Aprovechamiento de recursos y manejo de suelo ecológico. AGAU0108

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11. Rotación de cultivos con alternativas desherbantes

La rotación de cultivos además de ser una estrategia empleada con el fin de mejorar la biodiversidad en la agricultura, también es una práctica útil para combatir el desarrollo de vegetación espontánea no deseada.


Recuerde

La rotación de cultivos consiste en cambiar cada cierto tiempo el cultivo a implantar sobre un determinado terreno, suelo o parcela.

Normalmente en explotaciones ecológicas, al no poder aplicarse productos químicos de síntesis como los herbicidas, generalmente hay mayor infestación de malezas (más aún durante los primeros años en casos de reconversión de explotaciones convencionales a ecológicas). El control de las malas hierbas, plantas arvenses, malezas o flora adventicia, mediante la sucesión de distintos cultivos sobre un determinado terreno se justifica al existir una flora arvense con un elevado grado de especificidad para un cultivo concreto y una determinada zona.

Las plantas adventicias, aunque en determinados casos pueden ser positivas (disminución de la erosión, favorecen la microfauna, aumentan la biodiversidad, aportan materia orgánica, etc.), su principal inconveniente es la competencia sobre los cultivos en la captación de recursos tales como el agua, luz y los nutrientes.


Nota

El perjuicio que ocasiona la vegetación espontánea sobre los terrenos de cultivo depende del número de semillas producidas como de su capacidad de germinación y diseminación, si poseen órganos de propagación vegetativa que faciliten su dispersión, de su tasa de crecimiento y absorción de nutrientes, duración de su ciclo vegetativo, etc.

La implantación de un cultivo reiterativo sobre un terreno años tras año (monocultivo) beneficia la adaptación y especificación de la flora adventicia. Por ello, en la agricultura y más aún en la ecológica, la rotación de cultivos debe ser una herramienta indispensable para el control de las hierbas invasoras. En el caso de terrenos dedicados a cereales, las alternativas no son muchas, pero en lugar de realizar monocultivos de cereal (trigo, cebada, avena, centeno, etc.) sería conveniente establecer rotaciones con especies de leguminosas como la veza, alfalfa, girasol o la posibilidad de incluir también un tiempo para barbecho. La introducción de leguminosas en las rotaciones como abono verde proporciona un aporte de nitrógeno extra al cultivo siguiente y como en el caso de la alfalfa, ayuda a combatir la proliferación de malas hierbas gracias a su estructura aérea, densidad de siembra y al alto porcentaje de sombreamiento que confiere al suelo.


Sabía que...

El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA) del Principado de Asturias en una investigación sobre rotación de cultivos en producción ecológica de maíz forrajero, probó con buenos resultados las siguientes rotaciones: raigrás inglés-trébol blanco-maíz y raigrás italiano-trébol violeta-maíz frente al cultivo.

A la hora de establecer rotaciones, para el control de la flora espontánea, conviene evitar que el ciclo del cultivo coincida con las de las principales plantas adventicias instaladas en el terreno de plantación, se deben evitar introducir cultivos infestantes y, si esto no es posible, añadir después de estos un cultivo limpiador o asfixiante de rápido crecimiento y con gran cobertura del suelo. No hay que olvidar que el aumento de la densidad de siembra también favorece la competencia del cultivo frente a las malas hierbas. También conviene rotar cultivos que germinen en otoño con cultivos que germinen en primavera, así como alternar especies anuales (cereales) con perennes (alfalfa).


Definición

Cultivos infestantes

Especies vegetales que por sus características morfológicas y fisiológicas (biomasa aérea escasa y lento crecimiento) facilitan el crecimiento y desarrollo de hierbas adventicias.

Las rotaciones, además de contribuir al control de la vegetación espontánea de forma que no haya ninguna especie dominante en los terrenos de cultivo, no se deben olvidar otras ventajas:

1 Mejora de la biodiversidad.

2 Disminución de los daños causados por la incidencia de plagas y enfermedades.

3 Incremento de los rendimientos de los cultivos respecto a los monocultivos a medio y largo plazo.

4 Mejor aprovechamiento de los nutrientes al establecer cultivos con sistemas radiculares diferentes.

5 Menor necesidad de aporte de materia orgánica y aumento del porcentaje de nitrógeno disponible en el suelo si se introducen leguminosas en la rotación como abono verde.

6 Optimización de la labranza al realizarlo a distinta profundidad según requerimientos de cada cultivo.

7 Mejor aprovechamiento de los recursos de la finca.


Aplicación práctica

En agricultura ecológica, a la hora de elegir las especies incluidas en la rotaciones, conviene conocer si contribuyen a limitar la proliferación de malas hierbas (especies asfixiantes o limpiadoras) o favorecen su crecimiento (especies infestantes).

Indique qué cultivos considera asfixiantes o infestantes de la siguiente relación: ajo, veza, patata, cebolla, alfalfa, zanahoria, haba y melón.

SOLUCIÓN

Por su velocidad de crecimiento y la gran superficie de suelo que sombrean, los cultivos de patata, alfalfa, haba y melón son ejemplos de cultivos limpiadores o asfixiantes, mientras que los cultivos de ajo, cebolla, zanahoria, se consideran infestantes por crecer fundamentalmente en vertical y permitir que la radiación solar llegue a mayor superficie del terreno de plantación.

11.1. Acolchados

Uno de los objetivos principales que justifican la práctica del acolchado es sin duda su capacidad de limitar la proliferación de hierbas adventicias en la proximidad de las plantas cultivadas. Su uso está muy extendido en cultivos hortícolas, pero también pueden observase acolchados plásticos (malla sintética permeable o geotextiles) cubriendo el suelo bajo los árboles en las plantaciones frutícolas, y acolchados orgánicos o cubiertas vegetales entre las calles. Además de limitar el crecimiento de la vegetación espontánea, el acolchado o mulching permite amortiguar los efectos de las condiciones meteorológicas y actuar sobre algunos de los parámetros agronómicos que afectan al desarrollo óptimo de los vegetales.

A la hora de instalar un acolchado es necesario plantearse una serie de cuestiones previas: naturaleza del material a utilizar, espesor del acolchado, cultivo en el que se establece, material adecuado según época del año, si se pretende aportar materia orgánica, etc. En el caso de utilizar materiales orgánicos, es importante conocer la respuesta de los diferentes productos utilizados previamente por otros agricultores o por entidades públicas de investigación. Además, la utilización de materiales orgánicos como barrera física para restringir la germinación de malas hierbas, requiere el aporte al terreno de una capa lo suficientemente gruesa (mínima de 3 cm) para que pueda ejercer dicha función. Esto puede originar, al regar o simplemente por la lluvia su apelmazamiento, disminuir la aireación del suelo y la posible pudrición del material. Junto con la posibilidad de ser arrastrado por vientos fuertes, la utilización por tanto de materiales orgánicos no son lo más aptos para el control de la flora arvense.

Con respecto a los materiales inertes, el empleo de láminas plásticas impermeables en agricultura ecológica es fuente de controversia dentro del sector por ser productos derivados del petróleo (recurso no renovable) y por su lenta degradación. No obstante, el uso de acolchados plásticos está muy extendido, principalmente los constituidos de polietileno de baja densidad (LDPE), polietileno lineal de baja densidad (PELBD) o mezcla de ambos, en diferentes espesores, y con la posibilidad de adquirirlos perforados o no.


Sabía que...

Actualmente existen plásticos biodegradables obtenidos a partir de almidón de origen vegetal, aunque su precio suele ser más elevado al igual que su coste ambiental. Estos plásticos se degradan por la acción de microorganismos y originan agua, dióxido de carbono, metano y ocasionalmente residuos no tóxicos para el medio. Además de los plásticos biodegradables, existen otros tipos de plásticos que se degradan por la acción de la luz solar, plásticos fotodegradables. Estos plásticos están constituidos de polietileno y una serie de aditivos especiales y presentan el inconveniente que tras el ciclo del cultivo, quedan trozos de plástico que al no haber estado expuestas a la radiación solar no se han descompuesto. Por último, también existen acolchados de papel biodegradables que se caracterizan también por su permeabilidad al agua.

 


Actividades

12. Una micra, ¿a cuántas galgas equivale?

13. ¿Qué diferencia hay entre el acolchado plástico tricapa o extrusionado?

11.2. Enarenados

El enarenado es una práctica agrícola que consiste en aplicar sobre el terreno previamente preparado una capa superficial de arena. Se puede decir, por tanto, que es un acolchado realizado a base de un material inerte, con la finalidad de controlar el crecimiento y desarrollo de plantas adventicias, aunque también se le pueden atribuir otros efectos beneficiosos.

No todas las clases de arena son aptas para ser utilizadas como cubierta inerte. Se recomiendan utilizar arenas de calidad procedentes de canteras naturales o de depósitos de ríos, de naturaleza silícea (no calcáreas), con un tamaño medio comprendido entre 2 mm y 0,2 mm, sin residuos vegetales y limpias de partículas de arcillas o limos.


Nota

Las partículas de arena de origen calcáreo no deben utilizarse por su capacidad de modificar las características químicas de los suelos (pH, capacidad de intercambio catiónico, etc.). Además, una alta proporción de partículas inferiores a 0,5 mm pueden originar una reducción de la porosidad y de la capacidad de intercambio gaseoso de las raíces con el exterior.

La aplicación de arena superficial, de forma artificial sobre el suelo de plantación, con la intención de luchar contra las plantas, se fundamenta en las características propias de las arenas:

1 No aportan nutrientes al ser un material inorgánico.

2 Elevada permeabilidad o velocidad de infiltración del agua.

3 Baja capacidad de retención de agua.

4 Alta porosidad (macroporos).


Enarenado del suelo de un invernadero en un cultivo de tomate

Todas estas características configuran un medio poco apto para el crecimiento de cualquier especie vegetal. No obstante, algunas plantas adventicias están adaptadas a suelos arenosos y pueden crecer, pero sin embargo, la presencia de la capa arenosa también facilita el control manual de dichas plantas una vez germinadas.

11.3. Escarda manual

Los métodos descritos de control de la flora arvense en los cultivos, (policultivos, asociaciones, rotaciones, acolchados, etc.) son prácticas encaminadas a prevenir la posible infestación de malas hierbas en los terrenos de plantación. Otros métodos, denominados directos como la escarda manual, escarda térmica, siega y la solarización, intentan combatir las plantas adventicias, bien eliminando las plantas no deseables una vez germinadas o bien eliminando las semillas. Por tanto, estas prácticas se emplean normalmente cuando los métodos preventivos no han permitido disminuir suficientemente la población de esta vegetación no deseada en los cultivos.

El objetivo de la agricultura ecológica no es eliminar completamente la presencia de malas hierbas, sino la creación de un equilibrio entre estas y el cultivo. Además, el estudio de las especies implantadas puede ser en algún caso una herramienta de ayuda para obtener información sobre las características edafológicas de los suelos. Por ello, y por otras ventajas citadas anteriormente, las malas hierbas se consideran un componente más del agroecosistema en este tipo de agricultura.


Nota

Es muy importante conocer las especies arvenses presentes en las parcelas para poder controlarlas y valorar si interesa eliminarlas o no, en función de las ventajas e inconvenientes que aportan a los terrenos de plantación.

Al igual que en el control de plagas existe un parámetro que marca el nivel de infestación a partir del cual el coste del tratamiento es inferior al daño que produce, en el control de la flora arvense existe otro parámetro similar denominado periodo crítico de competencia (PCC). Este parámetro depende de la especie cultivada, densidad, factores climáticos, nivel de nutrientes y disponibilidad de agua, especies de plantas adventicias, etc. Normalmente, el periodo crítico de competencia de la mayoría de los cultivos se suele encontrar en el primer tercio o a la mitad del ciclo de vida del cultivo. Si en este intervalo de tiempo se evita un nivel de infestación importante de malezas, se garantiza una producción alta del cultivo sin tener en cuenta otros factores.


Definición

Periodo Crítico de Competencia (PCC)

Intervalo máximo de tiempo que las plantas pueden permanecer en el terreno sin afectar al rendimiento del cultivo.

Los periodos críticos de competencia en varios cultivos se miden en días después de realizar la siembra o el trasplante del material vegetal sobre el terreno. Según esto, cuanto menor sean los días para alcanzar el periodo crítico de competencia, antes se deben establecer medidas directas de control de plantas adventicias.

Entre las medidas más antiguas de control de la flora arvense se encuentra la escarda manual, que consiste en alterar la superficie del terreno con el objetivo de poder arrancar, cortar o enterrar la vegetación no deseable que crece y se desarrolla al mismo tiempo que un cultivo agrícola. Aunque se puede realizar directamente a mano, es aconsejable utilizar alguna herramienta (azada, escardador, escarificador, azadilla, legón, almocafre azadilla, etc.).

A la hora de realizar esta operación conviene seguir una serie de pautas:

1 Escardar a primera hora de la mañana con previsión de tiempo soleado y sin lluvias para asegurar la deshidratación de las hierbas una vez extraídas del terreno.

2 Extraer las especies de mala hierba monocotiledóneas con su sistema radicular (Avena fatua, Cyperus rotundus, Trifolium spp., Digitaria sanguinalis, etc.) y no dejar crecer excesivamente estas especies.

3 Las especies de malas hierbas dicotiledóneas (Malva spp., Papaver spp. (amapolas), Diplotaxis spp. (jaramagos), Veronica arvensis, etc.) pueden eliminarse cortando la base del tallo.

4 Eliminar la flora arvense antes de que produzcan las semillas.

5 No realizar la escarda manual en suelos con excesiva humedad.

La escarda manual es un método eficaz en la lucha contra las malas hierbas dicotiledóneas, pero no para especies monocotiledóneas con órganos subterráneos de reproducción (pequeños tubérculos, rizomas, estolones, etc.) su control es más difícil. Además se requiere una gran cantidad de mano de obra y de tiempo, y es viable económicamente en pequeñas superficies o con una mano de obra muy barata.


Importante

Por lo general, en las explotaciones de agricultura ecológica existe más riesgo de invasión del terreno de plantas no deseables. Además su control exige una gran cantidad de mano de obra.


Actividades

14. Cite las diferencias entre un escardador y escarificador.

14. ¿En qué consiste el binado del terreno? ¿Es lo mismo desherbar que binar?

11.4. Escarda térmica

La escarda térmica (termodesherbado o piroescarda) es otro método de control físico de plantas adventicias que consiste en la aplicación de calor sobre la superficie foliar de la vegetación. Con esta técnica permitida en agricultura ecológica se pueden alcanzar temperaturas superiores a los 70 ºC y el efecto inmediato sobre las plantas es su marchitamiento y posterior muerte por deshidratación en un periodo más o menos corto de tiempo, dependiendo de la forma de realizar la aplicación.

En general, la realización de la escarda térmica se puede realizar fundamentalmente bajo dos modalidades: mediante la generación de una llama que incida directamente sobre la vegetación (flaming), o bien, mediante la aproximación de un elemento con una gran capacidad de transmisión de calor calentado por una llama continua.

Las plantas en la escarda térmica no llegan a arder, sino que a consecuencia de la transmisión de una gran cantidad de calor, se origina una ebullición del agua contenida en las células vegetales de los distintos tejidos de las plantas, provocando la explosión de dichas células por dilatación de su estructura y la desnaturalización de sus proteínas.

Normalmente, estos equipos se configuran de tal manera para que puedan ir montados o ser arrastrados, bien por vehículos de tracción (tractores) o de forma manual, mediante la incorporación de ruedas que permitan al operario desplazar el equipo a través de la parcela.

La generación del calor en estos equipos se produce normalmente por la combustión de gases de propano (con mayor potencia calorífica) o con butano, aunque desde hace cierto tiempo se utiliza gas licuado del petróleo (GLP).


Nota

El gas licuado del petróleo (GLP) es realmente una mezcla de gas propano y butano, con mayor poder calorífico y que presenta la ventaja de generar en su combustión únicamente dióxido de carbono y vapor de agua, mientras otros combustibles producen además otras sustancias dañinas para el medioambiente (óxidos de nitrógeno, compuestos de azufre, etc.).

A la hora de utilizar esta práctica, se deben tener en cuenta una serie de consideraciones. Por ejemplo, que la vegetación a tratar no esté mojada por efecto del rocío, lluvia o riego, o que las condiciones meteorológicas sean favorables (intensidad baja del viento, dirección del aire, baja humedad ambiental, etc.). El tiempo de exposición de calor a la flora arvense dependerá del equipo utilizado, tipo de especie, tamaño, etc. En general, las plantas adventicias son más sensibles a la aplicación de calor en sus primeros estados de desarrollo, aunque para reducir el número de aplicaciones en el terreno, conviene esperar a que el nivel de infestación sea suficiente para optimizar la operación. Además, se tendrá presente el posible daño que puede causarse a las plantas del cultivo y que las plantas más sensibles a esta estrategia son aquellas plantas dicotiledóneas con escasa capacidad de rebrote. Por último, para un mejor control de los equipos quemadores, es recomendable que incorporen una protección o escudo con el objetivo de realizar una aplicación más localizada y evitar dañar al cultivo establecido.

La escarda térmica presenta una serie de ventajas que se citan a continuación:

1 No modifica la estructura del suelo.

2 No favorece la erosión del terreno.

3 Se puede realizar cuando por el exceso de humedad del suelo no se puede realizar la escarda manual o mecánica.

4 Reduce la probabilidad de propagar plantas adventicias mediante la dispersión de estructuras de reproducción vegetativa.

5 En algunos cultivos se puede aplicar tanto en preemergencia o postemergencia del cultivo.

 

Desde el punto de vista medioambiental, la escarda térmica presenta aspectos negativos como son la utilización de combustibles fósiles y la emisión de dióxido de carbono a la atmosfera. Además, es necesario dejar suficiente espacio entre filas de plantas para el transporte del equipo y aumentar el rendimiento de la operación; en plantas como las monocotiledóneas, que suelen poseer órganos de reserva o propágulos, no reduce totalmente su capacidad de rebrote; el aspecto de la seguridad del operario en el manejo de estos equipos debe ser muy riguroso; con ciertos equipos, la humedad ambiental y la existencia de viento pueden reducir la eficacia del tratamiento térmico; no es una escarda apropiada para cultivos de hoja ancha o con sistemas radiculares superficiales; por último, no se puede realizar bajo cultivos con sistema de riego localizado por la naturaleza de los materiales.

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