Un viaje en el tiempo

Text
Read preview
Mark as finished
How to read the book after purchase
Font:Smaller АаLarger Aa

5 de enero

Un presupuesto de un billón de dólares

“Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”(Mateo 22:21, RVR 95).

¿Cuánto es un billón de dólares? Digamos que un pariente te regala un billón de billetes de un dólar para tu cumpleaños. (Mejor que calcetines, ¿no?) Para guardarlos, necesitarías un almacén de 38 metros de altura que cubriera nueve manzanas cuadradas de la ciudad. Si te sentases a contarlo todo, y le dedicaras las 24 horas del día, te llevaría 15.000 años. Espero que no tengas planes de hacer otra cosa durante ese tiempo. Otra forma de imaginar un billón de dólares es pensar en una pila de billetes de 100 dólares. Si la acostamos a lo largo de una autopista, tendrías que conducir 1.100 kilómetros para llegar al final.

En enero de 1987, el presupuesto federal anual de Estados Unidos alcanzó el billón de dólares, dinero que obtiene de sus ciudadanos a través de los impuestos. ¿Qué hace el gobierno de Estados Unidos con 1.100 kilómetros de billetes de 100 dólares cada año? Paga los sueldos del presidente, los congresistas, los jueces de la Corte Suprema, los alguaciles federales (Marshals), los agentes del FBI y los embajadores. Por supuesto, también paga a las personas que trabajan para ellos: contadores, secretarios, agentes del servicio secreto, redactores de discursos, chóferes, pilotos, etc.; así como el mantenimiento de cada organismo Además, están los militares que trabajan en todo el mundo, el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Infantería de Marina, lo que significa que hay que mantener las bases militares, los tanques, los buques de guerra, los aviones de combate, los misiles y los satélites espías que orbitan nuestro planeta. También hay otros gastos locales, como el mantenimiento de los parques nacionales, los laboratorios de bioingeniería para mejorar la agricultura, los estudios para la lucha contra las epidemias y las escuelas públicas. Y eso es solo el principio de las formas en que el gobierno sirve a sus ciudadanos. Aunque, a veces, la codicia y la corrupción se extienden por las filas de los líderes nacionales, el gobierno brinda su ayuda de muchas maneras.

Piensa en todas las formas en que Dios te ha bendecido hoy. Si te pones el dedo en la muñeca o en el cuello, sentirás el pulso, la prueba de que tu corazón late. Con cada respiración, cada rayo de sol, cada bocado de comida, Dios te mantiene vivo. El gobierno de Estados Unidos necesita un billón de dólares para servir a sus ciudadanos. Dios, en cambio, no necesita nada de tu dinero para servirte. Lo hace porque quiere y porque te ama. Y una forma de devolverle ese amor es, por medio de los diezmos y las ofrendas, devolverle algo del dinero que él mismo te da.

6 de enero

Hombre de la montaña

“¡Esforzaos y cobrad ánimo! No temáis ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová, tu Dios, es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará” (Deuteronomio 31:6, RVR 95).

En un día como este de 1798, nació uno de los exploradores más audaces de la historia norteamericana temprana. Jedediah Smith fue cazador, trampero, vendedor de piles, explorador y montañero sin igual. Durante su corta vida, exploró una enorme zona del Lejano Oeste. Luchó contra nativos hostiles, se enfrentó a ventiscas imposibles y se abrió paso a duras penas por precipicios montañosos escarpados. Perdió una oreja y estuvo a punto de perder la vida en repetidas ocasiones. Una vez, un oso pardo de las Black Hills lo vio, se abalanzó sobre él y le clavó sus enormes garras en el cuerpo. Para cuando Jedediah tenía treinta años, ya se había salvado, por un pelo, como una decenas de veces en sus viajes de ida y vuelta por el oeste.

Pero Jedediah hizo algo más que sobrevivir los increíbles riesgos de su vida extrema. Entre los nuevos norteamericanos y la costa occidental de su continente, se alzaba la majestuosidad de las Montañas Rocosas [Rocky ­Mountains]. Elevándose por encima de los colonos que buscaban oro, aventuras o un nuevo hogar, sus escarpados y aparentemente infranqueables picos nevados perforaban la cúpula azul que se arqueaba sobre el joven continente. Jedediah superó las tensas relaciones entre los colonos y los nativos, y consiguió un mapa hecho sobre piel de ciervo y arena, de los indios Crow. Con el mapa y la ayuda de sus nuevos amigos, descubrió el Paso Sur [South Pass], una especie de camino a través de las montañas, que se convirtió en una supercarretera para los colonos del siglo XIX, pues los llevaba a la última frontera.

En 1830, Jedediah decidió finalmente jubilarse de su peligroso oficio y se dedicó a la venta de productos secos y otras mercaderías. Pero su nueva actividad resultó ser más peligrosa que su arriesgada vida anterior como explorador. En 1831, mientras lideraba una caravana de comerciantes a lo largo del Camino de Santa Fe, fue asesinado por los indios comanches. Tenía solo 32 años.

Aunque la misión de Dios para ti no incluya atravesar tormentas de nieve o ser atacado por osos pardos, ante ti se presenta la oportunidad de una aventura, como las Montañas Rocosas se presentaron ante Jedediah Smith. Tu misión puede estar en un país del tercer mundo, o puede estar donde sea que te encuentres. Lo importante no es el lugar, sino el corazón. Así que toma ese mosquete, ponte las raquetas de nieve y adéntrate en la ventisca. Encontrarás a tu lado al Creador de las Montañas Rocosas, para ayudarte.

7 de enero

El cable transatlántico

“Él me invocará, y yo le responderé” (Salmo 91:15, NVI).

No hay teléfonos celulares. No hay llamadas ilimitadas. No hay modo de vibración. El teléfono se ha inventado recientemente, pero todos y cada uno vienen con cables. Las compañías telefónicas cuelgan cables en los postes telefónicos de toda la ciudad. Bienvenidos a la década de 1920.

Si cada teléfono requiere un cable eléctrico, ¿qué se hace si se quiere hablar con alguien en Europa? Pregúntele al hombre de la compañía telefónica y se acariciará el bigote, fruncirá el ceño, mirará a su alrededor con nerviosismo y se aclarará la garganta. ¿Será posible llamar a alguien de otro continente? No se puede poner una hilera de postes telefónicos que cruce el océano ni tender un cable en el agua, ¿o sí?

En realidad, eso es exactamente lo que terminó haciendo el hombre del teléfono. Pero, fue una verdadera tarea. El cable tenía más de 5.000 kilómetros de longitud y debía tener varios centímetros de grosor porque las aguas profundas lo rompían una y otra vez. El 7 de enero de 1927, se inauguró con éxito el primer cable transatlántico con servicio telefónico entre Nueva York y Londres. Ese primer día, se realizaron 31 llamadas con un costo de 75 dólares por una conversación de tres minutos. Eso era mucho dinero en aquella época: unos 1.500 dólares en la economía actual.

Adiós a la década de 1920. Vivimos en un mundo que se libera de los cables. Los teléfonos móviles vibran y reproducen como tonos de llamada de la música de nuestros programas favoritos mientras enviamos mensajes a nuestros amigos. Internet inalámbrica nos conecta a una superautopista mundial de información. En cuestión de segundos, podemos investigar para un examen desde la sala de nuestra casa y en pijama, ver películas en nuestros teléfonos, y llamar a nuestros amigos; todo sin ningún cable a la vista.

El estilo de comunicación con cables de la década de 1920 casi ha desaparecido en nuestro mundo moderno, y podemos pensar que vivimos en la vanguardia de la tecnología de la comunicación. Pero, si miramos al cielo, vemos a un Dios que inventó un sistema de comunicación mucho más eficiente que la tecnología inalámbrica, la velocidad de la luz o incluso el ángel más rápido. ¡Nos ha prometido una manera de llamar a Alguien en el cielo usando la velocidad del pensamiento! Pregúntale al hombre de la compañía telefónica si puede hacer eso... y él acariciará su bigote, fruncirá el ceño...

8 de enero

Jim Elliot martirizado

“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristomurió por nosotros” (Romanos 5:8, NVI).

Una de las historias más tristes que se han contado es la de cinco misioneros cristianos estadounidenses que fueron asesinados en la selva de Ecuador. Los nombres de estos jóvenes eran Jim Elliot, Peter Fleming, Edward McCully, Nate Saint y Roger Youderian. Su propósito era llevar el evangelio a una tribu primitiva de los indios Auca. Desgraciadamente, el plan les salió mal cuando los indios los atacaron desde la selva y mataron a los cinco hombres con flechas envenenadas.

Esta catástrofe ocurrió el 8 de enero de 1956 y, probablemente, pasará a los libros de historia cristiana como uno de los casos más trágicos de martirio. Los cinco hombres sabían que la situación era arriesgada porque otros hombres de empresas caucheras estadounidenses habían muerto a manos de los indios Auca. Sin embargo, todos decidieron arriesgarse de todos modos. Pensaron que, si podían presentarles a estas tribus a Jesús, valdría la pena el sacrificio. Cuando Jim y sus amigos consideraron las opciones, incluso la muerte no era un sacrificio demasiado grande. Para llegar a zonas remotas como la que habitaban los indios Auca, decidieron utilizar una pequeña avioneta. Viajar en avión era uno de los modos más nuevos de trasladarse y acortaría el tiempo. Lo que habría sido un viaje de varios días a la selva ahora podía hacerse en unos quince minutos. Por supuesto, los indios Auca no sabían nada de estos hombres cristianos que daban su tiempo y energía como misioneros para Jesús. En lugar de adivinar que los misioneros podrían estar trayendo amistad y las buenas noticias de la salvación, los indios supusieron que los hombres eran enemigos que invadían su territorio. No fue hasta mucho más tarde, cuando algunos miembros de las tribus Auca se convirtieron al cristianismo, que se dieron cuenta de lo terriblemente equivocados que habían estado.

 

¡Qué tragedia! Ellos conspiraron para matar a aquellos misioneros que habían venido a traerles la buena noticia de la vida eterna. Y esto no es muy diferente de lo que le hicimos a Jesús. Él vino a este mundo para traer la amistad y la vida eterna del Padre, pero ¡lo matamos! ¡Qué tragedia! Como los indios Auca, todo lo que podemos hacer ahora es decirle a Jesús cuánto lo sentimos y entregarle nuestro corazón. ¿Por qué no hacer eso hoy, y todos los días?

9 de enero

Comienza la Guerra Civil de Estados Unidos

“Cuando estén ya en su propia tierra y tengan que salir a la guerra contra el enemigo opresor, las trompetas darán la señal decombate. Entonces el Señor se acordará de ustedes ylos salvará de sus enemigos” (Números 10:9, NVI).

Todo comenzó cuando un destacamento de soldados confederados, en una isla frente a la costa de Carolina del Sur, disparó contra un barco mercante de vapor. Este llevaba suministros al puesto militar estadounidense de Fort Sumter, cerca de Charleston. Un ataque al fuerte solo podía significar una cosa: que los estados confederados del sur estaban preparados para romper con la Unión, y lo consiguieron. El 9 de enero de 1861, con ese disparo, comenzó oficialmente la Guerra Civil estadounidense. Carolina del Sur fue el primero en separarse de los Estados Unidos de América y, en pocos meses, le siguieron otros doce.

Esta Guerra de Secesión fue terrible, y duró más de cuatro años. Dividió a familias y a comunidades enteras. Al final, todos pagaron un precio. Las carreteras y los ferrocarriles quedaron destruidos, los barcos no pudieron entregar o recoger sus cargamentos, y las cosechas se pudrieron en los campos. El Sur parecía tener los mejores generales, pero el Norte tenía más hombres y el gobierno federal de su lado. Durante los primeros años de la guerra, el Sur parecía ganar todas las batallas importantes, pero la falta de dinero y la fatiga militar empezaron a pasar factura. Cuando los tres años se convirtieron en cuatro, se hizo cada vez más evidente que la guerra se estaba estancando por falta de inspiración. La esclavitud era probablemente la cuestión más grave que estaba en juego, pero ninguno de los bandos la había utilizado realmente como motivo para ir a la guerra. Algunos han atribuido la prolongación de la guerra a la falta de líderes con objetivos morales claros que defendieran lo correcto.

¿Alguna vez te has sentido como si estuvieras en medio de una guerra, de pie y desarmado en un campo abierto, con las balas zumbando por tu cabeza? Tal vez, sientas que tu conciencia te dispara por tus pecados pasados. Tal vez, el futuro te parezca territorio enemigo hostil e imposible de navegar con seguridad. Y lo peor de todo: tal vez, sientas que Dios es quien te está disparando.

Permíteme asegurarte que, lejos de atacarte, Dios está a tu lado, recibiendo por ti balas que ni siquiera conoces. Pero, para ser rescatado, debes gritarle con todo tu corazón. Si das este salto de fe y confías verdaderamente en él, la victoria está garantizada.

10 de enero

Iglesia y Estado

“Después vi que de la tierra subía otra bestia. [...] Se lepermitió infundir vida a la imagen de la primerabestia...” (Apocalipsis 13:11, 15, NVI).

El Vaticano es una ciudad-estado que también es un país, el más pequeño de su clase en el mundo. Tiene un tamaño de apenas 44,5 hectáreas; y cuenta con aproximadamente 800 habitantes, incluyendo al Papa, 58 cardenales, unos 250 sacerdotes y más de 100 miembros de la guardia de palacio. No tiene aeropuertos ni carreteras. Sin embargo, un tren lleva a los turistas a sus puertas, y la ciudad cuenta con un helipuerto para las personalidades importantes. En el Vaticano, se encuentran algunos de los monumentos religiosos más famosos del mundo, por ejemplo: la Capilla Sixtina, con su célebre cuadro La última cena, de Leonardo da Vinchi, y el interior de su cúpula pintado por Miguel Ángel; y la Basílica de San Pedro, la segunda catedral católica más grande del mundo.

Un día como este, en 1984, Estados Unidos volvió a establecer relaciones diplomáticas plenas con la Ciudad del Vaticano. La nueva alianza se produjo tras 117 años de ausencia de relaciones políticas entre ambas potencias. El presidente Ronald Reagan fue considerado un actor central en este logro político. Muchos líderes religiosos creen ahora que esta relación fue el comienzo de algo que se convertirá en una amenaza para las libertades que tanto apreciamos. Durante siglos, el sistema católico romano persiguió a quienes no reconocían su autoridad religiosa y política hasta que, en 1798, el Papa fue llevado cautivo y enviado al exilio religioso. No fue sino hasta 1929 que el Vaticano volvió a ser la residencia oficial del Papa.

En 1984, Estados Unidos marcó una nueva era en el culto religioso al prometer su apoyo al Vaticano y a su alto líder. Finalmente, según el libro de Apocalipsis, el Papa volverá a reclamar el pleno poder religioso en el mundo. Aunque una vez fue cautivo de Napoleón de Francia, irrumpirá en el escenario mundial con una influencia desenfrenada. Parecerá que todas las masas agitadas del mundo lo seguirán, declarándose en acuerdo con cada una de sus palabras. Esto indicará que las grandes puertas de este mundo se cierran, y el fin estará sobre nosotros.

Pero, no todo el mundo estará en esa multitud humana, obedeciendo servilmente cada declaración engañosa, inclinándose a los pies de las mentiras. Habrá otro grupo: un grupo mucho más pequeño de creyentes con los ojos bien abiertos, que se niegan a ser guiados “ciegamente”. Perseguidos y maltratados, amenazados y burlados, ellos se aferrarán a las promesas de su alto Líder, y a sus fieles promesas de seguridad y recompensa eternas.

11 de enero

El primer tratamiento con insulina

“¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritude Dios habita en ustedes?” (1 Corintios 3:16, NVI).

Imagina que sientes un dolor terrible en uno de los dedos del pie. No puedes dormir y te resulta difícil concentrarte debido al dolor punzante. Entonces, el dedo cambia de color y se vuelve negro. El médico anuncia que tienes diabetes y, en poco tiempo, tu familia está vestida de negro, reunida en torno a tu ataúd.

La diabetes lleva mucho tiempo afectando a los seres humanos. Uno de los primeros médicos de la historia en mencionar esta enfermedad fue el egipcio Hesy-Ra. Otro fue Aretaeus, un médico griego que describió la enfermedad como una que derrite la carne humana, una definición que parece ser acertada. A lo largo de los milenios, desde la antigua Grecia hasta la década de 1920, la diabetes significó la muerte para el paciente.

Y entonces, llegó el 11 de enero de 1922 cuando, por primera vez, la insulina se utilizó con éxito para tratar la diabetes. El paciente fue Leonard ­Thompson, del Hospital General de Toronto, Canadá. Aunque hoy ya no es mortal, en los últimos veinte años se ha producido, en los Estados Unidos, un gran aumento del número de personas que sufren de diabetes. Algunos dicen que se trata de una anomalía genética; pero otros piensan que, en gran medida, se debe a nuestra alimentación.

Funciona así: Cuando consumes mucho azúcar (cosas dulces), el cuerpo debe esforzarse para reducir el nivel de glucosa (azúcar en sangre) pues un exceso puede dañar las células (incluso puede matarlas) y hacer que los procesos metabólicos del cuerpo se trastornen. Frente al exceso de glucosa, el páncreas (órgano que produce la insulina necesaria para equilibrar la cantidad de azúcar en sangre) debe trabajar de más a fin de producir suficiente insulina y neutralizar los efectos del azúcar. Este trabajo extra (sobre todo si muere cierta cantidad de sus células debido al exceso de glucosa) puede llevar a que el páncreas se apague y deje de producir la insulina necesaria. Entonces, tu cuerpo puede entrar en shock metabólico, que es como si te tragaras una botella de veneno.

Dios quiere que estés sano y seas feliz, y el camino hacia la salud y la felicidad pasa por respetar las leyes de salud que él nos ha dado. En su misericordia, ha inspirado a los humanos a desarrollar métodos de tratamiento para algunas enfermedades mortales, como la diabetes; pero lo mejor es prevenir. Sabemos que un vehículo funciona mejor y dura más cuando se cuida consistentemente el motor; ¿por qué debería ser diferente el cuerpo?

12 de enero

Pases de fútbol hacia adelante

“Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche [...]. Así prosperarás y tendrás éxito” (Josué 1:8, NVI).

¿Te imaginas que se jugara al fútbol americano sin jugadas de pases? ¡Esa puede ser la parte más emocionante del juego! Pero no siempre fue así. Antiguamente, los jugadores de fútbol americano corrían con el balón o lo pateaban. Se podía correr hacia delante con el balón, pero no se podía lanzar hacia delante. Si un jugador era derribado, podía lanzar el balón hacia atrás a un compañero para mantener la jugada viva. Estas ideas probablemente procedían del rugby, que se practicaba desde hacía décadas, antes de que el fútbol americano entrara en escena. En el rugby, eso es lo que se hace: correr con el balón. No fue hasta que el rugby llegó a Norteamérica que el pase se convirtió en parte del juego. Entonces, el fútbol americano se convirtió en un deporte único con reglas propias. El 12 de enero de 1905, un comité oficial de reglas de fútbol legalizó los pases hacia adelante en los partidos. Eso fue hace más de cien años, y lanzar pases hacia adelante ha sido parte del juego desde entonces.

Cerca de la mitad de las jugadas de cualquier partido son jugadas en las que el mariscal de campo lanza un pase. Las jugadas de pase se han convertido en algo tan importante para este deporte que, si tu equipo no tiene un juego de pases, probablemente no gane los partidos importantes. Y para que sea aun más emocionante, los creadores de las reglas del fútbol americano decidieron que no se puede tocar a un receptor en el campo hasta que haya atrapado el balón. Si lo haces, te pueden marcar por interferencia de pase. Esto suele crear partidos con más goles, algo que siempre gusta a los aficionados. Se han establecido otras reglas para proteger al mariscal de campo. Una vez que el mariscal del otro equipo ha soltado el balón, si uno de tus jugadores lo golpea, puedes perder hasta quince yardas por la penalización. Pero los mariscales de campo también tienen que seguir reglas. Tu equipo es penalizado si tu mariscal lanza un pase después de haber pasado la línea de golpeo [scrimmage]. Sin las reglas, los jugadores de fútbol americano podrían lesionarse gravemente, o incluso perder la vida.

Las reglas se han creado para que el juego sea justo y seguro para los jugadores, y más emocionante para los aficionados. Así es la Ley de Dios. A algunos les gustaría minimizar la importancia de la Ley de Dios en la actualidad, pero la Biblia nos dice que sus reglas son justas, y hacen más segura y feliz nuestra vida. Si recordamos eso, no nos incomodarán tanto las reglas. No hay duda: sus reglas son para nuestro beneficio, ¡y eso suena como un plan de juego ganador!

Other books by this author