La cafeína del liderazgo en un mundo "light"

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A mediados del siglo XX, ser propietario de una empresa convertía de forma automática al individuo en «amo y patrón» de la misma, incluso con esos exactos calificativos. Esto fue desapareciendo cuando personas emprendedoras empezaron a convencer a otras de que aportaran el capital y ellos las ideas y el trabajo para llevar a término un proyecto.

En la actualidad las fronteras desaparecen, las prácticas protectoras comerciales son cada vez menos aceptadas y los negocios un reto que se desarrolla en el tablero internacional. Por esto las organizaciones globales necesitan otro tipo de líder para ser dirigidas: personas capaces de superar las barreras locales, nacionales y culturales dentro de las cuales han nacido.

El proceso de internacionalización e interdependencia de las economías ha hecho que las relaciones y los intercambios sean más sencillos y fluidos, pero al mismo tiempo exigen el conocimiento cultural e histórico de aquellos con los que se interactúa. Los líderes empresariales necesitan comprender que un solo patrón de trabajo no es suficiente para los colaboradores de las nuevas generaciones, que cada vez necesitarán viajar con mayor frecuencia, y sin embargo, carecen de una formación humanista importante, que desgraciadamente se ha sacrificado en los sistemas educativos en beneficio de la tecnología, tan necesaria para relacionarse con otros pueblos y otras culturas, con su arte, historia y costumbres.

Los esquemas gerenciales son el reflejo de la forma en que la organización piensa y opera, exigiendo –entre otros aspectos– un trabajador con el conocimiento necesario para desarrollar y alcanzar los objetivos del negocio; un proceso flexible ante los cambios introducidos por la organización; una estructura plana y circular, ágil, reducida a la mínima expresión, que cree un ambiente de trabajo que satisfaga a quienes participen en la ejecución de los planes para lograr cada meta, en lugar del organigrama piramidal clásico; un sistema de recompensa basado en la efectividad del proceso donde se comparte el éxito y el riesgo; y un equipo de trabajo participativo altamente motivado.

La necesidad de contar con un mayor nivel de integración comercial y tecnológica ha llevado a los países a abrir sus economías, dando paso al desarrollo de los intercambios sin fronteras y al inicio de la era de la globalización. El proceso viene marcado por la tecnología, la informática, las telecomunicaciones, la nanotecnología, el genoma humano... Las tareas complejas a menudo se realizan de un modo más eficiente en equipo, es decir, en grupos en los que todos pueden comunicarse con los demás en una situación de igualdad y sin privilegios, con total libertad de expresión y la posibilidad real de manifestar su capacidad creativa.

Estos avances generan consecuencias insospechadas. Algunas causas en lugares remotos producen consecuencias en otros, alcanzando incluso a las organizaciones más asentadas y tradicionales. Cada vez con mayor frecuencia se desenfocan las causas reales de un hecho y sus consecuencias reales; ello también es resultado de la velocidad (tal vez excesiva) del cambio que experimentamos.

En el campo empresarial se ha producido una creciente división del trabajo y la especialización, que ha conllevado una visión parcial de la empresa. Hoy se necesitan, no solo gestores, sino líderes capaces de eludir esa visión sesgada, parcial y especializada, hombres y mujeres con visión global, completa, plena e integradora. Los ejecutivos poseen nuevos anhelos y necesidades; consideran a la empresa como un ámbito para su plena realización, exigiendo mayor formación, responsabilidad y autonomía.

Los directivos de las empresas en general están demasiado enfocados en lo que sucede dentro de sus organizaciones y entorno próximo, lo cual ocasiona que pierdan oportunidades que se originan en todo el mundo. Hay que dialogar con los clientes y los proveedores, conocer gente en otros ámbitos de la vida, relacionarse mejor, aprender a ser receptivos y a aprender continuamente.

«El liderazgo es un intento de influencia interpersonal, dirigido a través del proceso de comunicación al logro de una o varias metas».

Gibson

¿Los líderes nacen o se hacen?

Esta pregunta ha sido formulada desde los tiempos más remotos y se ha mantenido a lo largo de la Historia. Con revoluciones políticas como la francesa, donde cae la monarquía como forma única de poder y surge la nueva democracia, y con la Revolución Industrial, que económicamente funda las bases del capitalismo, el concepto mismo del liderazgo ha cambiado.

Toda organización que aspira lograr y mantener una posición de excelencia debe comprender la importancia de aceptar constantes cambios como la manifestación más natural de salud. La mayoría de las personas que trabajan en las empresas aceptan el concepto de «mejora continua» como una realidad ineludible para la supervivencia, pero no todos ven claramente que la mejora continua, no es otra cosa que el cambio continuo. ¡Y pobre del que se resista a cambiar! Le ocurrirá como a los dinosaurios, que al no adaptarse a la nueva situación de su entorno, terminaron por sucumbir. Sin embargo, el mosquito, la araña o la hormiga, no solo no sucumbieron, sino que gracias a cambiar también ellos han perdurado hasta nuestros días millones de años después.

Si tomamos los últimos 50.000 años del millón de la Historia del ser humano y los dividimos aproximadamente en generaciones de treinta, resultan 1.600 generaciones, de las cuales 1.300 vivieron en cavernas y solo las cinco últimas han conocido el motor eléctrico.

Conforme avanzan los tiempos y el progreso va apareciendo en las diferentes áreas de la Humanidad, surgen cada vez más oportunidades para las personas. Claro, otras desaparecen, o al menos cambian de forma, pero las oportunidades nunca se agotan. Pero cada una de ellas es única e irrepetible: la tomas o la dejas. Procura estar despierto para poder verla.

La globalización no es un fenómeno nuevo, sino la intensificación de las transacciones que ya existían que comprenden variables económicas, políticas, sociales y culturales. De forma muy resumida el principio de la globalización mundial tiene sus orígenes en el pueblo fenicio y en el establecimiento de factorías a lo largo de toda la costa mediterránea e incluso más allá. Más tarde fue el Imperio Romano quien contribuyó a aumentar el fenómeno con el latín, las construcciones de nuevas vías de comunicación y las leyes; después le tocó el turno a España4 con el descubrimiento, la conquista, culturización y evangelización del Nuevo Mundo, que convirtieron el Océano Atlántico prácticamente un mar interior, así como con su expansión por el resto de continentes, creando un imperio en el que «jamás se ocultaba el sol». Finalmente el proceso de internacionalización de la economía que se viene dando desde la II Guerra Mundial, con un crecimiento del comercio y de la inversión internacional más rápidos que el de la producción mundial.

Los países no se limitan a invertir dentro de su espacio territorial, sino que buscan alternativas de comercio e inversión en otros, creando toda una mezcla de intercambios económicos entre las distintas naciones. La internacionalización económica tiene que ver además con la expansión del capitalismo como modelo económico y de producción más generalizado en el ámbito mundial.

Si quieres leer más sobre cómo empezó el fenómeno de internacionalización de las empresas, puedes hacerlo descargándote el contenido de este bidi:


Así, paulatinamente, la globalización se ha convertido en el eje que organiza la discusión económico-social-política contemporánea, y es en ella en donde se desarrolla la tarea del líder. Nos encontramos ante una transformación cualitativa del capitalismo que ha creado una nueva relación de interdependencia más allá de los estados nacionales.

Los elementos básicos que definen la globalización podemos resumirlos en:

 La creciente importancia de la estructura financiera y de la creación global de crédito llevan al predominio de las finanzas sobre la producción, al dominio de la banca sobre la industria, a la formación, la fusión de grandes compañías financieras y al desarrollo de las multinacionales

 La importancia de la estructura del saber ha originado que el conocimiento se haya convertido en el factor más importante de producción y conducción de equipos humanos

«La ciencia más esencial, para el que desea gobernar con sabiduría, es hacer a los hombres capaces de ser bien gobernados».

Plutarco

De ahí se ha originado la separación entre la propiedad y la gestión de las organizaciones.

El rápido desarrollo de las nuevas tecnologías y la expansión transnacional de las mismas ha facilitado el progreso de las industrias basadas en el conocimiento, lo que lleva a una creciente dependencia de la innovación tecnológica y al riesgo creciente y palpable de la obsolescencia tecnológica, que a su vez facilita el desarrollo de otras tecnologías nuevas y más efectivas, permitiendo comunicarse más rápidamente y agilizando la toma de decisiones y la solución de problemas.

«La habilidad en expresar una idea es tan importante

como la idea misma».

Aristóteles

Esta globalización afecta también a los recursos humanos de las organizaciones. Es imposible que los líderes de hace algunos años sean iguales a los de ahora; actualmente tienden a ver el mundo como su mercado, están más abiertos a otras culturas porque se interrelacionan con ellas; además están mucho más enfocados a los avances tecnológicos que contribuyen a facilitar sus actividades diarias.

 

Si tomamos un manual clásico de estrategia o de marketing, veremos que todas sus tesis e hipótesis giran siempre en torno a la competencia referida a los mercados existentes. El análisis de la segmentación, la estructura del sector industrial o de servicios, la cadena del valor, la publicidad televisiva... son útiles en un mercado definido, conocido o predecible, pero ¿sirven cuando aún no existe un mercado?

En un mercado conocido, las reglas están establecidas y de algún modo son el input que permite seguirlas o cambiarlas, pero en áreas nuevas de oportunidad, las reglas están por escribirse, lo que complica la toma de decisiones estratégicas. Desde luego el papel del líder que quiere crear futuro y el del líder que quiere mejorar lo existente no es el mismo, y por descontado excluyo a aquellos individuos que se contentan con gestionar lo existente, incluso aunque su labor fuese excelente.

También deberíamos establecer otra diferencia importante: al hablar de liderazgo nos estamos refiriendo siempre a un proceso, mientras que al referirnos al líder nos referimos a la persona. Esta cuestión semántica es fundamental, pues emplear la palabra líder puede hacernos creer que existe un tipo de individuos especiales que pueden ejercer el liderazgo, mientras que hay otros que no, lo cual es falso de raíz en la mayoría de los casos.

Al reflexionar sobre el liderazgo hacemos referencia a un concepto polémico, cuya práctica ha sido objeto de estudios e investigaciones sociales que abarcan desde el perfil de los líderes y su evolución a lo largo del proceso histórico, hasta la identificación de los elementos o circunstancias que los generan y mantienen al frente de los grupos sociales. Hay incluso quien defiende que el liderazgo tiene raíces biológicas basadas en dos sustancias químicas, la serotonina5 y la testosterona6. Niveles mayores de la primera parecen mejorar la sociabilidad y el control de la agresión, mientras que altos niveles de la segunda sustancia incrementan el impulso de competir, lo cual, siendo cierto, tampoco es la base del liderazgo.

Alexander Solzhenitsyn7, en su discurso de graduación en Harvard, del 8 de junio de 1978, titulado Un mundo dividido en pedazos, hace una dura pero realista reflexión sobre el mundo y la sociedad.

Si quieres leerlo puedes hacerlo descargándote el contenido de este bidi:


Para enderezar este mundo maltrecho y maltratado hacen falta estadistas, líderes, y en muchos casos héroes… Desgraciadamente, los tres roles escasean.

El liderazgo es un tema clásico en la dirección de empresas. A partir de la década de los años 80 se da un punto de inflexión en las teorías que tratan este tema. Por un lado, se empieza a tener más en cuenta la dignidad de las personas, y por otro se comienza a percibir la mayor cualificación y preparación de la fuerza laboral. Los trabajadores cada vez están más preparados y mejor formados. Se toma conciencia de que a las personas no se las puede manipular, engañar, obligar... o, al menos, no permanentemente. Empieza a ser importante el dotar de sentido al trabajo y el dar ejemplo. No vale el «haz lo que digo pero no lo que hago», «no se te paga por pensar», «calla y obedece»... Las personas comienzan a ser mucho más sensibles respecto a las incongruencias y las injusticias. En definitiva, se comienza a cambiar el estilo de dirección.


La «matriz gerencial» es una representación gráfica de una vista bidimensional del estilo de liderazgo basada en el interés por la gente y en el interés por la producción; representa el enfoque de la Universidad Estatal de Ohio sobre la consideración por las personas y también las opiniones de la Universidad de Michigan sobre la orientación al empleado o la orientación a la producción. Estas tendencias clasificaron a los líderes en dos grupos, creando ochenta y una posiciones en las cuales podría manifestarse el estilo del líder.

Otra aportación interesante es la de los investigadores escandinavos, que han estado dirigiendo sus estudios a tratar de descubrir si hay una tercera dimensión que ellos denominan «orientación al desarrollo» que esté relacionada con la eficacia del líder.

Conforme se consolida la teoría de la administración y de las organizaciones, sobre todo durante el siglo XX, ha cobrado fuerza el estudio del liderazgo como una función dentro de las organizaciones. Esta perspectiva no enfatiza las características ni el comportamiento del líder, sino las circunstancias sobre las cuales grupos de personas integran y organizan sus actividades hacia objetivos, y la función del liderazgo es analizada en términos de relación dinámica. Según esta perspectiva, el líder es el resultado de las necesidades de un grupo. Un grupo tiende a actuar o hablar a través de uno de sus miembros. Cuando todos tratan de hacerlo simultáneamente el resultado por lo general es confuso o ambiguo. La necesidad de un líder es evidente y real, y aumenta conforme los objetivos del grupo son más complejos y amplios.

Por ello, para organizarse y actuar como una unidad, los miembros de un grupo eligen a un líder. Este individuo es un instrumento del grupo para lograr sus objetivos y sus habilidades personales son valoradas en la medida en que son útiles al grupo. El líder no lo es por sus capacidades o habilidades en sí mismas, sino porque estas características son percibidas por el grupo como las necesarias para lograr el objetivo. Por lo tanto, el líder tiene que ser analizado en términos de la función que ejerce dentro del colectivo.

Peter F. Drucker8 explica que «muchos directivos fracasan por no seguir una serie de reglas muy sencillas. Aun siendo tan simples, no les prestan atención, trabajan muy duramente, se mueven mucho, pero a pesar de sus conocimientos, su habilidad y su trabajo, no obtienen resultados porque no se concentran en la eficacia».

º

«El jefe del siglo XXI deberá aprovechar sus ocios para pensar en lo esencial y ejercer el magisterio de la esencia».

Jean Guitton


Hay personas que cuentan con ciertas características de personalidad: son extrovertidas, con capacidad de dirección, les gusta tener cierta influencia sobre los demás, trabajan por objetivos, la gente los sigue, poseen un cierto encanto o seducción natural... Si ese individuo se perfecciona y entrena, puede llegar a ser un magnífico líder, pero tiene que ejercitarse, ya que solamente con sus características personales no llegará a serlo.

Si la personalidad es el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás... entonces, vista la masificación y uniformidad en el pensar, sentir y querer de las masas, hay muy poca personalidad auténtica. Este es uno de los motivos por los que existen muy pocos líderes, aunque los medios de comunicación califiquen como tales a cientos de miles de individuos.

Existen técnicas de liderazgo para motivar a la gente y disponer así de un equipo mejor configurado; si una persona con las condiciones adecuadas es consciente de ellas y aprende a manejarlas, perfeccionará lo que naturalmente tiene. El líder no nace, se hace. Liderar es un arte y no basta para ejercerlo el instinto más o menos acentuado que poseamos para ello; hay que desarrollarlo conociendo y practicando los principios que le son propios, incorporando la experiencia individual y los avances de las ciencias humanísticas.

La organización se desarrolla en gran parte gracias a las vivencias personales de sus líderes, más que por el análisis racionalista de la información disponible sobre sus niveles de productividad, rentabilidad, posicionamiento en el mercado, etc. Hombres y mujeres de este tipo llegan a ser leyendas en sus empresas y en algunos casos su fama no tiene fronteras. Se podría hacer una larga lista en la que la evidencia del éxito es la mejor carta de presentación, y en la cual no podrían faltar los nombres de Lee Iacocca, Walt Disney y Akio Morita9, entre otros.

La Historia nos proporciona un contexto para entender mejor nuestro mundo. Enseña innumerables lecciones sobre el comportamiento humano, la naturaleza, la política, el cambio social, maneras de vivir el tiempo en cada generación, la forma de escribir, el arte, la importancia de la geografía, la necesidad de la investigación, la creatividad que nos permite progresar...

La Historia es un proceso continuo, de causa y efecto hasta alcanzar el día de hoy, cuyo análisis y evolución no debe ser objeto de recortes parciales e interesados.

Una de las enseñanzas que deja la Historia, y que nos sirve para construir el futuro, es que reafirmemos las fortalezas que impulsan a crecer, potenciemos lo que nos une y evitemos repetir los mismos errores.

1 Poeta épico griego; se le supone nacido en Esmirna, aunque siete ciudades se disputan el honor de ser su patria. Heródoto afirma que vivió en el s. IX a.J.C. Según una tradición, era un aeda ciego. Se le atribuyen las obras La Ilíada, La Odisea, los Himnos homéricos y La batracomiomaquia. Los dos principales poemas homéricos tuvieron una inmensa popularidad en la Antigüedad y fueron utilizados para la enseñanza y como modelo por todos los poetas épicos posteriores. Su versión definitiva fue establecida por los estudiosos bizantinos a partir del texto corregido por la escuela de Pérgamo.

2 Poeta griego creador de la poesía didáctica, en la que se aprecian sus preocupaciones morales y su fe religiosa. Es autor de Los trabajos y los días, obra que evoca de forma realista la vida de los campesinos; La teogonía, que narra el origen de las cosas y los reinados de Urano, Crono y Zeus hasta el nacimiento de los héroes; y El escudo de Heracles, relato épico del combate entre Heracles y Cicno.

3 Su nombre real fue Rafael Gómez Ortega y fue torero español muy famoso en su época. Se retiró después de la guerra civil española, y fue hermano del también famoso torero Joselito.

4 Ver la obra del mismo autor, En los albores del descubrimiento de América.

5 Neurotransmisor del grupo de las aminas biogénicas. Las neuronas serotoninérgicas que producen este compuesto están involucrados en una amplia gama de procesos fisiológicos y de comportamiento tales como la regulación cardiovascular, la respiración, la termorregulación, el estado de ánimo, los ciclos circadianos, el apetito, la sensibilidad al dolor, el comportamiento sexual, la cognición y el aprendizaje. Juegan parte importante en trastornos psiquiátricos (ansiedad, depresión y esquizofrenia), así como en trastornos relacionados con el impulso (violencia, control obsesivo, adicción a juegos de azar…)

6 Hormona sexual de acción andrógena que se forma en los órganos sexuales de los mamíferos (testículos, ovarios), aunque también en la corteza de las cápsulas suprarrenales y en el hígado. Se excreta principalmente a través de la orina y uno de los principales productos de su degradación es la androsterona. Su función principal es actuar sobre el desarrollo de los caracteres sexuales primarios y secundarios del individuo

7 Estudió en la Universidad de Rostov. Sirvió en el Ejército soviético y fue sentenciado a ocho años de prisión por las opiniones antiestalinistas que escribió a un amigo. Deportado en la Rusia central, enseñó Matemáticas al tiempo que escribía. Sus experiencias en la cárcel le proporcionaron material para su primera novela, Un día en la vida de Iván Denisovich. Fue expulsado de la Unión de Escritores Soviéticos por denunciar la censura oficial, que había prohibido algunos de sus libros. Tres de sus novelas más importantes son: El primer círculo, El pabellón del cáncer y Agosto. Fue galardonado en 1970 con el Premio Nobel de Literatura. Fue deportado a Alemania oriental y privado de la ciudadanía soviética a raíz de la publicación de El Archipiélago Gulag, análisis documentado del sistema de prisiones soviético, el terrorismo y la Policía secreta

 

8 Reconocido en el mundo de los negocios y de la administración como el más prestigioso pensador y escritor del siglo XX. Periodista y economista. Profesor de Política y Filosofía en la Universidad de Benningtonn. Profesor de Management en la Escuela Superior de Administración de Empresas de la Universidad de Nueva York. Profesor de Ciencias Sociales en la Universidad de Claremont. Autor de más de 30 libros traducidos a más de 20 idiomas, además de artículos periodísticos y revistas especializadas. Asiduo colaborador de la página editorial de The Wall Pret Journal. La Business School de la Universidad de Claremont ha pasado a denominarse Peter F. Drucker Management Center. Ha recibido incontables premios y doctorados honoris causa.

9 Físico y empresario japonés, cofundador de Sony. Se graduó de la Universidad Imperial de Osaka y se alistó en el Ejército del Imperio Japonés durante la II Guerra Mundial. En 1986 publica su autobiografía titulada Made in Japan. Fue condecorado con la Medalla Albert, otorgada por la Sociedad Real de Artes del Reino Unido. Fue el primer japonés en recibir este honor. Dos años más tarde recibió la Orden Nacional de la Legión de Honor y en 1991 fue nombrado miembro de la Orden del Tesoro Sagrado por el emperador de Japón.