerato, más próxima a la escenificación que a lo manual. De nuevo observamos aquí que las alternativas pedagógicas, pasan en nuestro momento actual, por fomentar la reflexión, el debate, el cuestionamiento de ideas preconcebidas y erróneas, la introducción de la variación temporal y cultural en el entendimiento de los conceptos relacionados con la diversidad. En este taller al análisis de la dimensión funcional y simbólica de los espacios; al trabajo sobre las actividades, oficios y funciones asociados a uno u otro género; se suma el cuerpo como en capítulos anteriores, mostrado en las obras expuestas, cuerpo femenino como soporte de alegorías, y cuerpo de la mujer como objeto de deseo (masculino). Por otro lado se trabaja sobre: la subjetividad de la historia, patente en la ausencia de mujeres ilustres entre los personajes históricos presentes en el museo; y los códigos sociales asociados al género.

 

Para que la construcción de identidades pueda ser plural necesita de referentes, de manera que se reconozcan como posibilidades las realidades minoritarias; referentes en los currículos, en el arte, en la literatura, en la ciencia, en el ocio, en el deporte…; referentes lejanos o inalcanzables, pero también cercanos, próximos, reconocibles; incluso referentes no necesariamente positivos. A este pensamiento nos acerca Jesús Generelo, secretario General de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) en el trabajo titulado «Proyecto Red Educa: la bola de nieve de la visibilidad». En su texto ilustra cómo, gracias al voluntariado y a su empoderamiento, el programa Red Educa llega a los centros de enseñanza para impartir talleres al alumnado con objeto de fomentar la diversidad, la igualdad de oportunidades, la paz, la convivencia en las aulas y la educación en valores. Nos gustaría resaltar que Generelo consigue evidenciar el hueco estructural del sistema educativo, y la necesidad de acometer la diversidad no únicamente desde lo actitudinal, sino también desde lo intelectual y lo emocional.

Descubrimos con Julio Lossio Quichiz, cuál es la realidad cultural y política del Perú en relación a la diversidad sexual y el modo en que la vertiente más conservadora de la religión católica controla y sistematiza la aversión hacia ésta en el país. El autor del texto «Arte y cultura en una revista gay», nos explica de qué manera la diversidad se ha visibilizado en la publicación que dirige –revista Crónicas de la Diversidad– a través de temas como: el teatro, la religión, el cine, la fotografía, el cómic o la literatura. Esta revista familiar de arte y cultura lucha por las mentes, por lo intelectual, tiene un fin orientador y pedagógico aprovechado por grupos activistas que trabajan con jóvenes, pero no sólo está pensada para los LGTB.

Víctor Parral Sánchez es profesor de Secundaria, con su aportación «Nueve años de diversidad afectivo-sexual e identidad de género en el aula de plástica», describe su progreso a favor de una educación artística en diversos institutos de la Comunidad Valenciana. Lo que surge inicialmente como motivación personal con pequeños gestos como dejar al alcance de docentes y discentes carteles o revistas del colectivo Lambda; pasa a transformarse en iniciativas con repercusión intra-muros que trabajan desde la creatividad y el arte, la diversidad sexual de forma transversal al currículo; y acaba evolucionando más ambiciosamente hacia actividades dentro y fuera del aula para conmemorar el 17 de Mayo (Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia). Parral ha sabido promover un festival sobre la diversidad sexual relacionado con el currículo y los diferentes niveles educativos, pero además ha demostrado que es posible la implicación interdepartamental. Un ejemplo de trabajo abierto, flexible, participativo y creativo; reconocido institucionalmente, que en este texto se explicita minuciosamente de forma que pueda servir de guía para otros docentes interesados en incorporar estos objetivos en su trabajo. Porque si algo queda confirmado con su obra es que las disciplinas artísticas son una excelente opción como portadoras de los valores que toda sociedad necesita para evolucionar hacia un modelo de respeto pleno por la diversidad.

Para comprobar lo que se está cociendo en las aulas donde se forma al profesorado podemos leer el texto de Amparo Alonso-Sanz y Paloma Rueda, ambas profesoras de la Universitat de València en el área de Didáctica de la Expresión Plástica. Sensibles a la necesidad de acercar el interés curricular de la diversidad sexual a los maestros en formación, llevan a cabo una investigación con la participación del alumnado de Magisterio, compleja y extensa, de la que aquí comparten una porción. En su aportación titulada «La sexualidad de los personajes de series televisivas infantiles. Interpretaciones de futuros maestros», las autoras recogen los argumentos y visiones de los estudiantes como espectadores de series televisivas de tres cadenas gratuitas dirigidas al público infantil, público que deberán educar en el futuro. Concretamente desenmarañan las identidades que este colectivo estudiantil percibe en los personajes de ficción, evidenciando las creencias, prejuicios y cambios de opinión que surgen durante este proceso formativo. De manera que llegan a visibilizar las concepciones sobre la orientación sexual de protagonistas de la cultura visual televisiva y el tipo de información que ayuda al televidente a conformar sus creencias. Es una contribución que trata de penetrar en ese hueco estructural al que otro de los autores de este libro se refería con anterioridad.

El siguiente capítulo nos adentra en otro lugar de formación universitaria, la educación artística vinculado a las bellas artes y a la historia del arte. Leer «¿Deseducando? Experiencias de desobediencia sexual en el estado español», es en realidad leer a Juan Vicente Aliaga, de la Universitat Politècnica de València, porque su texto es autobiográfico, y como las primeras autobiografías de feministas, recoge las vivencias junto con una revisión crítica de la realidad, una mirada situada. Esas experiencias de vida y de aprendizaje surgen en otros contextos como el anglosajón, el francés, o más recientemente a través de geografías culturales y artísticas de Argentina, México y Chile. Es una memoria que recorre desde los años 70 hasta la actualidad, y que se refiere especialmente a tres aspectos: el sector de la enseñanza universitaria, su actividad como investigador con publicaciones e importantes experiencias expositivas, y la praxis política desempeñada en la militancia o el activismo. Su resistencia no lo es solamente ante los discursos y las políticas heterocentradas, patriarcales y machistas; también lo es hacia el propio concepto que se tiene desde el academicismo de lo que debe ser un profesor de universidad. Aliaga no ha sido testigo simplemente, su texto no es solo testimonio, él ha abierto camino. A pesar del silencio que imperaba en las aulas donde se formó en los 70, ha sabido crear asociaciones entre la historia del arte y los estudios de género de base feminista, entre la historia del arte y la política, entre activismo y análisis de la producción artística, entre la docencia y la diversidad, entre las manifestaciones artística y la sexualidad, ha descubierto a los ojos del público –desde el comisariado– y a los ojos del alumnado de Bellas Artes –desde la docencia– aportaciones de artistas cuyas vidas ajenas a las normas hegemónicas habían impregnado su obra. Huelga decir que no todos los docentes podemos ser capaces de hacer confluir la política, la sociedad, los medios de comunicación y la historia en su vinculación con las prácticas artísticas; pero son necesarios estos referentes que demuestran que una enseñanza basada en la diversidad es posible. Y quien precise ejemplos de artistas, exposiciones, libros u otro tipo de publicaciones con los que poder obtener una experiencia estética o una reflexión provechosa, encontrará en este texto fructíferas recomendaciones también para un uso pedagógico.

Adentrarse en el capítulo «El profesor no receta bibliografía», escrito por el docente de la Universitat Politècnica de València Pepe Miralles, es decidirse a aprender de otro modo. Porque la pedagogía de Miralles es difícil de definir por lo que es, pero sencilla de comprender por oposición a lo que seguro que no es. Sus metodologías no son heteronormativas y reflexiona sobre cómo se han de hacer las clases, las presentaciones, los trabajos, las evaluaciones. Su discurso subjetivo, parcial, localizado y posicionado en la no universalidad descoloca al alumnado. Estudiantes que adormecidos en la postura contraria, no veían como extraña esta forma en que venían siendo adoctrinados culturalmente, esta perspectiva heteronormativa que lo contamina todo; y sin embargo dudan y se sienten inseguros ante el cambio de posicionamiento o la invitación a mirar con «ojos operados de cataratas» que propone el autor. Pero me gustaría destacar una fragmento tan potente que aun descontextualizado podrá intrigar al lector para pasar las páginas hasta casi el final del libro y comprender su profundo significado vinculado a los docentes, «lo otro personal es político, porque lo suyo personal es hegemónico». Miralles además pone en tela de juicio las competencias que se diseñaron para el Grado en Bellas Artes, considerando que deben ser revisadas para incorporar otras cercanas a la diversidad sexual. Y por último cuestiona la investigación, que tiene lugar en la facultad donde trabaja, por retroalimentar temáticas y homogeneizar la bibliografía, lo que genera en consecuencia que no emerjan creativamente otros temas de interés. Por eso el autor afirma que en las clases que imparte no «receta» bibliografía.