Alexitimia

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alexitimia

Un Mundo Sin Emociones

Dr. Juan Moisés de la Serna

www.juanmoisesdelaserna.es

Copyright © 2015

Prefacio

La alexitimia es un problema que es más frecuente de lo que se suele pensar, y que afecta a las personas dificultando la convivencia.

Desde hace unos años se está haciendo un esfuerzo por parte de los psicólogos por divulgar la importancia de la Inteligencia Emocional y de cómo utilizarlo en beneficio propio y de los demás.

Este libro sigue esta línea de divulgación sobre los últimos avances con respecto a la Inteligencia Emocional, aplicado en este caso al estudio y análisis de la alexitimia.

Objetivo:

El objetivo del libro es servir como primera aproximación para descubrir todas las claves sobre la alexitimia y cómo prevenirla, y en caso de sufrirla, aprenda cómo encontrar la solución, para con ello mejorar su convivencia con los demás.

Para ello se tratan los temas más relevantes ofreciendo resultados sobre las últimas investigaciones desarrolladas en los dos últimos años a lo largo del mundo sobre esta materia.

Todo ello explicado con un lenguaje claro y sencillo, alejado de los tecnicismos, explicando cada concepto, de forma que pueda servir como una verdadera guía de iniciación.

Descubra todas las claves sobre la alexitimia y cómo prevenirla, y en caso de sufrirla, aprenda cómo encontrar la solución, para con ello mejorar su convivencia con los demás.

Destinatarios:

- Profesionales de la salud que se tienen que quieren profundizar en el diagnóstico y tratamiento de la alexitimia.

- A profesores que quieren ofrecer información actualizada a sus alumnos sobre la alexitimia.

- A cualquier persona interesada en conocer por qué no es capaz de conocer y expresar correctamente sus emociones, ni puede interpretar adecuadamente la de los demás.

Temática

A continuación, se detallan cada uno de las temáticas principales de esta obra:

- ¿Cómo decir "Te Quiero" y no morir en el intento?: Seguro que conoces a alguien, o te pasa a ti mismo, que en ocasiones tienes dificultades para expresar tus emociones, sobre todo si es a la hora de declarar tu amor diciendo, "Te Quiero"

Pero, además, hay personas que en realidad no saben lo que sienten por las otras personas, y lo más preocupante, son incapaces de entender los sentimientos de los demás por uno mismo.

A esto es a lo que se denomina alexitimia, y está más extendido de lo que se suele pensar, estimándose que afecta a 1 de cada diez personas a nivel mundial.

Descubre todas las claves en este libro, ¿Qué es?, ¿A quién afecta?, ¿Se puede tratar?

- ¿Se puede prevenir la alexitimia?: "Los hombres no lloran" ha sido una coletilla usada durante mucho tiempo con los más pequeños, haciendo que estos no supiesen expresar sus emociones de forma sana.

Lo que ha provocado una sociedad con "analfabetos emocionales" en palabras de Daniel Goleman, padre de la Inteligencia Emocional.

Descubre cómo desde el gobierno de Canarias se corrigen estos errores, educando a los pequeños para conocer y expresar adecuadamente las propias emociones, a la vez que se aprender a comprender y aceptar las emociones de los demás.

- ¿Sabes que altos niveles de alexitimia se asocian con problemas relacionados con el campo de la Psicología?: Si pensabas que sufrir alexitimia no tenía mayores consecuencias que "perder un amor" por no decirle "Te quiero".

Has de saber que el no saber cómo expresar tus emociones, ya sean estas positivas o negativas, van a asociarse con las adicciones, los trastornos de la alimentación o los trastornos de personalidad psicopáticos.

Aprende cuál es esta relación y cómo se puede tratar, para superarlo.

Sin emociones estás

Eso te ha confundido

Pero no es preocupante

Porque así has nacido.

Convives con los demás

Eres un incomprendido

Has tenido que aprender

Y ya lo has conseguido.

---AMOR---

Índice

Prefacio

Índice

Agradecimientos

Aviso Legal

Capítulo 1. Definiendo la alexitimia

Capítulo 2. El perfil de la alexitimia

Capítulo 3. Síntomas de la alexitimia

Capítulo 4. El Origen de la alexitimia

Capítulo 5. Consecuencias de la alexitimia

Capítulo 6. Bases Neuronales de la alexitimia

Capítulo 7. Alexitimia y Enfermedades Psicosomáticas

Capítulo 8. Alexitimia y Trastornos Psicológicos

Capítulo 9. Tratando la alexitimia

Capítulo 10. Trabajando por Prevenir la alexitimia

Capítulo 11. Conclusiones

Dedicado a mis padres

Agradecimientos

Aprovechar desde aquí para agradecer a todas las personas que han colaborado con sus aportaciones en la realización de este texto, especialmente al Gobierno de Canarias, al Dr. Pedro Luis Nieto, Secretario del Departamento de Psicología y Pedagogía en la Universidad CEU-San Pablo y a Dª. Virginia de la Iglesia, Especialista en dependencia emocional, alta sensibilidad y familia tóxica.

Aviso Legal

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros medios, sin el permiso previo y por escrito del titular del copyright. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

Diríjase a C.E.D.R.O. (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Puede contactar con C.E.D.R.O. a través de la web www.conlicencia.com o por el teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47.

© Juan Moisés de la Serna, 2015

Primera edición: Diciembre del 2015

Texto Revisado: Mayo del 2016

Colección: Inteligencia Emocional

ASIN: B017YT296C

Depósito Legal: COI-157-2015

Capítulo 1. Definiendo la alexitimia

La atrofia del sistema límbico, va a “descolorar” la vida del individuo, no sólo en el aspecto emocional, sino en todos los ámbitos. Lo que hay que distinguir de las personas con altos niveles de alexitimia, que van a tener dificultades en relacionarse, tomar decisiones, conocer qué siente su propio cuerpo y cómo lo hacen los demás, lo que le va a convertir en un “incompetente” social, ya que el resto de las personas de su alrededor van a manejarse por claves emocionales, que él va a ser incapaz de “ver” ni de procesar, mostrándose frío y distante.

Etimológicamente la palabra “alexitimia” hace referencia a la incapacidad para describir los sentimientos. No se trata de una enfermedad en sí, sino de una forma de ser que puede verse expresada en variedad de enfermedades. Éste tipo de personas van a tener un correcto funcionamiento del sistema límbico, lo que sucede es que no han aprendido a “ponerlo en valor” o simplemente se ha “desecho” de su mundo emocional por considerarlo una “debilidad” o algo inútil.

La toma de decisiones de éstas personas, sería lo más parecido a las decisiones lógicas, frías y calculadas, las que a todos convendrían y que escasamente se toman, basadas en cálculos de pros y contras, donde aquella columna que más sume, se convierte en la decisión óptima, sin dar pie a la improvisación. Son personas que les da lo mismo aprender una receta de cocina, que un libro de derecho, que una novela “rosa”, ya que su vivencia va a ser la misma. Con marcados rasgos de personalidad encuadrados dentro del tipo D, hiperactivas, autoexigentes y con baja autoestima. Pero estas personas lejos de “vivir sin emociones”, como cabría pensar, lo que sufren es una “desconexión” entre el mundo emocional interno y su expresión externa, con lo que el cuerpo se va a convertir en el vehículo a través del cual dar salida a dichas emociones, produciéndose una somatización de las mismas. Mostrando una mayor probabilidad de llegar a enfermar psicosomáticamente, con afecciones como la colitis ulcerosa, úlceras péptidas, trastornos vasculares como hipertensión o cardiopatías isquémicas, además de trastornos del estado de ánimo como depresión y ansiedad. Y todo ello provocado precisamente por su incapacidad de dar salida a sus emociones por otros medios, como la palabra, la escritura, o simplemente “rompiendo a llorar”.

 

Un estudio realizado por la Universidad Banaras Hindu (India) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica S.I.S. Journal of Projective Psychology and Mental Health, investiga sobre la relación entre la salud y la alexitimia. Para lo cual analizaron a ciento cincuenta adultos donde se evaluaba la alexitimia, la salud mental y las vivencias de emociones positivas y negativas. Los resultados indican que altos niveles de alexitimia están relacionados con una mayor probabilidad de enfermar con trastornos psicológicos, explicado en parte, por el componente de anhedonía de la propia alexitimia, con el que se pierde la vivencia positiva de las emociones, favoreciendo de ésta forma mayores experiencias negativas.

En definitiva, son personas totalmente normales, desarrollando una vida en sociedad, únicamente en el aspecto de las relaciones sociales tienen más dificultad, ya que el amor, el cariño, incluso la amistad, están basados en las emociones que se comparten. Cuando no las hay, o se manejan mal, las personas se rigen por otros principios como son, el compañerismo o la conveniencia.

Los afectados conocen su vida íntima y personal, pero no saben cómo sienten otros, por lo que muchas veces lo consideran algo normal, que exista gente más alegre que otros. Igualmente, los de su alrededor suelen entender que la persona es así y no hacen por buscarle ayuda. Eso dificulta que busquen a un profesional para tratar estas carencias. El propio Daniel Goleman, padre de la Inteligencia Emocional comenta sobre ello:

El porcentaje de la población afectada por la alexitimia se calcula que es sobre un 10% de la misma, es decir, de cada diez personas que se conoce, por probabilidad, uno de ellos muestra altos niveles de alexitimia, y con ello problemas de relaciones interpersonales por su falta de entendimiento del mundo emocional propio y de los demás, y por una inadecuada respuesta al mismo.

Los familiares buscan solucionar los problemas de la persona, sin saber qué le pasa, pero viendo las consecuencias que tiene sobre sus relaciones sociales o con otras psicopatologías como las adicciones. Es por ello que necesitan entender que aquello se puede mejorar, no conformarse con decir eso de “es así”, y conociendo que existe un tratamiento poder llevar a la persona al mismo. Una vez que la familia es consciente de las dificultades por las que atraviesa la persona con alta alexitimia, hay que saber que no es una enfermedad, y que se puede tratar, mejorando así su calidad de vida y sus relaciones sociales. Hay que tener en cuenta que no existen asociaciones ni para personas con alexitimia ni para sus familiares, pues no es una enfermedad en sí mismo, aunque sí un problema de índole social y personal, pero en el que los que lo sufren se acaban acostumbrando sin buscar solución para ello.

En el polo opuesto a las personas que tienen altos niveles de alexitimia, se encontrarían las personas con “alta sensibilidad”.

<<La alta sensibilidad es un rasgo de carácter que predispone a tener una sensibilidad mayor que la media. Estas personas sienten más y con más intensidad y esto hace que sean muy permeables al entorno. La persona altamente sensible se caracteriza por exceso de emotividad, sensibilidad ante la crítica y el juicio externo, se cansan rápidamente.

Generalmente tienen baja energía, sensibilidad a los ambientes y lugares, sentido de la belleza y talento artístico, poseen una visión más profunda, son perfeccionistas y se frustran rápidamente ante los fracasos, necesitan un tiempo para estar a solas, son entregados con los demás, con capacidad de implicación cuando algo les apasiona, empáticos y observadores.

A nivel personal tiene problemas para soltar determinadas emociones. Una de los grandes retos del dependiente emocional es su enorme dificultad para establecer unos límites claros y concisos con los demás, de esta forma, la persona altamente sensible puede ser una candidata ideal a sufrir situaciones de abuso o dependencia emocional.

Virginia de la Iglesia, Especialista en dependencia emocional, alta sensibilidad y familia tóxica>>

Un extremo con respecto a la vivencia emocional, que al igual que en el caso de altos niveles de alexitimia, va a dificultar la convivencia con sus semejantes, debido al desajuste entre lo que los demás esperan como respuesta emocional adaptada a las circunstancias en concreto.

Capítulo 2. El perfil de la alexitimia

Se denomina alexitimia, a la dificultad de identificar en el otro y en uno mismo las emociones; con problemas para expresar la vida emocional interna; además muestra alto grado de conformismo social, dificultades para las relaciones interpersonales, escasa introspección, con limitada capacidad de imaginación, estallidos de ira y personalidad “inmadura”: introvertidos, pasivo-agresivos o pasivo-dependientes.

Estas características de personalidad van a afectar tanto en su vida íntima como en sus relaciones interpersonales, mostrándose frías, superficiales y distantes; estableciendo relaciones de pareja basadas en el beneficio mutuo y no en los sentimientos de cariño. No se trata de que éstas personas se crean superiores a otros, por esa distancia que siempre mantienen, como pudiese parecer, sino que es la consecuencia de su incapacidad de saber qué están sintiendo en su interior, y qué sentimientos le despierta la persona que tiene delante.

Ésta inmadurez ante los sentimientos que le incapacita para identificar y expresar los propios, también le impide poder empatizar o comprender los sentimientos de las personas que les rodean. Estas personas con altos niveles de alexitimia suelen manifestar en mayor medida alteraciones psicosomáticas, debido a la disociación entre el mundo interno (vivenciado) y el externo (expresado), además de ser más propensos a sufrir problemas relacionados con el campo de la Psicología como las adicciones, los trastornos de la alimentación, o los trastornos de personalidad psicopáticas.

El perfil de quien tiene altos niveles de alexitimia sería de un varón, durante toda su vida, con dificultades para relacionarse, lo que le puede llevar a sufrir trastornos del estado de ánimo y adicciones. La alexitimia no se considera una enfermedad como tal, sino un rasgo de personalidad, uno puede tener un nivel más elevado o reducido de ello.

El “problema” es que cuando tienes elevados niveles de alexitimia o una personalidad alexitímica, es cuando empiezan a surgir las dificultades de relación, al no entender las emociones de los demás ni las propias, ni saber expresar correctamente las emociones propias.

Desde la aproximación de la medicina psicosomática se entiende que el cuerpo y la mente son una unidad, y lo que le sucede a uno le pasa también a otro. De ahí, que algunos autores hablan que cerca del 90% de las enfermedades tiene un origen psicosomático, es decir, se originan en la mente y se exteriorizan en el cuerpo, por lo que la intervención tiene que ser global, atendiendo tanto a los aspectos físicos como a los psicológicos.

Actualmente estos conceptos han sido corroborados a descubrirse la P.N.I.E. (PsicoNeuroInmunoEndocrinología), una rama que engloba distintas disciplinas, y desde donde se ha observado una interdependencia entre cada uno de los sistemas, el psicológico, el neuronal, el inmunitario y el endocrino. De forma que si uno de ellos enferma, se van a resentir el resto de los sistemas.

Igualmente, desde la aproximación del P.N.I.E. se recomienda una intervención global, en cada uno de los sistemas, y no sólo en la parte enferma del paciente. Así se ha comprobado cómo existe una mayor predisposición a sufrir determinadas enfermedades psicosomáticas en función del tipo de personalidad.

Las personas con personalidad tipo A, que son aquellas más agresivas, competitivas y proactivas, suelen tener mayor tendencia a sufrir problemas físicos asociados a trastornos cardíacos, ya sean ataques o arritmias. En cambio, las personas con personalidad tipo B, que son eminentemente tranquilas y reflexivas muestran una protección natural para los problemas coronarios.

La alexitimia es una atrofia del sistema psicológico, en concreto de los aspectos emocionales, por la cual la persona que lo sufre es incapaz de expresarse adecuadamente sus emociones y de interpretar correctamente los sentimientos de los otros, pero ¿Existe relación entre la personalidad y la alexitimia?

Esto es precisamente lo que se ha investigado desde la Universidad de Shahid Beheshti, la Universidad Islámica Azad, la Universidad Tarbiat Modarres y Universidad de Teherán (Irán), cuyos resultados han sido publicado en la revista científica The International Journal of Indian Psychology.

En el estudio participaron ciento cincuenta personas, de los cuales sesenta y cinco eran mujeres, seleccionados al azar de entre los usuarios de servicios médicos que estaban siendo tratados por depresión. De los cuatro tipos de personalidad más comunes, los autores se decantaron por analizar únicamente la personalidad tipo C y D.

La personalidad tipo C está asociado a personas afables y abiertas, pero que no comparten sus sentimientos negativos, preocupaciones o tristezas con los demás.

La personalidad tipo D por su parte está asociado a alto nivel de auto-exigencia, con comportamiento hiperactivo, baja autoestima y falta de asertividad, quien lo padece tienden a sufrir en mayor grado casos de trastornos emocionales, úlceras pépticas, trastornos vasculares como hipertensión y cardiopatías isquémicas.

A todos ellos se les pasaron cuatro cuestionarios estandarizados, el primero para evaluar la personalidad tipo C, a través del Eysenck Type C Personality Test; el segundo para evaluar la personalidad tipo D, a través del Denollet Type D Personality Test y una última prueba para analizar los niveles de alexitimia del paciente a través del T.A.S.-26 (Toronto Alexithymia Scale).

Los resultados muestran una correlación positiva significativa entre las personas con personalidad tipo C y la alexitimia, así quien mostraba mayores niveles de personalidad tipo C, también lo hacía con respecto a la alexitimia. No se haya esta relación entre los que tienen personalidad tipo D y la alexitimia. No encontrándose diferencias significativas en función del género, aunque las mujeres han obtenido puntuaciones más elevadas de alexitimia que los hombres.

Los resultados parecen claros entre el tipo de personalidad tipo D y la alexitimia, lo que se explica según los autores por la teoría de Sifneos sobre las bases de la alexitimia y la incapacidad de expresar las emociones, aspecto definitorio de la personalidad tipo D, donde la persona es incapaz de expresar las emociones negativas.

A pesar de estar bien establecida la relación entre la personalidad tipo A y los problemas coronarios, en el estudio también se debería haber incluido su estudio y análisis, e incluso con respecto a la personalidad tipo A, con lo que poder presentar una panorámica más general sobre la relación entre los tipos de personalidad y la alexitimia.

Entre las limitaciones del estudio, está que los investigadores no corroboraron el diagnóstico con pruebas específicas sobre depresión, igualmente no han recogido sobre la gravedad de la enfermedad, el tiempo que llevan padeciéndose o el tratamiento que reciben al respecto.

Igualmente se desconoce de los participantes las variables sociodemográficas que pueden estar influyendo como variables extrañas en los resultados de la investigación. Igualmente hay que tener en cuenta las características propias de la población objeto de estudio, por lo que antes de concluir al respecto hay que realizar nuevas investigaciones en otras poblaciones.

Pero no toda imposibilidad de comunicar emociones puede considerarse alexitimia, ya que puede estar influido por las propias deficiencias comunicativas de la persona, que abarca no sólo el mundo emocional sino a la expresión incluso del lenguaje verbal y no verbal, tal y como en el caso de los pequeños con problemas de desarrollo, como por ejemplo con el Autismo, actualmente denominado Trastorno del Espectro Autista según el manual de diagnóstico clínico D.S.M.-V (siglas en inglés de Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, actualmente en su versión quinta).

 

Una de las aportaciones más controvertidas al respecto, es la que hace referencia al estudio del autismo y en concreto a la teoría del “Cerebro Extra Masculino”, donde el autor Simon Baron-Cohen de su “descubrimiento”, explica algunos de los rasgos “típicos” que se encuentran entre los afectados por el autismo, como son los problemas de la comunicación, tanto al expresar sus emociones, necesidades y deseos, como en percibir e interpretar correctamente la de los demás, lo que se traduce en una baja capacidad empática.

La empatía es por definición una de las habilidades más desarrolladas, junto con el lenguaje, por parte de las mujeres, frente a los hombres, pero en los autistas está aún menos presente. El autor de ésta teoría, evaluó en distintos estudios dos aspectos que fueron: la empatía y la sistematización, entendida la primera como la capacidad de identificar los pensamientos y emociones de otros, y de responder con una emoción apropiada; la sistematización por su parte, hace referencia a la capacidad de extraer reglas de funcionamiento del medio ambiente, esto es, regularidades sobre cómo funcionan las cosas. Lo que halló en sus investigaciones, fue que el hombre tiene mayor capacidad de sistematización que de empatía, lo contrario que la mujer.

Las personas afectadas por el autismo por su parte tienen una sobrecapacidad para la sistematización mayor que en cualquier hombre, en detrimento de la empatía que es mucho menor que los hombres, es decir, tienen maximizadas las habilidades "masculinas" en estos aspectos.

Según un estudio realizado en la Universidad de Cambridge (Inglaterra) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Brain, A Journal of Neurology, estas manifestaciones serían debidas a un exceso de masculinización cerebral, provocada por altos niveles de testosterona en el útero materno. Lo que explicaría por qué éste trastorno del desarrollo se produce cuatro veces más en niños que en niñas, aspecto que está actualmente cuestionado, ya que se ha planteado sobre si efectivamente existen estas diferencias, o más bien se trata de un sesgo en el diagnóstico por parte de los evaluadores a la hora de determinar la presencia de autismo en niños frente a niñas, quienes diagnostican antes y en mayor número a ellos frente a ellas.

<<En el autismo existen dificultades para percibir adecuadamente las expresiones emocionales de los demás. Saber "leer" la expresión emocional en la cara de alguien nos parece una tarea sencilla, pero es mucho más compleja de lo que aparenta, pues exige el manejo de muchos procesos perceptivos y cognitivos, para "traducir" los signos que un rostro te ofrece, a una "etiqueta" que nos permita saber qué emoción está sintiendo la otra persona.

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