Dilema de los innovadores (Nueva edición)

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Cautivos de sus clientes

¿Por qué no fueron entonces los fabricantes líderes capaces de lanzar sus unidades de 8 pulgadas? Obviamente, estaban tecnológicamente en condiciones de producirlas. Su fracaso fue consecuencia de la demora en asumir el compromiso estratégico de ingresar a ese mercado emergente, el único en el cual las unidades de disco de 8 pulgadas podían ser vendidas al principio. Las entrevistas efectuadas con los ejecutivos de marketing y de ingeniería vinculados a estas compañías permiten llegar a la conclusión de que los fabricantes de unidades de disco de 14 pulgadas ya establecidos quedaron en realidad cautivos de sus clientes, o sea los fabricantes de mainframes. Éstos no necesitaban en ese momento una unidad de disco de 8 pulgadas. De hecho, explícitamente no la querían; requerían unidades de disco de mayor capacidad a menor coste por megabyte. Los fabricantes de unidades de disco de 14 pulgadas ya establecidos escuchaban con atención a sus clientes y respondían de acuerdo con ello. Y los clientes –de una manera que no les resultaba evidente a los fabricantes de unidades de disco ni a los propios fabricantes de ordenadores– los estaban impulsando por una trayectoria de crecimiento del 22 por ciento anual en su plataforma de 14 pulgadas, lo que finalmente les iba a resultar fatal.22

La Figura 1.7 representa las diversas trayectorias de mejora de desempeño requeridas en los segmentos de productos informáticos que emergieron posteriormente, comparadas con la capacidad que lograron los cambios en la tecnología de los componentes y los refinamientos en el diseño de los sistemas dentro de cada arquitectura sucesiva. Las líneas llenas que emanan de los puntos A, B, C, D y E miden la capacidad de las unidades de disco provistas con los ordenadores de precio medio en cada categoría, en tanto que las líneas de puntos miden la capacidad promedio de todas las unidades de disco introducidas para la venta en cada arquitectura, cada año. Estas transiciones son brevemente explicadas más abajo.

El advenimiento de la unidad de disco de 5,25 pulgadas

En 1980, Seagate Technology introdujo las unidades de disco de 5,25 pulgadas. De manera análoga a lo sucedido anteriormente, sus capacidades de 5 y 10 Mb no resultaban de interés a sus clientes, que en este caso eran los fabricantes de miniordenadores; estos requerían en ese momento unidades de disco de 40 y 60 Mb. Seagate y otras firmas que ingresaron al mercado con unidades de disco de 5,25 pulgadas durante el período comprendido entre 1980 y 1983 (por ejemplo, Miniscribe, Computer Memories e International Memories) tuvieron que desarrollar nuevas aplicaciones para estos productos y se dirigieron principalmente a los fabricantes de ordenadores personales. En la década de los ’90, el uso de los discos rígidos en los ordenadores de escritorio ha resultado una aplicación obvia para la grabación magnética. No resultaba claro para nada en 1980, sin embargo, época en que este mercado estaba comenzando a emerger, que mucha gente pudiera alguna vez afrontar o utilizar un disco rígido en un ordenador de escritorio. Los primeros fabricantes de unidades de disco de 5,25 pulgadas encontraron esta aplicación (uno hasta podría hasta decir que la iniciaron) por prueba y error, vendiendo unidades de disco a todo aquel que se las quisiese comprar.

Una vez que el uso de las unidades de disco rígido se estableció debidamente en las PC de escritorio, la capacidad de disco provista con las máquinas de precio medio (o sea, la capacidad requerida por el usuario promedio de una pc) se incrementó en alrededor de un 25 por ciento por año. Nuevamente, la tecnología mejoró a casi dos veces la velocidad requerida por el nuevo mercado: La capacidad de las nuevas unidades de disco de 5,25 pulgadas aumentó alrededor del 50 por ciento por año entre 1980 y 1990. Igual que en el caso del reemplazo de las unidades de 14 pulgadas por las de 8, las primeras empresas que produjeron las de 5,25 pulgadas acababan de ingresar al mercado; en promedio, las firmas ya establecidas se retrasaron respecto de las recién ingresadas en dos años. Hacia 1985, solo la mitad de las empresas que producían unidades de disco de 8 pulgadas habían introducido modelos de 5,25. La otra mitad nunca lo hizo.

El crecimiento en el uso de las unidades de disco de 5,25 pulgadas tuvo lugar en dos oleadas. La primera fue consecuencia de la creación de una nueva aplicación para las unidades de disco rígido, la computación personal, en la cual los atributos de productos tales como el tamaño físico, de relativamente poca importancia para las aplicaciones hasta entonces establecidas, comenzaban a ser muy valorados. La segunda oleada se produjo en los mercados ya establecidos de mainframes y miniordenadores, cuando la curva de la capacidad rápidamente en aumento de las unidades de disco de 5,25 pulgadas intersectó las trayectorias más lentas de crecimiento de capacidad requeridas en estos mercados. De los cuatro fabricantes líderes de unidades de disco de 8 pulgadas –Shugart Associates, Micropolis, Priam y Quantum– solo sobrevivió Micropolis, que pasó a convertirse en un fabricante significativo de unidades de disco de 5,25 pulgadas, lo que logró solamente a través de un hercúleo esfuerzo de management, como se describe en el Capítulo 5.

El patrón se repite: la emergencia de la unidad del disco de 3,5 pulgadas

La unidad de disco de 3,5 pulgadas fue desarrollada inicialmente por Rodime, una firma escocesa que había ingresado al mercado hacía poco tiempo. Las ventas de productos con este tipo de arquitectura no fueron significativas, sin embargo, hasta que Conner Peripherals, un desprendimiento de Seagate y Miniscribe, los comenzó a producir en 1987. Conner había desarrollado un formato pequeño, liviano y mucho más resistente que sus antepasados de 5,25 pulgadas. Efectuaba electrónicamente funciones que antes eran realizadas con piezas mecánicas, y usaba microcódigos para reemplazar funciones que antes habían sido realizadas a su vez electrónicamente. Casi todos los ingresos de u$s 113 millones de Conner en su primer año de ventas23 provinieron de sus ventas a Compaq Computer, que había contribuido al lanzamiento de Conner con una inversión de u$s 30 millones. Las unidades de disco de Conner fueron utilizadas principalmente en una nueva aplicación, los equipos portátiles y laptops, y también en los modelos de escritorio de pequeño tamaño, en los cuales los clientes estaban dispuestos a aceptar menores capacidades y costes más elevados por megabyte a cambio de obtener menor peso, mayor robustez y menor consumo de potencia.

Los ingenieros de Seagate no se hallaban ajenos al arribo de la unidad de 3,5 pulgadas. De hecho, a principios de 1985, menos de un año después de que Rodime introdujera la primera y dos años antes de que Conner Peripherals comenzara a producirla Seagate exhibió sus prototipos a algunos clientes para que los evaluasen. La iniciativa para fabricar las nuevas unidades de disco se originó en el departamento de ingeniería de Seagate. La oposición a la misma provino principalmente del departamento de marketing y del equipo ejecutivo; estos argumentaron que el mercado quería unidades de disco con mayor capacidad a menor coste por megabyte, y que las unidades de disco de 3,5 pulgadas no podrían jamás ser construidas a un coste menor que las de 5,25.

El personal de marketing de Seagate probó los modelos de 3,5 pulgadas con clientes de su mercado de ordenadores de escritorio: fabricantes como IBM, y revendedores de sistemas informáticos completos de escritorio con valor agregado. Como era de esperar, estos mostraron escaso interés. Estaban en ese momento a la búsqueda de capacidades de 40 y 60 Mb para sus equipos de la siguiente generación, mientras que la innovación podía suministrar solamente 20 Mb, y a mayor precio.24

Como consecuencia de la tibia acogida por parte de sus clientes, la gerencia de programación de Seagate disminuyó su estimación de ventas de unidades de 3,5 pulgadas, y los ejecutivos de la firma procedieron entonces a cancelar el programa. El razonamiento en el que se basaron para adoptar su decisión fue que los mercados para las unidades de disco de 5,25 pulgadas eran más grandes, y que las ventas que se generarían si se les dedicaban los esfuerzos de ingeniería aportarían mayores ingresos.

En perspectiva, parecería que los ejecutivos de Seagate interpretaron el mercado –al menos a su propio mercado– con suma precisión. Sus clientes, que disponían de aplicaciones ya establecidas y estructuras de producto propias, tales como las IBM XT y AT, no vieron ningún valor adicional en la mayor robustez o el menor tamaño, peso y consumo de energía que les ofrecían los productos de 3,5 pulgadas.

Seagate comenzó finalmente a fabricarlos a principios de 1988, precisamente el mismo año en el cual la trayectoria de desempeño de las unidades de disco de 3,5 pulgadas (presentada en la Figura 1.7) intersectó la curva de capacidad demandada por los ordenadores de escritorio. Para esa época la industria había ya fabricado, en conjunto, unidades de 3,5 pulgadas por un valor cercano a los u$s 750 millones. Como dato interesante, y de acuerdo con observadores del tema, desde 1991 casi ninguno de los productos de 3, 5 pulgadas de Seagate ha sido vendido a los fabricantes de ordenadores portátiles/laptop/notebook. En otras palabras, los principales clientes de Seagate siguieron siendo los fabricantes de ordenadores de escritorio, y muchas de sus unidades de disco de 3,5 pulgadas eran entregadas con adaptadores que permitiesen su montaje en ordenadores diseñados específicamente para unidades de 5,25 pulgadas.

A menudo se cita como razón para que las firmas ya establecidas demorasen la introducción de las nuevas tecnologías, el temor a que estas canibalizaran sus ventas de productos existentes. Como lo ilustran las experiencias de Seagate y Conner, sin embargo, si las nuevas tecnologías permiten la emergencia de nuevas aplicaciones de mercado, su introducción no tiene por qué ser inherentemente canibalizadora. Pero cuando las firmas ya establecidas esperan hasta que una nueva tecnología haya madurado comercialmente lo suficiente para lanzar su propia versión de la misma, y además solo como respuesta al ataque que empiezan a experimentar en sus propios mercados habituales, el temor a la canibalización puede convertirse en una profecía autocumplida.

 

Aunque hemos estado considerando específicamente solo la respuesta de Seagate al desarrollo de las unidades de disco de 3,5 pulgadas, su conducta no fue atípica; hacia 1988, solo el 35 por ciento de los fabricantes de unidades de disco que se habían establecido en el mercado con productos de 5,25 pulgadas para los PC de escritorio, había introducido unidades de disco de 3,5 pulgadas. De manera similar a las transiciones en arquitecturas anteriores, la barrera al desarrollo de un producto competitivo de 3,5 pulgadas no parece haber estado basada en cuestiones de ingeniería. Igual que lo que sucedió con el pasaje de 14 pulgadas a 8, las unidades introducidas por las firmas ya establecidas durante las transiciones de 8 a 5,25 pulgadas y de 5,25 a 3,5 pulgadas resultaron ser totalmente competitivas en cuanto a desempeño con las de los fabricantes nuevos. Más bien, los fabricantes de unidades del disco de 5,25 pulgadas parecen haber sido confundidos por sus clientes, especialmente IBM y sus competidores y distribuidores directos, los cuales fueron tan ajenos como Seagate a los beneficios y posibilidades de los ordenadores portátiles y de la nueva arquitectura de unidades de disco que podrían hacerlos factibles.

Prairietek, Conner y las unidades de disco de 2,5 pulgadas

En 1989, una nueva firma de Longmont, Colorado, denominada Prarietek, saltó al primer plano de la industria al anunciar una unidad de disco de 2,5 pulgadas, y obtuvo casi u$s 30 millones en ventas iniciales de este nuevo producto. Pero a principios de 1990 Conner Peripherals anunció un producto similar, y hacia fines de ese mismo año alegaba tener el 95 por ciento del mercado de dichas unidades. Prairietek se fue a la quiebra a fines de 1991, época para la cual cada uno de los demás fabricantes de 3,5 pulgadas –Quantum, Seagate, Western Digital y Maxtor– había introducido su propia unidad de 2,5.

¿Qué había ocurrido? ¿Finalmente todas las empresas presentes en el mercado habrían aprendido las lecciones de la historia? Absolutamente para nada. Aunque la Figura 1.7 muestra que la unidad de disco de 2,5 pulgadas tenía una capacidad significativamente menor que las de 3,5 pulgadas, los mercados de ordenadores portátiles en los cuales se vendían estas últimas, valoraba otros atributos: peso, solidez, bajo consumo de energía, pequeño tamaño, y así siguiendo. Además, junto con estas características, la unidad de disco de 2,5 pulgadas, respecto de la de 3,5, representaba una mejora de sostenimiento de una tecnología ya existente. De hecho, los fabricantes de ordenadores que adquirían las unidades de 3,5 pulgadas de Conner –fabricantes de ordenadores laptop tales como Toshiba, y Sharp– eran los productores líderes de ordenadores notebook, y estas firmas efectivamente necesitaban el formato más pequeño. Por lo tanto, Conner y sus competidores pudieron esta vez seguir sin inconvenientes los deseos de sus clientes cuando efectuaron su transición hacia las unidades de disco de 2,5 pulgadas.

El 1992, sin embargo, apareció la de 1,8 pulgada, de una forma completamente repentina. Aunque esta historia será comentada en mayor detalle más adelante, baste con ver ahora que, hacia 1995, fueron las empresas ingresantes las que controlaron el 98 por ciento del mercado de este tipo de unidades del disco, estimado en u$s 130 millones. Por otra parte, su mayor mercado inicial no se encontraba para nada en el sector de los ordenadores: lo constituía, en cambio, el de los dispositivos portátiles para seguimiento y control del ritmo cardíaco.

Fi­gu­ra 1.8 Li­de­raz­go de las fir­mas re­cién in­gre­sa­das en tec­no­lo­gías de pun­ta


Fuen­te: La in­for­ma­ción se ob­tu­vo de di­ver­sos ejem­pla­res de Disk­/Trend Re­port.

La Figura 1.8 resume este patrón de liderazgo de firmas ingresantes en el caso de las tecnologías de punta. Muestra, por ejemplo, que dos años después de la introducción de las unidades de disco de 8 pulgadas, dos tercios de las empresas que las producían (cuatro de cada seis), eran recién ingresadas. Y, dos años después de la introducción de la unidad del disco de 5,25 pulgadas, el 80 por ciento de las empresas que las producían eran recién ingresadas.

Resumen

Existen diversos patrones en la historia de las innovaciones llevadas a cabo en la industria de las unidades del disco.

El primero es que las innovaciones abruptas fueron siempre tecnológicamente sencillas. Por lo general agrupaban tecnologías ya conocidas en una nueva arquitectura unificada y permitían el uso de estos productos en aplicaciones en las cuales el almacenamiento y la recuperación de datos por medios magnéticos no habían sido antes tecnológica o económicamente viables.

El segundo patrón es que el propósito del desarrollo de las tecnologías avanzadas dentro de la industria fue siempre el de sostener trayectorias de mejora de desempeño ya establecidas: alcanzar la zona de rendimiento y márgenes de comercialización más altos correspondientes al cuadrante superior derecho del mapa de trayectoria. Muchas de estas tecnologías fueron radicalmente nuevas y difíciles, pero no abruptas. Los clientes de las compañías líderes proveedoras de unidades de disco las condujeron hacia este tipo de logros. Las tecnologías de sostenimiento, en consecuencia, no produjeron fracasos.

El tercer patrón muestra que, a pesar del mérito de las firmas ya establecidas en liderar las innovaciones de sostenimiento, desde la más simple a la más radical, las compañías que lideraron la industria en cada una de las instancias de desarrollo y adopción de tecnologías de punta fueron empresas recién arribadas a la industria, no sus líderes de ese momento.

Este libro comenzó proponiendo un acertijo: ¿Por qué firmas que podrían ser consideradas agresivas, innovadoras y sensibles a los intereses del cliente podían pasar por alto o por lo menos atender tardíamente ciertas innovaciones tecnológicas de enorme importancia estratégica? En el contexto del análisis precedente de la industria de las unidades del disco, esa pregunta puede ser considerablemente acotada. Las firmas ya establecidas eran, de hecho, agresivas, innovadoras y sensibles a los deseos del cliente en sus enfoques para la realización de innovaciones de sostenimiento de todo tipo. Pero el problema con el cual las firmas ya establecidas parecían ser incapaces de confrontarse con éxito era el de bajar su visión y el nivel de sus expectativas, en términos de mapa de trayectoria. Encontrar nuevas aplicaciones y mercados para estos nuevos productos parecería ser una capacidad que cada una de estas firmas exhibió alguna vez, en la época de su ingreso al mercado, y luego aparentemente fue perdiendo. Es como si las empresas líderes quedaran cautivas de sus propios clientes, permitiendo así que firmas recién ingresadas al sector pudiesen voltear a los líderes reconocidos de la industria cada vez que emergía un cambio tecnológico abrupto. La razón para que esto ocurriera, y siga sucediendo, será el tema del próximo capítulo.

APÉNDICE 1.1
Una nota sobre los datos y el método utilizados para generar la 1.7

Las trayectorias trazadas en la Figura 1.7 fueron calculadas como sigue. La información sobre la capacidad provista por cada tipo de ordenador fue obtenida de Data Sources, una publicación anual que enumera las especificaciones técnicas de todos los modelos de ordenadores disponibles de cada uno de los fabricantes. Para aquellas instancias en las que determinados modelos25 se encontraran disponibles con diferentes prestaciones y configuraciones, el fabricante proveía a Data Sources de una configuración “típica” del sistema que incluía su capacidad de memoria de acceso aleatorio (RAM), especificaciones de desempeño de los equipos periféricos (incluyendo las unidades de disco), los precios de lista, y el año de introducción. Para los casos en que un modelo dado de ordenador fuese ofrecido para la venta durante varios años consecutivos, la capacidad de disco rígido provista con las sucesivas configuraciones típicas, en general aumentaba. Data Sources clasificaba las distintas categorías de ordenadores en mainframes, rangos mini/mediano, personales de escritorio, portátiles y laptops, y finalmente notebooks. Desde 1993, las unidades de disco de 1,8 pulgada no siguieron siendo utilizadas en los ordenadores portátiles, de modo que no existió más información sobre ese mercado potencial.

Para la confección de la Figura 1.7, para cada año y tipo de ordenador, todos los modelos disponibles para la venta fueron clasificados por precio y capacidad del disco rígido provisto con el modelo de precio medio de que se tratase. Para simplificar la exposición cuando se indicaron las tendencias en máquinas típicas, las líneas de trazo lleno de la Figura 1.7 corresponden a los mejores ajustes que se obtuvieron en las series respectivas. En la realidad, por supuesto, existe una amplia banda de dispersión. La frontera del desempeño –la capacidad más alta ofrecida con los ordenadores más caros– siempre era sustancialmente mayor que los valores típicos mostrados.

Las líneas de puntos en la Figura 1.7 representan los mejores ajustes que pasan por los lugares correspondientes a la capacidad promedio no ponderada de todas las unidades del disco introducidas a la venta para cada arquitectura en cada año. Estos datos fueron tomados de Disk/Trend Report. De nuevo, a los efectos de simplificar la exposición, solo se muestra la línea promedio. Había una amplia banda de capacidades introducidas a la venta cada año, de modo que la frontera, o unidad de disco de mayor capacidad introducida cada año, se hallaba sustancialmente por encima del promedio indicado. Dicho de otra manera, se debe efectuar una distinción entre el rango total de productos disponibles para la venta y aquellos productos que correspondían a los sistemas típicos. Las bandas superior e inferior en torno a las cifras promedio y los valores de la mediana presentados en la Figura 1.7 resultan generalmente paralelas a las líneas mostradas.

Debido a que existían unidades del disco de más capacidad de las que se ofrecían con sistemas de precio medio, las líneas llenas de trayectoria en la Figura 1.7, como se expresa en el texto, representan las capacidades “demandadas” en cada mercado. En otras palabras, la capacidad por equipo no se encontraba restringida por la disponibilidad de tecnología. Más bien, representan la selección de capacidades de disco rígido efectuada por los usuarios de ordenadores, cuando lo que se priorizaba era el coste.

8. Una historia más completa de la historia de las unidades de disco puede encontrarse en Clayton M. Christensen, “The Rigid Disk Drive Industry: A History of Commercial and Technological Turbulence”, Business HIstory Review (67), Invierno 1993, 531-588. Esta historia se concentra solo en los fabricantes de unidades de disco rígido o de los propios discos rígidos –productos en los cuales los datos son almacenados en superficies rígidas cilíndricas de metal. Las empresas que fabrican unidades de discos flexibles (diskettes removibles de mylar flexible revestido de óxido de hierro sobre el cual se almacenan los datos) fueron históricamente diferentes de las firmas que fabrican unidades de disco fijo.

9. En razón de que la gran mayoría de las empresas producto#ras de este tipo de producto son norteamericanas y que la terminología corriente en el mercado respecto de las unidades de medida corresponde al sistema de medidas empleado en los E.E. U.U., preferimos respetar aquí la terminología utilizada en el original en inglés del presente volumen (N. del T.)

 

10. Mucha de la información para este análisis provino de Disk/Trend Report, una publicación anual sumamente respetada de investigación de mercado de este sector, y fue incrementada con hojas de especificaciones de producto obtenidas de los propios fabricantes de unidades de disco. Le estoy agradecido a los editores y personal de Disk/Trend, Inc., por su paciente y generosa asistencia a este proyecto.

11. El concepto de trayectorias de progreso tecnológico fue examinado por Giovanni Dosi en “Technological Paradigms and Technological Trajectories”, Research Policy (11), 1982, 147-162.

12. Los términos notebook y mainframe se encuentran muy difundidos en el terreno de la informática, de modo que los mantendremos aquí. Por notebook se quiere indicar un ordenador portátil, mientras que mainframe se refiere a los grandes ordenadores que centralizan toda la actividad de las grandes empresas. (N. del T.)

13. La manera en que los hallazgos de esta investigación difieren de los obtenidos por otros estudiosos que han investigado anteriormente la cuestión del cambio de las tecnologías, al utilizar estos estudios previos como marco de referencia, son discutidas en mayor detalle en el capítulo 2.

14. La primera tecnología utilizada para la construcción de cabezales construía el electroimán arrollando un hilo delgado de cobre en torno de un núcleo de óxido de hierro (ferrita); de ahí el término cabezal de ferrita. Las mejoras incrementales a este enfoque tuvieron todas que ver con aprender a moler la ferrita a dimensiones cada vez más finas, utilizar mejores técnicas de pulido y reforzar la ferrita introduciéndole bario. Los cabezales de película delgada se hacían por medio de fotolitografía, utilizando para grabar el electroimán a la superficie del cabezal técnicas similares a las que se emplean para fabricar circuitos integrados en obleas de silicio. Esto era difícil de realizar porque debía efectuarse con capas mucho más gruesas que las que se utilizaban en la fabricación de circuitos integrados. La tercera tecnología, adoptada a partir de mediados de la década de los ’90, dio origen a los denominados cabezales magneto-resistivos. Estos también eran fabricados a partir de la fotolitografía de película delgada, pero esta vez sacaban partido del principio de que las variaciones de flujo en el campo magnético de la superficie del disco hacían cambiar la resistividad eléctrica de los circuitos del cabezal. Midiendo por lo tanto los cambios de resistividad en lugar de los cambios en la dirección del flujo de corriente, los cabezales magneto-resistivos resultaban mucho más sensibles, y por lo tanto permitían mayor densidad de grabación de datos que las tecnologías anteriores. En la evolución de la tecnología de los discos, las primeras unidades fueron construidas revistiendo un disco plano de aluminio pulido con minúsculas partículas de óxido de hierro de forma de agujas. Por lo tanto, estos discos se denominaron de óxido. Las mejoras incrementales a esta tecnología significaron lograr obtener partículas de óxido de hierro cada vez más finas y poder dispensarlas cada vez más uniformemente, tratando de dejar menos espacios sin cubrir de la superficie del disco de aluminio. Esto fue luego reemplazado por una tecnología denominada de chisporroteo, nuevamente tomada de las técnicas de procesamiento de los semiconductores, por la cual se revestía la superficie de aluminio con una delgada película de metal de unos pocos ängstroms de espesor. La delgadez de esta capa, su naturaleza continua en lugar de discreta, y la flexibilidad que permitía el proceso para depositar materiales de mayor coercitividad, permitió una grabación de datos más densa en los discos de película delgada que la que resultaba factible en los de óxido.

15. Richard J. Foster, Innovaton: The Attacker’s Advantage (New York: Summit Books, 1986).

16. Los ejemplos sobre cambios de tecnologías presentados en las Figuras 1.1 y 1.2 presentan alguna ambigüedad en el término no calificado discontinuidad, como lo emplea Giovanni Dosi (ver “Technological Paradigms and Technological Trajectories”, Research Policy [11] 1982), Michael L. Tushman y Philip Anderson (ver “Technological Discontinuities and Organizational Environments”, Administrative Science Quarterly [31], 1986), y otros. Las innovaciones en la tecnología de discos y cabezales descriptas en la Figura 1.4 representan discontinuidades positivas en una trayectoria tecnológica establecida, en tanto que las tecnologías de punta que producen cambios abruptos en la trayectoria, que se representan en la Figura 1.7, representan discontinuidades negativas. Como se mostrará más adelante, las firmas ya establecidas parecían ser muy capaces de liderar la industria en el caso de las discontinuidades positivas, pero generalmente perdían su liderazgo cuando eran confrontadas con discontinuidades negativas.

17. Esta tendencia aparece consistentemente en una serie de sectores de la industria. Richard S. Rosenbloom y Clayton M. Christensen (en “Technological Discontinuities, Organizational Capabilities, and Strategic Commitments”, Industrial and Corporate Change [3], 1994, 655-685) sugieren un conjunto mucho más amplio de industrias que las que se cubren en este libro, en las cuales las firmas líderes pueden haber sido volteadas por innovaciones abruptas tecnológicamente sencillas.

18. En el Apéndice 1.1 se incluye un resumen de los datos y procedimientos empleados para generar la Figura 1.7.

19. El mercado de los miniordenadores no era nuevo en 1978, pero esta era una aplicación nueva para las unidades de disco de tecnología Winchester.

20. Esta afirmación es válida solo para los fabricantes independientes de unidades de disco que compiten en el mercado de los OEM. Algunos de estos fabricantes de ordenadores verticalmente integrados, tales como IBM, han sobrevivido a través de los sucesivos cambios tecnológicos debido a la ventaja competitiva de su mercado interno cautivo. Hasta IBM, sin embargo, abordó la secuencia de mercados emergentes diferentes para sus unidades de disco creando organizaciones autónomas de “inicio” que se ocuparan de cada uno de los diversos tipos. Su organización de San José, en California, se concentró en aplicaciones de alta exigencia (principalmente mainframes). Otra división separada, ubicada en Rochester, MN, se concentró en estaciones de trabajo y ordenadores de rango medio. IBM también creó otra organización diferente en Fujisawa, Japón, para producir unidades de disco para el mercado de los ordenadores personales de escritorio.

21. Este resultado es muy diferente del observado por Rebecca M. Henderson (ver The Failure of Established Firms in the Face of Technological Change: A Study of the Semiconductor Photolithographic Alignment Industry, disertación, Universidad de Harvard, 1988), que halló que los alineadores de nueva arquitectura producidos por los fabricantes ya establecidos eran inferiores en desempeño a los producidos por firmas recién ingresadas. Una posible razón para estos diferentes resultados es que los ingresantes más recientes a la industria de los alineadores fotolitográficos estudiados por Henderson aportaron al nuevo producto un caudal bien desarrollado de conocimientos tecnológicos y experiencia obtenidos y pulidos en otros mercados. En el caso estudiado en este volumen, ninguno de los ingresantes aportó consigo un conocimiento tan bien desarrollado. La mayoría, de hecho, fueron nuevos emprendimientos formados por managers e ingenieros que habían desertado de firmas fabricantes de unidades del disco ya establecidas.