Tecnología del color

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From the series: Educació. Sèrie Materials #58
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Cualquier imagen RGB puede transformarse al espacio de representación CIE-L*a*b*, aspecto que no es nada sencillo de plantear ni resolver como veremos en el subapartado posterior y en el capítulo siguiente. Sin embargo, la mayoría de las aplicaciones informáticas sobre gestión del color logran usar algun procedimiento, más o menos acertado, de paso de RGB a CIELAB por lo que, en principio, todos los colores RGB de la carta escaneada ya estarían transformados a valores L*a*b*. Comparando entonces los valores L*a*b* originales proporcionados por el fabricante-vendedor y los valores L*a*b* reproducidos, el software puede calcular el error de color de entrada para cada muestra de la carta. El software usa entonces esta información para construir una tabla compensatoria de color. Esta tabla y su información complementaria puede grabarse como un fichero de caracterización o perfil del dispositivo (Adams II, Weisberg 1998; Autiokari 2001).

Una vez que el software de gestión del color conoce la ubicación del fichero sobre el perfil del dispositivo, éste puede compensar con bastante acierto los errores de reproducción del color de cualquier imagen escaneada. Esto suponiendo siempre que el software y el hardware del equipo multimedia están correctamente configurados y que ningún cambio se efectúa en el sistema. Si fuera el caso que se han efectuado algunas variaciones sobre el sistema, que parecen en principio insignificantes (iluminante de visualización, cambio de la fuente luminosa del escáner, etc.) pero que sí alteran la caracterización y el perfil del escáner, es necesario volver a calibrar el dispositivo reescanenando la carta IT8 y repetir todo el proceso en el software de gestión del color para crear un nuevo fichero-perfil del dispositivo. Lo mismo se haría con la carta IT8 7/3 de ISO 12642 para sistemas de impresión (Adams II, Weisberg 1998: 77-79).

Otra opción como carta de calibración de escáneres y cámaras para aplicaciones específicas de la tecnología del color es la carta ColorChecker de Gretag-Macbeth (fig. 2.11, véase apéndice de color). A diferencia de las cartas IT8, consta solamente de 24 colores, en los que se incluye un conjunto de primarios RGB y CMYK así como una escala acromática de 6 grises, desde el blanco hasta el negro. Sin embargo, el aspecto diferenciador que destaca sobre cualquier otra carta de calibración es que el resto de los 12 colores, los cuales se sitúan en la parte superior, son una muestra estadísticamente bien representativa de los colores de los objetos naturales o más usuales, como los colores seleccionados como estándares para la piel blanca caucasiana y la piel oscura o morena, los colores azul cielo o el verde follaje y otros más, tan característicos del entorno que nos rodea (McCamy, Marcus, Davidson 1976).

La carta ColorChecker suele suministrarse con los valores colorimétricos CIE-(x,y,Y) bajo iluminante C, con notación Munsell H V/C (tono claridad/ croma), con notación nominal (nombre a los colores) según ISCC (Inter-Society Color Council) y NBS (National Bureau of Standards) de Estados Unidos y con una descripción nominal, pero no estandarizada, de los colores asociados a objetos naturales. La particularidad de que esta carta de colores sea tan usada en la actualidad se debe a su acertada representatividad estadística de los objetos-color que contiene. Por ejemplo, la reproducción de la piel blanca caucasiana es siempre un gran reto de reproducción para los ingenieros de color en TV o para los profesionales en artes gráficas, de ahí que también en las cartas IT8, en la opción del fabricante-vendedor, se suelan incorporar colores con saturaciones medias y tonalidades cercanas a objetos-color tan usuales como la piel blanca caucasiana, el verde follaje o el azul cielo.

2.3.2 Los espacios de representación del color sRGB y sYCC

En abril de 1990 se obtuvo un acuerdo internacional unánime sobre un espacio no lineal RGB bien caracterizado para la producción e intercambio de programas de TV de alta definición (ITU-R BT.709). Especificaba la forma de codificar los valores triestímulo de una escena real sobre un espacio de color RGB de una pantalla de visualización de referencia suponiendo un entorno ambiental de iluminación baja. La especificación ITU-R original era bastante ambigua en la definición de las características de la pantalla de visualización de referencia. Para clarificar estas ambigüedades iniciales y ampliar el uso de este estándar al ámbito de los sistemas de gestión del color, IEC e ITU recomiendan el uso de dos espacios de representación del color denominados sRGB y sYCC (IEC 1999, ITU 1998, sRGB 2001), o espacios fundamentales RGB e YCC.

Este nuevo estándar se basa en unas condiciones de referencia bien detalladas para la pantalla de visualización (monitor CRT, LCD, etc.), el entorno de visualización (ISO 3664) y el observador patrón colorimétrico (CIE 1931 XYZ). Por ejemplo, la característica entrada-salida de la pantalla RGB vale 2.2 y el valor de brillo por defecto vale 0; entonces la relación entrada V’sRGB vs. salida fotométrica VsRGB es VsRGB = (V’sRGB + 0.0)2.2, pero la transformación de sRGB a XYZ sufre un aumento de contraste-gamma de valor 2.4/2.2 > 1, lo cual sirve para mantener el balance de grises (tone reproduction) de la imagen original debido al efecto reductor de la iluminación ambiental. También, por ejemplo, las cromaticidades CIE-(x,y) de los primarios RGB y del blanco W (D65) de la pantalla están bien detalladas: (xR, yR) = (0.6400, 0.3300), (xG, yG) = (0.3000, 0.6000), (xB, yB) = (0.1500, 0.0600) y (xW,yW) = (0.3127, 0.3290).

Ya que las transformaciones de color sRGB → XYZ, sRGB → sYCC, o XYZ → sRGB se describen por partes, hemos creído conveniente plantear como ejemplo más sencillo la transformación de los datos colorimétricos CIE-(x,y,Y) bajo iluminante C de las muestras de la carta ColorChecker a los espacios sRGB y sYCC (tabla 2.6).

Si buscamos la transformación de color entre los valores (x,y,Y) de las muestras a valores sRGB y a valores sYCC, es importante acotar inicialmente el problema de la equivalencia del punto blanco/negro o la caracterización del iluminante. En particular, los valores (x,y,Y) de los 24 colores de la carta se indican bajo el iluminante C (TC = 6774 K); mientras que el iluminante de referencia en los espacios sRGB y sYCC es el iluminante D65 (TC = 6504 K). Realmente, desde siempre en colorimetría, no aparecen diferencias muy notables entre la colorimetría bajo C o bajo D65 por la similitud de sus temperaturas correlacionadas de color, y en consecuencia, por sus coordenadas cromáticas CIE-1931: (xC=0.3101, yC=0.3163), (xD65=0.3127, yD65=0.3290). No obstante, planteemos ahora la transformación de color entre valores (x,y,Y) bajo iluminante C a valores (x,y,Y) bajo iluminante D65 como ejemplo a cualquier otra transformación de color sencilla entre valores (x,y,Y) con iluminantes diferentes.

El punto de partida de esta transformación o igualación asimétrica de color (tal como se conoce en colorimetría) es una transformación matricial M entre los valores triestímulo XYZ de un color C bajo iluminante C a valores triestímulo XYZ bajo iluminante D65:


TABLA 2.6

Datos colorimétricos de la carta Gretag-Macbeth ColorChecker


Pero, claro está, para determinar numéricamente la matriz M(3 × 3) hemos de conocer las peculiaridades sobre la visión del color en el sistema visual humano. En particular, se necesita la transformatión matricial MV entre los valores CIE-XYZ y los valores RGB fundamentales a nivel retiniano conocidos como valores triestrmulo ργβ de acuerdo con el modelo de apariencia del color CIECAM’97. Así, la transformatión matricial M es:


De esta manera, ahora ya es posible transformar los nuevos valores triestímulo XYZ bajo D65 de las muestras de la carta ColorChecker a valores triestímulo sRGB mediante la siguiente transformación matricial renombrando los valores triestímulo XYZ como valores normalizados respecto al iluminante D65, es decir, entre 0 y 1:


Si fuera el caso que algunos de los valores sRGB calculados resultasen negativos o superiores a 1, entonces el estándar IEC/ITU propone que sean automáticamente descartados o, recordando la nomenclatura de las técnicas de proyección de gamas de reproducción, recortados (clipped) respectivamente a valores 0 ó 1. Para evitar esta limitación de gama de reproducción en el software de codificación del color, IEC/ITU ya han propuesto un espacio sRGB extendido hasta 16 bits por canal denominado xRGB (IEC 1998b).

No obstante, la información en color para una imagen cualquiera no se codifica con valores triestímulo, sino con valores digitales o niveles de gris. Así, si consideramos el nivel estándar de 8 bits ó 256 niveles digitales posibles por cada canal de color sRGB o sYCC, los niveles digitales RGB a 8 bits de las muestras de la carta (tabla 2.6) vienen dados por la ecuación:

 

Y los niveles digitales sYCC para efectuar la compresión y la transmisión eficiente de la imagen ColorChecker (tabla 2.6) se calculan a partir de la ecua-ción matricial siguiente:


2.3.3 El perfil ICC

ICC (International Color Consortium) es la organización internacional que agrupa a las principales empresas multinacionales dedicadas al sector multimedia (ICC 2001), desde fabricantes-vendedores de escáneres y cámaras (electrónicas y digitales), películas fotográficas, plataformas (hardware), aplicaciones informáticas (software), pantallas de visualización, hasta impresoras e imprentas. Creada en 1993 bajo los auspicios del Instituto de Investigación de Artes Gráficas de Alemania (FOGRA) con solamente 8 miembros, esta organización se ha ampliado en la actualidad con 70 empresas más. Para evitar los problemas de compatibilidad en la creación y transferencia de información digital en color, y resolver el problema del espacio de color dependiente del dispositivo multimedia (fig. 2.4), esta organización propone un formato de fichero común denominado perfil ICC.

La estructura del perfil ICC o algoritmo de gestión del color entre los diferentes dispositivos multimedia consta de cuatro elementos descritos de la forma siguiente (fig. 2.12):

1. Los perfiles o datos sobre las características de reproducción del color de los dispositivos multimedia que proporcionan los fabricantes-vendedores.

2. El módulo de gestión del color (Color Management Module, CMM), que enlaza todos los perfiles para producir las transformaciones de color entre cualquier grupo de dispositivos.

3. La aplicación informática (software) utiliza el módulo de gestión del color (CMM), para manejar las transformaciones de color tal como las necesita el usuario (en gráficos e imágenes).

4. El sistema operativo permite a las aplicaciones acceder a los perfiles y a los módulos de gestión del color (CMM), y proporciona un módulo base de gestión del color en cualquier momento en el que el usuario no tiene instalado un módulo específico de gestión del color.


Fig. 2.12 Esquema de la arquitectura algorítmica del manejo del formato de fichero ICC, más conocido como perfil ICC.

El perfil ICC divide a los dispositivos multimedia en tres categorías: entrada (una cámara digital, por ejemplo), visualización (un monitor CRT, por ejemplo) y salida (una impresora de chorro de tinta, por ejemplo). Para cada clase de dispositivo se usan unos modelos algorítmicos básicos para las transformaciones de color. Estos modelos proporcionan un rango de calidad de color y efectividad en la ejecución de los mismos. Los modelos base permiten seleccionar diferentes combinaciones de equilibrio entre la memoria final de impresión, ejecución y la calidad de la imagen. Los parámetros y datos necesarios para implementar estos modelos se introducen de forma adecuada sobre la estructura base del ficheroperfil de cada dispositivo en el fichero-algoritmo de gestión del color.

El esquema de implementación del formato ICC a través del espacio de color de conexión (Profile Color Space, PCS) que se propone es el siguiente (fig. 2.13). Partiendo de un dispositivo de entrada como un escáner, se pretende llegar a controlar la imagen-color de salida de dos dispositivos convencionales como es un monitor CRT y una impresora de chorro de tinta a color. Los tres dispositivos poseen un espacio de representación del color totalmente distinto. El formato ICC indica cuál ha de ser el espacio de color común (Profile Connection Space, PCS) para ensamblar eficazmente las peculiaridades de los tres dispositivos o sistemas de reproducción del color. Este espacio de color de conexión (PCS) se configura a partir de estándares internacionales de colorimetría como:

1. Valores representativos: observador CIE-1931 XYZ.

2. Metrología: CIE-1931 XYZ o CIE-L*a*b*.

3. Geometría de la medición: 0/45 ó 45/0.

4. Iluminante: D50 (xD50 = 0.3457 , yD50 = 0.3585).

5. Efecto de luz ambiental (Viewing Flare): 0.5-1.0 %.

6. Nivel de iluminación: 200 - 500 lx.

7. Contraste de claridades del entorno: promedio.

El espacio de color PCS intenta representar las apariencias de color deseadas en términos de la colorimetría CIE de los colores que han de ser transferidos sobre el medio de reproducción de referencia y visualizados sobre el entorno de referencia, cuyas características se han listado arriba. Por tanto, esto significa que se orienta hacia los colores que han de ser reproducidos sobre el medio de salida, generalmente sobre papel impreso. Es más, el creador de un perfil ICC está obligado a compensar y ajustar los datos PCS para varios efectos. Tales efectos dependen del tipo del medio de reproducción, si es el de entrada (papel o transparencia), visualización (presentación o previsualización de la salida) o salida (papel impreso o transparencia), incluyendo el tipo de iluminante o equivalencia del blanco, el nivel de iluminación y el tipo de fondo en la visualización.

Vamos a analizar a continuación como ejemplo cuáles son las correcciones y los ajustes de color en el esquema de la figura 2.13 que propugna el perfil ICC. Es decir, partiendo de una escena fotográfica original en formato papel (blanco W1), deseamos controlar el color de la imagen de salida sobre una impresora en formato papel (blanco W2) y en formato transparencia, pasando a través de la previsualización en pantalla CRT de la apariencia de color deseada de la salida.


Fig. 2.13 Esquema de implementación del perfil ICC a través del espacio de color de conexión (PCS) entre un dispositivo de entrada (escáner), uno de visualización (monitor CRT) y otro de salida (impresora CMYK).

2.3.3.1 Correcciones de color y ajustes en los perfiles de entrada

Supongamos un escáner convencional, tal como lo describiremos en el capítulo siguiente, con un dispositivo semiconductor fotosensible acoplado a tres filtros de color RGB y una fuente fluorescente que se ajusta al iluminante F2 (TC = 4230 K, blanco frío). Como se dijo antes, el estándar que vamos a reproducir de forma cruzada tiene como blanco equivalente (o iluminante) al blanco de la escena fotografiada, color que coincidirá con el fondo del papel fotográfico no expuesto. Supongamos que la especificación CIE-1931 XYZ bajo el iluminante equienergético E de este blanco, que denotaremos W1, es (xw1, yw1, Yw1) = (0.3200, 0.3200, 0.83), y la del iluminante F2 es (xF2, yF2, YF2) = (0.3721, 0.3751, 1).

Para crear el fichero-perfil de este dispositivo, debemos insertar una transformación de color M1 entre los datos colorimétricos según F2 (escáner) y según D50 (PCS). Una parte del diseño de esta transformación de color debe incluir una transformación de adaptación cromática, como por ejemplo la de tipo Von Kries descrita en apartados anteriores. Pero en el diseño completo de esta transformación de color M1 el perfil ICC nos permite optar por dos enfoques colorimétricos, con ventajas e inconvenientes en la reproducción final del color.

El enfoque que usa por defecto el formato ICC es el denominado colorimetría relativa, en el que, si bien el balance global de grises o contrastes (tone reproduction) de la escena reproducida varía, las áreas de la escena descritas como brillos, reflejos (áreas saturadas) se mantienen, lo cual consigue mantener aproximadamente la apariencia global y cierta información colorimétrica que se desea no perder. En cambio, el formato ICC permite también el uso de lo que se denomina colorimetría absoluta, en el que se mantiene el balance global de grises, lo cual garantiza mejor que en el otro enfoque la apariencia del color, aunque si los blancos (o iluminantes) de entrada y salida son diferentes, no se mantienen las áreas saturadas de la escena original, e incluso, pueden aparecer otras de forma descontrolada.

Si el primer paso en la transformación de color M1 es una transformación matricial entre los valores triestímulo RGB del escáner y valores triestímulo XYZ (véase cap. 3) bajo el iluminante F2, de forma que la terna (R,G,B) = (1,1,1) se corresponda con la terna (XF2,YF2,ZF2). El siguiente paso ha de implementar uno de los enfoques anteriores. En el caso de la colorimetría absoluta, el resto de la transformación de color es simplemente la transformación de adaptación cromática entre los datos colorimétricos XYZ del escáner bajo F2 a los valores XYZ del espacio PCS bajo D50. El enfoque de la colorimetría relativa, que volverá a repetirse para los ajustes del perfil de salida en modo papel impreso, consiste en reconvertir en este caso el iluminante F2 del escáner como el blanco W1 del papel fotográfico del estándar a reproducir de forma cruzada, previamente a la obligada y posterior transformación de adaptación cromática entre F2 y D50. De esta forma, el blanco ideal o papel blanco 100 % de reflexión del espacio PCS, el iluminante D50, será equivalente al blanco W1 de la escena original. Si la terna [X’(C),Y’(C),Z’(C)] representa la codificación CIE-XYZ de un área-color C escaneada de la escena bajo el iluminante F2, [Xw1,Yw1,Zw1] y [XF2,YF2,ZF2] son las ternas triestímulo de las especificaciones [x,y,Y] anteriores, y MD50-F2 es la transformación matricial de adaptación cromática de tipo Vo n Kries, entonces la terna [X(C),Y(C),Z(C)] del área-color C en el espacio PCS bajo D50 es:


Si la opción escogida hubiera sido la de la colorimetría absoluta, se trabajaría solamente con MD50-F2 y, por tanto, se mantendría el balance de grises o contrastes. Sin embargo, por seleccionar el enfoque de la colorimetría relativa, el balance de grises o contrastes sube un 20.48 % (en la escala Y o β como factor de luminancia), mientras que realmente, en sentido perceptual (L*), la escena se ha transferido un 7.71 % más clara al espacio PCS.

2.3.3.2 Correcciones de color y ajustes en los perfiles de visualización

Seguimos con el proceso iniciado arriba, y el paso siguiente es efectuar los ajustes necesarios en el perfil del monitor CRT para que podamos previsualizar o simular la apariencia de color deseada en la salida, en papel impreso cuyo blanco es W2.

Partimos de la escena escaneada y en apariencia relativa con respecto a W1 especificada en el espacio PCS. Entonces, los colores PCS se transforman primero en las coordenadas del dispositivo de salida usando cualquier técnica preferida de compresión de las gamas de reproducción. Es decir, el primer paso sigue siendo una aplicación del enfoque de la colorimetría relativa. Si la especificación (x,y,Y) del papel W2 es (0.325, 0.310, 0.78), entonces, antes de efectuar el algoritmo GM2 (gamut mapping) entre el espacio PCS y el del dispositivo de salida con las características de las tintas CMYK y el papel W2 (cap. 6), se ejecuta lo siguiente: si la terna [X(C),Y(C),Z(C)] representa la codificación PCS de un área-color C escaneada de la escena bajo el iluminante F2 pero relativizada con respecto a W1, (Xw2,Yw2,Zw2) y (XD50,YD50,ZD50) son las ternas triestímulo de las especificaciones (x,y,Y) anteriores, entonces la terna [X’’(C),Y’’(C),Z’’(C)] del área-color correspondiente C en el medio W2 a transferirse en GM2 es:

 

En el algoritmo GM2 se efectúan las compresiones necesarias en las escalas de claridad, croma y tono tal como se explicó en apartados anteriores, puesto que el espacio PCS tiene en principio una gama ilimitada de colorantes, y por ende, una gama ilimitada de colores reproducibles. Estos cálculos de compresión se realizan primero en el espacio CIE-L*a*b* y luego han de reconvertirse al espacio XYZ.

Tras este primer paso, se invierte la ecuación anterior para volver al espacio PCS, pero con una gama limitada de colores reproducibles. Ahora, el paso siguiente es la transformación de color M3 entre el espacio PCS y el espacio de color dependiente del monitor CRT (cap. 5) que, vamos a suponer, se ajusta al iluminante D93 (TC = 9300 K), con valores (xD93, yD93, YD93) = (0.2848, 0.2932, 1). Como existe una disparidad entre iluminantes entre PCS y RGB-CRT, inevita-blemente la transformación M3 ha de incluir una transformación de adaptación cromática MD93-D50. Entonces, en teoría, los resultados de la compresión de la gama de reproducción en la salida deberían ser visibles en la escena visualizada.

Es importante recordar aquí el objetivo colorimétrico principal del formato ICC. Con la imagen de la escena visualizada en la pantalla CRT tal como se supone que se verá en papel impreso, es evidente que si medimos los colores en pantalla con un telecolorímetro, la especificación triestímulo XYZ será diferente a la codificada en el espacio PCS, pero se supone, y así se ha intentado, que la apariencia de color que se observa en pantalla se ajustaría a la que se observaría en la escena impresa con las condiciones colorimétricas y de visualización del espacio de referencia PCS.

2.3.3.3 Correcciones de color y ajustes en los perfiles de salida

Ahora estamos en disposición de optar por dos tipos de salida de la escena original escaneada: en papel (W2) o en transparencia. En cuanto a la gestión del color que ejecuta el perfil ICC en la impresión en papel W2, las transformaciones de color ya han sido introducidas arriba. O sea, primero se aplica el enfoque de la colorimetría relativa y, entonces, a través del perfil ICC se selecciona el estilo de compresión de las gamas de reproducción. Aparte de la opción colorimétrica de recorte (clipping) sobre el contorno de la gama de reproducción de salida, el perfil ICC aporta dos estilos de compresión controlada, denominados perceptual (la gama de colores de la imagen se comprime o se ajusta a la gama de colores del dispositivo de salida, donde el balance de grises se mantiene, mientras que la exactitud colorimétrica no se garantiza) y saturación (la saturación/croma de los píxeles de la imagen se mantiene a costa de perder exactitud en la claridad y el tono). El último paso para la impresión en papel es, por supuesto, invertir la transformación de color M2 entre el espacio PCS y el de la impresora, con las características colorimétricas de las tintas CMYK y el papel W2, aspecto que se tratará en profundidad en el capítulo 6 («Reproducción del color en impresoras»).

Si la opción de salida es la de transparencia o diapositiva, resta por hacer los ajustes colorimétricos propios de las condiciones colorimétricas de visualización de una reproducción en transparencia: luz incandescente o halógena tipo A del proyector (TC = 3250 K) con (xA, yA, YA) = (0.4201, 0.3976, 1) y nivel bajo de iluminación ambiental. Si la terna [X(C),Y(C),Z(C)] representa la codificación PCS de un área-color C escaneada de la escena bajo el iluminante F2, pero relativizada con respecto a W1, [X*(C),Y*(C),Z*(C)] la terna triestímulo resultante de aplicar el estilo perceptual de compresión de las gamas de reproducción entre PCS y las características colorimétricas de las tintas CMYK de la impresora (sin considerar W2), de acuerdo con las condiciones de visualización de la salida-transparencia, los ajustes de color necesarios han de implementar un aumento del balance de grises (gamma γ = 1.5) y una transformación de adaptación cromática de tipo von Kries entre D50 y la fuente tipo A. Si designamos como [X^(C),Y^(C),Z^(C)] a la especificación triestímulo que se transfiere a la impresora mediante una transformación de color M4 (cap. 6), ésta quedaría como:


De esta forma, logramos el objetivo colorimétrico principal del formato ICC: notar que la densidad óptica mínima Dmín (τmáx) de la transparencia será equivalente con el iluminante D50, el cual, a su vez, se correspondía con el blanco W1 del papel fotográfico de la escena original que hemos pretendido reproducir de forma cruzada. Y además, aunque los colores medidos sobre la transparencia resultante en su entorno de visualización serán diferentes de los codificados en el espacio PCS, en principio habrá igualación de apariencia del color con respecto a la misma transparencia visualizada en modo reflectivo en el entorno fotocolorimétrico de referencia PCS.

2.3.4 El futuro de la gestión del color

La pretensión de los organismos internacionales de estandarización (IEC, ISO, ICC, etc.) es subdividir la gestión o administración del color en dos frentes, a veces complementarios, como son los formatos ya presentados sRGB e ICC. La codificación o perfil sRGB debería ser predominante para entornos como el hogar y oficinas, con usuarios no profesionales. El formato o perfil ICC quedaría como predominante para los usuarios expertos en sistemas de reproducción y control de color de gama alta, por ejemplo en artes gráficas.

La verdad es todavía queda mucho por hacer sobre este tema; no obstante, las bases sobre lo que es y cómo se pretende solucionar el problema se encuentran en este capítulo. Por ejemplo, las críticas sobre ambos enfoques de gestión del color ya existen en la literatura científica (Green 1998, Lammens 1999). Muchas de las críticas se basan en el problema inherente de implementar los algoritmos fotocolorimétricos en el entorno cuantizado o discreto de la gestión computacional de los microprocesadores (cap. 4: «Almacenamiento y transmisión de imágenes en color») porque, por ejemplo, las transformaciones de color entre dispositivos multimedia se implementan logística y computacionalmente de forma mucho más complicada de como se han explicado aquí.

La crítica principal del perfil sRGB cuestiona si los atajos que propugna el estándar en la gestión del color se implementan y se usan verdaderamente para evitar transformaciones de color redundantes como pasa ahora (Lammens 1999).

Mientras tanto, las críticas al perfil ICC son mucho más numerosas, también porque el proyecto de gestión del color es más ambicioso que el anterior. Pueden resumirse de la forma siguiente (Green 1998, Lammens 1999).

1. La interpretación de PCS: el uso por defecto de la colorimetría relativa y sus consecuencias respecto a la colorimetría absoluta: se igualan los blancos especulares (brillos) en el primero, pero no se mantiene el rango de contrastes o balance de grises; en el segundo ocurre lo contrario.

2. El iluminante de PCS: en el módulo base de gestión del color (CMM base) no es posible implementar una transformación al menos sencilla de adaptación cromática entre D50 y otros iluminantes más extendidos en otros entornos industriales, como el D65 en TV y las industrias textiles.

3. La generación de negro en los procesos de impresión: pasar de RGBescáner a RGBmonitor es aparentemente mucho más sencillo (3 para 3) que entre RGBmonitor y CMYK (3 para 4). En la reproducción impresa la tinta negra se utiliza también para conseguir el mejor balance de grises posible y resaltar los retoques no nítidos y, por tanto, existe un gran número de combinaciones posibles (CMYK) que igualarán un único color (RGB). La elección del algoritmo de generación de negro está influenciado por consideraciones diversas, como la cantidad máxima de tinta-color que puede sobreimprimirse y la importancia de la estabilidad del balance de color en los colores neutros o acromáticos.

4. La caracterización vs. calibración de un dispositivo: los dispositivos exhiben regularmente desviaciones menores a partir de su funcionamiento general bien caracterizado. El formato de fichero no proporciona parámetros específicos que contengan tal información, y aunque es posible para un vendedor-fabricante incluir tales parámetros en sus perfiles (y la habilidad de procesar la información en el módulo de gestión del color CMM), esto sería una excepción en vez de un comportamiento común. La suposición implícitamente hecha por el formato ICC es que esa calibración se ejecuta para mantener el funcionamiento del dispositivo constante, pero no siempre es posible u ocurre así. Por ejemplo, los colorantes que poseen las impresoras digitales (chorro de tinta, etc.) varían significativamente de lote a lote de producción; ya que el usuario no puede llevar a cabo un procedimiento de calibración para asegurar el funcionamiento constante del dispositivo, debería ser posible ajustar el perfil para acomodar las características reales de funcionamiento de tal dispositivo.

5. La proyección de las gamas de reproducción de los dispositivos: los algoritmos de proyección del formato ICC (perceptual, saturación y recorte) representan un número muy reducido y bastante simplificado de todas las técnicas existentes y que generalmente se prefieren en lugar de éstas, pero que, por el momento, no están implementadas.

6. La apariencia del color: como el objetivo colorimétrico principal del formato ICC es conseguir mantener la apariencia del color en la reproducción cruzada del color, el tratamiento de la misma es, por ahora, bastante simplificado en el formato con el uso del espacio CIE-L*a*b* en el espacio PCS, al igual que la selección de la transformación de adaptación cromática de tipo Vo n Kries. Por tanto, parte de lo que se sabe ya sobre apariencia del color (RLAB, LLAB, CIECAM’97) debería ser implementado en futuro cercano sobre un diagrama de flujo de cinco etapas (fig. 2.14) para asegurar el control de la apariencia del color entre dispositivos cruzados de reproducción del color. La clave de este diagrama es que en la etapa intermedia, cuando previamente se han efectuado la caracterización CIE del dispositivo de entrada y el paso al modelo completo de apariencia del color, es donde deberían controlarse todas las operaciones necesarias (proyección de las gamas de colores reproducibles, balance de grises, etc.) para mantener o alterar a voluntad la apariencia del color en el dispositivo de salida, anteriormente claro a la inversión del modelo de apariencia del color y la inversión de la caracterización CIE del dispositivo de salida. Cuanto más completo sea el modelo de apariencia del color en describir los fenómenos perceptuales del color, tanto más seguros estaremos de que no existirá ningún parámetro perceptual cromático que se escape a nuestro control en una reproducción cruzada del color.